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FARC condicionan liberación de uniformados secuestrados

En un comunicado, el grupo armado ilegal reclama que se permitan las visitas que tenía previstas un grupo de mujeres, encabezado por la exsenadora Piedad Córdoba, a guerrilleros encarcelados. Estas fueron aprobadas por el Gobierno, pero luego desautorizadas.

17 de marzo de 2012

Las  FARC condicionó el sabado la prometida puesta en libertad de los últimos diez rehenes que mantiene en su poder a que se permitan visitas de activistas del grupo Mujeres del Mundo por la Paz a rebeldes presos, al tiempo que se manifestó lista para "iniciar el proceso" tras aceptar los protocolos de liberación.
 
"Sólo hace falta que el presidente Juan Manuel Santos permita la visita humanitaria proyectada por Mujeres del Mundo por la Paz a los prisioneros políticos y de guerra en los centros de reclusión del país", señala un comunicado de las FARC publicado en su página web.
 
Agrega, sin embargo, que manifiesta su acuerdo "con los ítems del protocolo de seguridad" y aclara que las liberaciones se cumplirán en dos etapas. "Informamos al grupo de Mujeres del Mundo por la Paz, coordinado por Piedad Córdoba, y a la organización Asfamipaz, que estamos listos para iniciar el proceso de liberación, en dos jornadas, de diez prisioneros de guerra en nuestro poder".
 
De ese grupo de mujeres activistas hace parte Xiomara Castro, esposa del expresidente de Honduras Manuel Zelaya, la nieta del revolucionario mexicano Emiliano Zapata, Margarita Zapata, Mirta Acuña, una de las fundadoras de la argentina Madres de Plaza de Mayo, y Marleny Orjuela, quien lidera la Asociación Colombiana de Familiares y Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), entre otras.
 
El pronunciamiento de las FARC contradice a la exsenadora Piedad Córdoba, quien aseguró que la visita a rebeldes presos en Colombia no sería un requisito para traer a la libertad a los diez secuestrados.
 
Recientemente el ministro de Justicia de Colombia, Juan Carlos Esguerra, retiró el permiso a Córdoba para visitar guerrilleros presos y remitió esa decisión al presidente del país, Juan Manuel Santos, tras argumentar que la autorización tenía carácter humanitario y no de "cuota inicial de proceso de paz".
 
Para los rebeldes, es un contrasentido que el Gobierno colombiano niegue la visita a los que ellos llaman prisioneros políticos y de guerra, pues el "Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, INPEC, atendiendo un derecho de petición, acaba de reconocer la existencia de 15.000 prisioneros políticos". El Gobierno colombiano ha sido enfático en que en el país no hay esa clase de presos.
 
Aunque las FARC no dan fechas, la víspera la exlegisladora Córdoba aseguró que el próximo 3 de abril es la fecha límite para que estén en libertad los últimos uniformados que la guerrilla mantienen en condición de rehenes.
 
El lunes pasado el colectivo Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP) había expresado su confianza en que las FARC se pronunciarían en breve sobre el protocolo de seguridad para la liberación aprobado por los gobiernos de Colombia y Brasil, ese grupo mediador y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
 
Hasta el momento no se ha producido ningún pronunciamiento del Gobierno colombiano ante la nueva condición de las FARC para las liberaciones. En varias oportunidades el Gobierno colombiano ha acusado a esa guerrilla por dilatar la puesta en libertad de los diez policías y militares en poder de las FARC.
 
"Pareciera que aquí lo que hay es una estrategia para dilatar y ganar tiempo, y para todas las semanas sacar un nuevo titular o un nuevo mensaje", dijo la semana pasada el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
 
El pasado 26 de febrero el llamado Secretariado de las FARC anunció que había decidido liberar a los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza. A ellos se suman los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.
 
EFE