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Fuego cruzado

Un temible grupo conocido como los R-15 se ha convertido en la peor banda de asaltantes de bancos y carros de valores que se haya visto en el país. Como para un guión de Hollywood.

27 de julio de 2003

El Mazda Allegro de color azul estaba estacionado en la esquina de la calle quinta con carrera quinta de Cali, un céntrico sector de esa ciudad. Eran las 8 de la mañana de un caluroso martes. Un vehículo blindado de una empresa de valores tomó la carrera quinta rumbo a un banco cercano. El Mazda aceleró repentinamente, le cerró el paso y lo chocó. De su interior se bajaron cinco hombres armados con fusiles de asalto y sin mediar palabra comenzaron a disparar ráfagas contra el camión. En cuestión de segundos dos grupos más de hombres armados que llegaron en motocicletas cerraron los dos extremos de la cuadra y comenzaron también a disparar. El pánico se apoderó de los comerciantes que estaban abriendo sus locales y de los alumnos de los colegios Ricardo Nieto y Liceo Superior Latinoamericano, ubicados a lado y lado del lugar. En vista de que las ráfagas no afectaban el vehículo blindado uno de los asaltantes abrió el baúl del Mazda y sacó una motosierra. Ante el asombro de los testigos comenzó a tratar de romper la puerta trasera del blindado mientras sus compañeros disparaban por el frente del vehículo. Finalmente consiguieron que los guardias abrieran la puerta y sacaron varias bolsas llenas de dinero. En total eran 1.200 millones de pesos. Después de distribuir las bolsas entre los 15 asaltantes abordaron las motos y con la misma velocidad con la que comenzó todo desaparecieron por las calles del centro de Cali, cubriendo su retirada con tiros al aire. Una de esas balas mató a un desprevenido transeúnte. El cinematográfico asalto ocurrió el pasado 25 de marzo y fue atribuido a una banda de asaltantes conocida como los R-15, debido a que esos son los fusiles que utilizan para sus golpes. Aunque no fueron capturados los responsables del millonario robo las autoridades establecieron con desconcierto que se trataba de miembros de la tercera generación de la banda, conformada por hijos y familiares de los primeros R-15, un grupo de asaltantes que desde hace años se ha hecho tristemente célebre para la Policía debido a la espectacularidad y sangre fría al momento de asaltar bancos y carros de valores. El uso de poderosos fusiles de asalto y chalecos antibalas no es lo único por lo que los R-15 se han hecho tristemente célebres. La banda está conformada por 30 personas, todas menores de 35 años de edad. Del grupo hacen parte cuatro mujeres jóvenes. Sin embargo es la sangre fría, precisión y osadía al momento de cometer los asaltos lo que es considerado por las autoridades como su principal característica. La banda de los R-15 se conformó a mediados de los años 90. Compuesta por tres peruanos, cuatro ex miembros de la Policía y 25 personas más, los R-15 nacieron en Cali, ciudad a la que azotaron con increíbles y frecuentes robos. Una de sus primeras acciones ocurrió el 8 de septiembre de 1995, cuando nueve hombres entraron a la sucursal del Banco Popular, ubicada en la sede del Hospital Universitario de Cali. Mientras saqueaban las bóvedas y cajas del banco en las afueras siete miembros más detuvieron el tráfico en el concurrido sector del barrio Santa Helena. Escaparon con un botín de 42 millones de pesos. Tan sólo pocos días después de este atraco 10 hombres de los R-15 ingresaron disparando sus fusiles a la oficina del Banco de Colombia de la carrera quinta con calle 42, pleno centro de Cali, y se llevaron 130 millones de pesos. El banco quedaba frente a un CAI de la Policía. Uno de sus más célebres asaltos, que no tiene antecedentes en la historia, ocurrió a las 5:30 de la tarde del martes 12 de junio de 1996. Ese día media docena de miembros de los R-15 bloquearon por completo la carrera primera entre calles 41 y 43, en Cali. Simultáneamente tres grupos, de cuatro hombres cada uno, destruyeron a tiros las puertas e ingresaron a los bancos Ganadero, Occidente y Cafetero, ubicados a lo largo de dos cuadras. La acción coordinada no tardó más de cuatro minutos y de las tres instituciones se llevaron más de 3.000 millones de pesos. Después de azotar las instituciones bancarias de Cali, y como parte de la estrategia para eludir la acción de las autoridades, la banda empezó a cambiar, aproximadamente cada dos meses, de ciudad para efectuar sus fechorías. Fue así como comenzaron a registrarse cinematográficos asaltos con la firma de los R-15 en ciudades como Barranquilla, Cartagena, Medellín, Ibagué y Bogotá. Los asaltos no sólo eran cada vez más frecuentes sino más temerarios y desafiantes. Prueba de ello fue el robo que cometieron el 2 de diciembre de 1997 en la capital de la República. Ese día seis hombres ingresaron con aparentes regalos de Navidad a la sucursal de Banco del Estado en el sector de Puente Aranda. De cada paquete de regalo sacaron dos fusiles R-15, una subametralladora, una escopeta y una granada de fragmentación. Se llevaron 1.000 millones de pesos, pero lo asombroso es que la sede bancaria está ubicada a pocos metros del Club Militar y tres batallones del Ejército, un sector que es considerado como uno de los más militarizados y seguros del país. La situación con los R-15 llegó a ser insostenible para las autoridades. Entre 1995 y 1998 estiman que la banda efectuó más de 100 asaltos en cinco ciudades del país, principalmente Cali, robando más de 5.000 millones de pesos. La Policía creó un grupo especial dedicado exclusivamente a perseguirlos y para finales de 1999 habían logrado capturar a 25 de los 35 miembros de la banda. Sin embargo los 10 delincuentes que lograron evadir a las autoridades, entre ellos Harold Camacho, formaron la que fue considerada como la segunda generación de la banda, conformada por primos y amigos de los capturados. Lejos de las esperanzas de las autoridades los R-15 continuaron en actividad. Uno de los más grandes golpes de esa segunda generación fue el asalto a un carro de valores en Cali en diciembre de 2000. En medio de un feroz enfrentamiento con la Policía a plena luz del día en una céntrica calle los asaltantes lograron llevarse los 3.800 millones de pesos que transportaba el camión blindado. Pero no sólo continuaron activos, sino desafiantes frente a la Policía. A las 8:40 de la mañana del 27 de junio de 2001 una docena de miembros de los R-15 llegaron en tres camionetas a las sede de los oficiales retirados de la Policía en el norte de Bogotá. Protegidos por chalecos antibalas ingresaron a la casa y se robaron 800 millones de pesos de la nómina de los oficiales retirados, la cual iba a ser pagada ese día. Un empleado había alcanzado a activar la alarma y a la salida los estaban esperando varias patrullas de la Policía y una docena de oficiales. Los R-15 salieron disparando sus fusiles y se trenzaron en una balacera que duró cerca de 20 minutos. Finalmente, para escapar de las autoridades, los asaltantes se abrieron paso al arrojar varias granadas de fragmentación. Harold Camacho, el líder de la segunda generación de los R-15, fue detenido en diciembre pasado por la Policía, al igual que seis miembros más de la banda. Sin embargo la gran preocupación y el nuevo desafío de las autoridades consiste en la tercera generación, que ya está operando, compuesta por los integrantes más jóvenes de la antigua banda y los hijos de los anteriores líderes de la agrupación de hampa organizada más temida del país.