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FUERA DE LA LEY

La decisión del Consejo de Estado sobre el Fiscal General de la Nación abre más de un interrogante.

5 de junio de 1995

LA NOTICIA FUE UN VERdadero batatazo jurídico. Nadie esperaba que justamente ahora, cuando la popularidad del fiscal general Alfonso Valdivieso está en su punto máximo y cuando sus actuaciones han causado admiración en muchos sectores de la opinión, el Consejo de Estado echara por tierra la decisión que la Corte Suprema de Justicia tomó el pasado junio y que dio por terminado anticipadamente el período del ex fiscal Gustavo de Greiff.
En ese entonces, la Corte enfrentaba el dilema de resolver si el Fiscal General era o no un funcionario judicial, y, en caso de serlo, si debía aplicársele la edad de retiro forzoso de los 65 años. La decisión, que para muchos juristas no dejó de ser controvertida, dio por terminadas las funciones de De Greiff -que debían prolongarse hasta el 3 de marzo de 1996- y resultó en la elección de Valdivieso como Fiscal hasta el vencimiento de ese período.
Ese debate, que para la opinión era ya cosa juzgada, se reabrió en el Consejo de Estado ante una demanda de nulidad del acto admistrativo que jubiló a De Greiff, presentada por la Asociación de Abogados Litigantes. El resultado de la deliberación en el seno de la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo, sobre ponencia del magistrado Ernesto Rafael Ariza, decretó que la edad de los 65 años determina el derecho a la pensión pero de ninguna manera el retiro obligatorio. Por sí sola, esa decisión poco cambia las cosas. En la práctica Valdivieso continúa en su cargo, pues si el retiro obligado de su predecesor fue ilegal, eso, en estricto derecho, no tiene mayor incidencia en su nombramiento. El acto de elección de Valdivieso presumía la legalidad del acto anterior que retiró a su antecesor.
Hasta ahí, la cosa hubiera podido quedarse únicamente en un derecho para De Greiff de reclamar los salarios que dejó de percibir durante este tiempo. Y, dadas las cualidades del ex fiscal, resulta muy poco probable que llegara a demandar a la Nación para que lo indemnice.
Sin embargo, una nueva demanda sí tiene en vilo la permanencia de Valdivieso al frente del ente acusador. Se trata de un recurso interpuesto ante la Sección Quinta del Consejo de Estado, que pretende imponer la tesis de que si el primer acto fue nulo, todos los actos que de él se deriven también lo son, y por lo tanto también sería nula la elección de Valdivieso. Esa demanda, que aún no ha sido resuelta, tendría consecuencias gravísimas, pues alejaría al actual Fiscal de su cargo. Aunque los términos aún no se vencen y la decisión puede demorar, en la práctica podría darse una vacancia en el cargo. En ese caso, De Greiff no podría reintegrarse a la Fiscalía -pues una vez cumplidos los 65 años ya no podría volver a ser nombrado-. De hecho, desde México ha hecho saber al gobierno que no tiene in tenciones de volver. En ese caso, el presidente Ernesto Samper se vería en la obligación de volver a enviar una terna de candidatos a la Corte Suprema de Justicia. Y, según el Presidente le dijo a SEMANA (ver entrevista) lo que haría sería enviar una terna encabezada por el propio Valdivieso para que fuera reelegido.
Así las cosas, todo parece indicar que habría una solución al impasse. Pero lo grave no es que no haya solución, sino que el asunto no tiene ninguna presentación. Por una parte, desde haces algunos meses los organismos de inteligencia del Estado han venido detectando una fuerte ofensiva jurídica del cartel de Cali para amargarle la vida en los tribunales a Valdivieso. Aunque ese indicio no quiere decir, ni mucho menos, que el Consejo de Estado hubiese sido objeto de presiones en esta oportunidad, sí le da pie a aquellos que hilan delgado para llegar a todo tipo de conclusiones.
Además, en medio de la compleja coyuntura internacional que atraviesa Colombia, una eventual destitución del actual Fiscal General sería demoledora. Quienes han venido argumentando que en el país existe una narcodemocracia tendrían munición fresca para volver a ventilar la necesidad de sanciones y de retaliaciones. Si hay alguien que ha inspirado confianza en el gobierno estadounidense es Valdivieso, y su partida del gobierno podría agravar aún más las relaciones con Estados Unidos.
Todas estas consideraciones deberían ser tenidas en cuenta por el Consejo de Estado. Aunque siempre será fácil decir que no se pueden tener en cuenta este tipo de elementos a la hora de actuar en derecho, sólo queda esperar que en este caso la justicia sea miope, pero no ciega.-