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Catatumbo, Calarcá y Lozada. | Foto: Archivo particular

PROCESO DE PAZ

Tres negociadores de las FARC liderarán proceso de desarme

Pablo Catatumbo, Marco León Calarcá y Carlos Antonio Lozada llegarán al país días antes de terminar las conversaciones para liderar los temas relacionados con el fin del conflicto.

30 de julio de 2016

En la recta final del proceso de paz que se adelanta en La Habana, los negociadores de paz trabajan a toda marcha para terminar con el sexto punto de la agenda y la revisión de algunas salvedades que están en estudio.

Por esa razón las delegaciones trabajan en distintos frentes para acelerar el ritmo y poder acomodarse al cronograma para adelantar, en lo posible, el plebiscito en el último domingo de septiembre, aunque ya los tiempos están bastante ajustados.

Lo que el país más espera, es que las FARC cumplan con su palabra y entreguen hasta el último fusil que tengan en su poder, como fue acordado entre las partes, el pasado 23 de junio en Cuba.

Precisamente como la logística para el proceso de desarme y la ubicación temporal de los guerrilleros es compleja, desde la isla llegarán tres integrantes de esa delegación para liderar ese tema, pero que se activará tan pronto se firme el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto.

Los encargados serán ‘Pablo Catatumbo’, ‘Marco León Calarcá’ y ‘Carlos Antonio Lozada’. Los guerrilleros, que han estado al frente de varios temas complejos en la mesa, llegarán a Colombia para acompañar a la comisión encargada del proceso de desarme y la ubicación temporal en las zonas veredales. La dejación de armas deberá hacerse en máximo seis meses, de acuerdo a lo pactado.

La misión de los integrantes del secretariado será la de coordinar todos los temas relacionados con el fin del conflicto junto a los hombres que están en las montañas de Colombia, allí también revisarán que no haya más disidencia en las filas y verificarán que las garantías están dadas para su transformación a la vida civil.

El Gobierno autorizó a los guerrilleros y habrá acompañamiento del Comité Internacional de la Cruz Roja para garantizar la seguridad durante su estadía en el país. Además, el CICR hará el protocolo que se implementará en los traslados de los guerrilleros a las zona veredales.

En Cuba el proceso avanza a toda máquina. Este sábado una parte de la delegación del Gobierno viajó a la isla para iniciar una serie de reuniones técnicas con las FARC y el próximo miércoles empezará un nuevo ciclo que, sin duda, será el de las definiciones, pero no el último.

¿Qué pasará con el plebiscito?

Mientras en el país todos los sectores políticos están preparando la maquinaria para impulsar el “Sí” y el “No”, el Gobierno busca que el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto se firme en la tercera semana de agosto para poder convocar a los colombianos a las urnas el último domingo de septiembre.

En la delegación del ejecutivo el cronograma es similar. La firma también la buscarán en la misma fecha, pero creen que el plebiscito se hará en la primera semana de octubre. Sin embargo se debe tener en cuenta el calendario que tiene la registraduría para una jornada electoral atípica.

El registrador, Juan Carlos Galindo, le dijo a Semana.com que necesitará de mínimo seis semanas para la organización de los comicios en el país. El organismo electoral no tiene recursos para iniciar con la logística y dependerá de la asignación económica que le haga el Ministerio de Hacienda.

Así las cosas, el plebiscito se haría a mediados de octubre, pero podría ser una fecha fatídica para el Gobierno, pues por esos días, muy seguramente, tendrá que estar en trámite la Reforma Tributaria y podría ser usada por el Centro Democrático para su campaña por el “No” ya que han empezado a escribir por redes sociales que los impuestos se aumentarán para reparar a las víctimas de las FARC.

Lo cierto es que mientras este lunes en Cali la Unidad por la Paz empezará labores por el “Sí”, los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe cada día tienen más coincidencias en sus ideales e impulsarían el “No”. Una situación que pondría en aprietos al Gobierno porque son dos pesos pesados en la arena política y que gobernaron al país por 12 años.