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Enrique Ponce, Morante de la Puebla, El Juli, Castella, Manzanartes y Luis Bolívar le enviaron una carta al presidente Juan Manuel Santos en la que cuestionan que parta de la sociedad pretende excluir a quienes se dedican al toreo. | Foto: Archivo SEMANA

TOROS

Figuras del toreo mundial piden diálogo con el presidente Santos

Luis Bolívar, El Juli, Enrique Ponce, Manzanares, Morante de la Puebla, Castella y Perera enviaron una carta al jefe de Estado colombiano en la que piden no ser excluidos de la sociedad.

13 de agosto de 2012

Siete de los toreros más importantes de la actualidad, encabezados por el colombiano Luis Bolívar, decidieron enviarle una carta al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con el único propósito de reivindicar al toreo como una actividad ajustada a la Constitución y a la sociedad contemporánea.
 
En nueve párrafos, Bolívar, Julián López ‘El Juli’, Enrique Ponce, José María Manzanares, Morante de la Puebla, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera cuestionan “cómo parte de la sociedad colombiana” pretende excluir a los toreros y a las “miles de personas” que se dedican al toreo en Colombia, al estigmatizarlos y vulnerarles el derecho a la honra y al buen nombre.
 
Esta carta se conoce en medio de la controversia generada por el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, quien en una resolución administrativa decidió no prestar la plaza de toros de Santamaría para espectáculos taurinos en Bogotá, lo que ha sido asumido por muchos sectores como una prohibición a la práctica del toreo, que en Colombia está ajustada la Constitución y está consagrada en una ley de la República (Ley 916 de 2004, conocida como el reglamento taurino nacional). Por eso, la carta ha sido asumida como el primer pronunciamiento de las figuras del toreo mundial frenta a esta controversia.
 
“Los toreros, además, representamos a un grupo de profesionales y personas del común que están vinculados a una actividad empresarial y económica de primera magnitud, generadora de riqueza para nuestros países. Con nuestra profesión, no sólo vemos materializado nuestro derecho al trabajo, a la libertad de expresión, bases sólidas de una democracia. Así mismo, miles de personas de todas las condiciones sociales, que desarrollan su conocimiento y sus aptitudes alrededor del toreo, han encontrado la oportunidad de garantizar su bienestar individual y el de sus familias”, dice uno de los apartes de la carta.
 
Además, las figuras reivindican al toreo como una actividad respetuosa con el medio ambiente y aseguran que con ella garantizan la supervivencia de una especie animal única, como es el toro de lidia.
 
También señalan estos reconocidos toreros que la actividad taurina ha sido solidaria con las personas más vulnerables de la sociedad “al aportar nuestro arte para que “muchas personas en desgracia tengan la forma de superar sus respectivas adversidades”. que han sido víctimas de desgracias naturales.

En la carta, estas reconocidas figuras del toreo le confiesan al presidente Santos que “les gustaría” que los recibiera en su despacho con el único propósito de que el primer mandatario los conozca y así “tener la oportunidad de ratificarle nuestro respaldo y nuestro concurso hacia la construcción del modelo de sociedad que usted le ha propuesto a Colombia”.
 
SEMANA conoció que esta iniciativa ha sido liderada por Luis Bolívar, quien desde el mismo momento en que el alcalde Gustavo Petro decidió cerrale las puertas de la plaza de toros de Santamaría al toreo ha trabajado para convocar a las principales figuras del toreo, quienes, al conocer el sentido de la carta dirigiada al presidente Santos decidieron suscribir en su totalidad el sentido de la misiva.
 
Este es el texto de la carta

Doctor
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
Presidente de la República de Colombia



Los abajo firmantes, acogiéndonos a la libertad y las garantías que nos brindan los estados democráticos en los que nacimos y a los que pertenecemos, escogimos la profesión que hoy desempañamos gracias a que está amparada en la ley y las superiores normas constitucionales.


Nuestra profesión, que además ejercemos con orgullo, está ajustada a principios éticos y morales, es respetuosa de los derechos y las libertades de las personas, pero sobre todo nos permite estar vinculados a la sociedad y aportarle a su desarrollo.

Los abajo firmantes somos toreros. La nuestra es una profesión que le aporta al crecimiento de la economía –formal e informal– de los países donde el toreo tiene arraigo y hace parte de la identidad y la riqueza cultural. Uno de ellos es Colombia.

Los toreros, además, representamos a un grupo de profesionales y personas del común que están vinculados a una actividad empresarial y económica de primera magnitud, generadora de riqueza para nuestros países. Con nuestra profesión, no sólo vemos materializado nuestro derecho al trabajo, a la libertad de expresión, bases sólidas de una democracia. Así mismo, miles de personas de todas las condiciones sociales, que desarrollan su conocimiento y sus aptitudes alrededor del toreo, han encontrado la oportunidad de garantizar su bienestar individual y el de sus familias.

Nosotros, los toreros, también representamos valores y virtudes que bien pueden ser asumidos como un modelo para la comunidad. A través de la historia nosotros y quienes nos han antecedido e inspirado, hemos tenido la fortuna de ser ídolos populares, de convertirnos en ejemplo para las nuevas generaciones que quieren aportar al crecimiento y desarrollo de la sociedad a la cual pertenecen. Hemos sido solidarios con los más necesitados, hemos aportado nuestro arte para que muchas personas en desgracia tengan la forma de superar sus respectivas adversidades.

Nosotros, los toreros y los ciudadanos que representamos, somos respetuosos con el medio ambiente. Hacemos parte de una actividad agropecuaria que tiene como único propósito defender y garantizar la existencia de una especie animal, así como del hábitat y el entorno natural en el cual se cría y se desarrolla.

Pero vemos con preocupación cómo una parte de la ciudadanía nos ha estigmatizado, nos ha vulnerado los derechos fundamentales a la honra, al buen nombre y, lo que es peor, pretende excluirnos de la sociedad.

Es por eso que, conociendo su apertura intelectual, su talante democrático y progresista, reflejado en muchas de las decisiones y reformas impulsadas durante los primeros años de su gobierno, nos dirigimos a usted, de forma respetuosa, con el único propósito de ser reconocidos como miembros activos de la sociedad que usted representa, gracias al mandato popular que los colombianos decidieron encomendarle al escogerlo como presidente de la República de Colombia.

Sabemos de antemano que la agenda prioritaria del país nos impide que una persona de su dignidad se ocupe de un problema que bien se podría obviar. Pero nos gustaría que nos recibiera en su despacho, que nos conociera, para tener la oportunidad de ratificarle nuestro respaldo y nuestro concurso hacia la construcción del modelo de sociedad que usted le ha propuesto a Colombia, un país que queremos y respetamos, un país que sentimos propio, incluso sin haber nacido en su territorio.