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| Foto: Fotomontaje SEMANA

ODEBRECHT

El testimonio que salpica al guardián de los recursos públicos en Bogotá

Federico Gaviria es el delator del grupo conocido como los 'buldozer'. Habla de supuestas relaciones de Odebrecht con el actual contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, y con el director de la Federación de Departamentos, Plinio Olano.

22 de noviembre de 2017

Plinio Olano ha sido dos veces representante a la Cámara, dos veces senador y, con la bendición del Gobierno, se convirtió a comienzos de este año en el director de la Federación Nacional de Departamentos. A Olano, poderoso político boyacense, no lo sacudió el golpe político que representó la caída de su hermano, Germán Olano, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 8 años de cárcel por el ‘carrusel’ de contratos. Tampoco perdió el equilibrio cuando el Consejo de Estado le inició un proceso de pérdida de investidura por supuestamente usar sus influencias para que en Sutamarchán, en Boyacá, votaran por él a cambio de unidades sanitarias. Fue absuelto. 

Sin embargo, el nombre de Olano se convirtió en un punto de encuentro de las dos declaraciones que rindieron los testigos estrellas del escándalo de Odebrecht en Colombia y que piden pista para cerrar una negociación con la justicia: Otto Bula y Federico Gavira.

La versión de Bula señala que para lograr el otrosí Ocaña - Gamarra los brasileños autorizaron un 4% para coimas: “El 2% para Bernardo Elías y los amigos de las comisiones de presupuesto que él maneja; un 1 % para Federico Gaviria y para mí, y un 1 % para otros políticos que estaba manejando Federico, que siempre me hablaba de Plinio Olano de la Comisión Sexta y Miguel Peñaloza”.

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Palabras más palabras menos, la versión de Bula -que lleva varios meses en manos de la Corte Suprema de Justicia- es que quien tenía este contacto directo con Olano era Federico Gaviria. Sin embargo, el cuestionado ingeniero industrial, condenado por el ‘carrusel‘ de las ambulancias en Bogotá, se había apartado de estos señalamientos y había negado cualquier contacto con políticos. 

Desde comienzos de octubre, Gaviria cambió su estrategia jurídica. Ahora es el delator del grupo político denominado ‘los buldozer‘ -apodado así por ser capaz de mover toda la fuerza del Congreso- y llegó incluso a decir que participó en la entrega de 200 millones de pesos a Plinio Olano, con destino a  financiar una campaña política para la gobernación de Boyacá. Su decisión de prender el ‘ventilador‘ se la atribuye a sacar de su defensa a un abogado a quien señala como cercano a Plinio Olano y quien le dio una asesoría jurídica “contraria y contraproducente”.

“Plinio Olano a través del abogado Luis Enrique Rojas me mandó a ofrecer el pago de los honorarios de este abogado con el compromiso sutil de que yo me quedara callado, nada de principios de oportunidad ni de colaboración”, asegura. El empresario, que tuvo una hoja de vida intachable y pasó por altísimos cargos de empresas privadas en Colombia, destapó sus cartas ante la justicia y uno de sus principales blancos es el exsenador boyacense Plinio Olano.    

El primer contacto que tuvo con él, según Gaviria, se dio por cuenta del ejecutivo de Odebrecht Luiz Bueno, quien los habría presentado durante el primer semestre del año 2010. Para ese momento se requería con urgencia el contrato de estabilidad jurídica para la ejecución de la obra de Ruta del Sol tramo dos. Seguido a este contrato se veía la urgencia de inyectar apoyo para mejorar las condiciones de Odebrecht en la ejecución del contrato para la vía Ocaña-Gamarra. Y en ambas gestiones resulta salpicado el exsenador Olano. 

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Según Gaviria, Luiz Bueno, el exdirector de Oderbrecht en Colombia, lo buscó supuestamente porque tenía pendiente de cumplir una “reciprocidad” con Plinio Olano. Con ello se refiere a saldar una especie de deuda que ascendía a los $ 500 millones. No detalló cuál sería el origen de la supuesta deuda. 

En ese momento, Gaviria adelantaba gestiones para que la firma de ingeniería Megavial se quedara con un subcontrato para la construcción de una carretera de 10 kilómetros dentro de la megaobra de la Ruta del Sol tramo 2. En una supuesta reunión llevada a cabo en la casa de Plinio Olano, ubicada en el conjunto residencial Aposentos, a las afueras de Bogotá, Bueno solicita que se incluya en el contrato el sobreprecio de estos $500 millones.

“Plinio Olano se reúne conmigo a petición de Luiz Bueno y exige que para garantizar dicho cumplimiento es necesario incluir en el grupo constructor a una empresa de su confianza liderada por Luis Fernando Meza, y que tiene las oficinas en la 103 con 15, diagonal al edificio Vanguardia”. Fruto de esta alianza, explica Gaviria, se crea el Consorcio Ruta del Sol San Alberto.

Sin embargo, Gaviria asegura que no fue posible dar cumplimiento al pago de la totalidad de lo pactado por lo que Olano solo habría podido sacar -es la versión de Gaviria- $200 millones. 

El capítulo en el que mencionan al actual contralor de Bogotá 

En relación a los $ 300 millones faltantes -prosigue Gaviria- Olano le habría solicitado a Odebrecht el apoyo a la campaña del exgobernador de Boyacá Juan Carlos Granados -hoy contralor de Bogotá-, quien pertenecía a su grupo político. “Este aporte se realizó una reunión en la misma casa de habitación mencionada anteriormente, del conjunto Aposentos, en la que participaron el señor Luiz Bueno, Plinio Olano y yo”, explicó. Esta versión fue negada por Granados como se puede leer líneas más adelante.

Gaviria describe que se realizó un encuentro posterior con Granados para que éste pudiera explicar su plan de infraestructura llamado “Maravillas de Boyacá”. “Esa reunión fue entre semana, en horas de la noche. De allí se estructuró una segunda a la que asisten Luiz Bueno, Plinio Olano, Juan Carlos Granados y Federico Gaviria. Granados comenta su plan de infraestructura, se detuvo a exponer lo relacionado con la vía Duitama San Gil, que para el departamento de Boyacá era importante porque comunicaba al departamento con Bucaramanga hacía Venezuela”.

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De esas reuniones se habría desprendido el compromiso de pagar los 200 millones de pesos a la campaña, los cuales habrían sido entregados a través del exsenador Olano. “A los pocos días, el señor Luiz Bueno en compañía mía le entregamos los 200 millones de pesos en efectivo al señor Plinio Olano en su residencia”. Gaviria precisa que las citas en la casa de Olano en Aposentos fueron tres y que el Luiz Bueno llevó un “morralcito” para entregar el dinero.  

Una vez Juan Carlos Granados sale electo habría comisionado a su Secretario de Planeación, Bernardo Umbarila Suárez, para ser el interlocutor único con la compañía Odebrecht y para estudiar la viabilidad de la carretera. Por el lado de Odebrecht, la responsabilidad de supervisión recayó, dice Gaviria, en Éder Paolo Ferracutti, quien contrató una firma que estudiara el proyecto. 

Según Gaviria, en esta etapa se realizaron varias reuniones en el restaurante de un hotel en Tunja y en Bogotá. A algunas habría asistido Juan Carlos Granados como gobernador electo. 

Sin embargo, lo que señala Gaviria es que el resultado de estos estudios fue negativo, que la carretera era inviable financieramente ya que no tenía un tráfico alto y el ingreso de peajes era muy bajo. 

SEMANA consultó al exsenador Plinio Olano, quien a través de un comunicado de prensa descalificó las acusaciones de Gaviria a quien señala de ser una persona que busca rebajas de penas con mentiras. Manifestó que es falso que haya tenido acuerdos de reciprocidad con Odebrecht así como tampoco hizo gestiones en favor de dicha empresa ni en favor de terceros. También precisó que no es propietario ni accionista de ninguna empresa de construcción de confianza: “informo que hace 20 años liquidé mi empresa, con la cual ejercí la profesión de ingeniero civil durante 18 años”, dijo.

Granados, por su parte, aseguró que no le pidió ni le recibió a ninguna empresa aportes para su campaña: “No recibí sino lo que la campaña reportó al Consejo Nacional Electoral pero esos dineros nunca fueron intermediados por nadie, de esa empresa multinacional no se recibió ningún aporte”. Granados precisa que Olano lo respaldó a su candidatura a la gobernación al igual que lo hicieron todos los congresistas que hacían parte del Partido de La U. Negó haber conocido a Luiz Bueno, a Eleuberto Martorelli y que hubiera existido una reunión con ejectivos de Odebrecht en su casa. 

“El plan ‘Maravillas de Boyacá‘ no existía, se llamaba era ‘Boyacá se Atreve‘ y esta vía a la que él se refiere no estaba porque para esos momentos de la campaña existía un contrato de concesión que no había sido liquidado por parte de las gobernaciones de Boyacá y Santander. Yo no la pude incluir porque tenía un contrato vigente”. 

Frente a la supuesta participación de su director de Planeación aseguró que esa dependiencia tiene la función de informar de los planes del departamento a quienes puedan estar interesados.  “Si él se vio con Odebrecht fue porque esa era su función. Hablan de una retribución pero no le dimos ningún contrato, ni desde la gobernación, ni desde la CAR y por el contrario, cuando me convertí en contralor le abrí un proceso de responsabilidad fiscal por 230.000 millones de pesos, esto es más de 1.000 veces el aporte que supuestamente me dieron”. 

La tercera “reciprocidad”

Según el testigo, el referido proyecto vial para Boyacá quedó cancelado, razón por la cual Olano habría procedido a hacer una solicitud acorde a sus necesidades del momento. Dice Gaviria que Olano se habría visto envuelto en un proceso jurídico por lo que su solicitud -prosigue el testigo- estuvo dirigida a que los brasileños le ayudaran a cubrir los gastos de la defensa. Es así como se habría procedido a la contratación del abogado Luis Enrique Rojas Osuna. Gaviria habla de 100 millones de pesos que se pagaron por esta supuesta defensa jurídica. 

En lo que respecta a los otros 200 millones de pesos, Gaviria señala que Olano habría propuesto que Granados, como gobernador y presidente del Consejo Directivo de la CAR de Cundinamarca, ayudara a Odebrecht a quedarse con el contrato para la ampliación de la planta de aguas residuales de Salitre. Odebrecht participó en esta licitación como parte del Consorcio Aguas del Salitre, integrado también por la firma francesa OTV, filial de Veolia. La propuesta era que por ganarse las obras se desembolsaba el 3% del valor del contrato a los intermediarios.

“En el año 2013 hacen una reunión en la que participaron Luiz Bueno, Eleuberto Martorelli, Plinio Olano, Juan Carlos Granados, Alfred Ballesteros (exdirector de la CAR Cundinamarca) y yo. Dicha reunión fue en el apartamento de Juan Carlos Granados, en la calle 77 con 9 en Bogotá”, dijo Gaviria.

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Pese a los supuestos esfuerzos que señala Gaviria, Odebrecht no ganó la licitación ya que para la época de la selección estalló el escándalo de sobornos en el mundo, lo cual dejó a la firma prácticamente por fuera de cualquier posibilidad.

Adición Ocaña-Gamarra

En lo que respecta a la adición, Gaviria enumeró los inconvenientes que tenían que resolver ‘los buldozer‘ de cara a la firma y ejecución del contrato Ocaña-Gamarra. Entre los puntos álgidos señala que Luis Fernando Andrade manifestaba abiertamente que "nunca en su gestión iba a hacer una adición a un contrato de concesión".

En este panorama, Gaviria señala que el papel de Olano fue fundamental ya que habría hecho las gestiones para que Miguel Peñaloza -primero como consejero de las regiones y luego como Ministro de Transporte- lograra que Odebrecht fuera invitada formalmente a través de la ANI a participar de la adición Ocaña Gamarra. Dicha invitación -precisa- llegó el 13 de julio del año 2012 y generó un compromiso de Odebrecht con Peñaloza y con Plinio Olano.

Este es uno de los capítulos contenidos en la nueva compulsa de copias que hace la Fiscalía General a la Corte Suprema de Justicia para que investigue. En las 125 páginas, conocidas por SEMANA, Gaviria entrega detalles de 15 pagos que según él se realizaron bajo diferentes modalidades y estaban dirigidos a pagar favores de intermediarios que ayudaron a que la constructora brasileña lograra sus propósitos en Colombia. También contiene consignaciones, cheques, estados de cuenta que soportan algunas de sus revelaciones ante la justicia, incluyendo allí el insólito momento en que Odebrecht también habría sido robada por sus mismos ejecutivos.