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David Luna fue nombrado por el presidente Santos en reemplazo de Diego Molano, quien renunció

POLÍTICA

¿Gabinete agotado?

La renuncia de Diego Molano es el primer cambio de ministros del segundo gobierno de Santos. La Casa de Nariño podría oxigenar el equipo.

16 de mayo de 2015

La renuncia del minis-tro de las TIC, Diego Molano, volvió a desatar la práctica de la ‘gabinetología’. Se especula que otros miembros del equipo de gobierno podrían salir en los próximos días. Si bien la salida de Molano se daba por descontada desde hace varios meses, el momento político del gobierno no es el mejor y algunas caras nuevas podrían darle un oxígeno muy necesario.

Molano, quien se retira como uno de los ministros mejor calificados, será reemplazado por el exrepresentante de origen liberal David Luna. El exconsejero presidencial y exaspirante a la Alcaldía de Bogotá llega a la cartera de las TIC con mayor trayectoria política que experiencia en telecomunicaciones. Los zapatos que deja Molano serán difíciles de llenar, como lo reconoce su sucesor, pero el conocimiento urbano de Luna le abre posibilidades para políticas tecnológicas para ciudades y regiones.

No obstante, la sorpresa creada por el nombramiento de Luna supera lo técnico para entrar a lo político. Aunque miembro del liberalismo, el nuevo MinTIC se había alejado de su partido al conformar con Enrique Peñalosa y el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Galán, el ‘Equipo por Bogotá’, que obstaculiza la aspiración del exministro liberal Rafael Pardo. Algunos han llegado a sugerir que, con esta jugada, Santos buscó debilitar la candidatura de Peñalosa. Es más probable, sin embargo, que el primer mandatario haya actuado por gratitud hacia Luna, quien apoyó la campaña reeleccionista en la capital.

La anunciada crisis ministerial no se ha producido, o está pospuesta. El propio primer mandatario la desmintió con este contundente trino, el pasado martes: “Los que hablan de remezón en el gabinete están desinformados. El equipo sigue”. No obstante, los rumores de cambios ministeriales continúan. Especialmente para los ministros más antiguos del equipo que vienen desde el primer cuatrienio: la canciller María Ángela Holguín, Juan Carlos Pinzón, titular de Defensa, y la ministra de Cultura, Mariana Garcés.

La ministra de Relaciones Exteriores ya rompió el récord de mayor tiempo a la cabeza de la diplomacia, pero en todas las encuestas figura en los primeros lugares en materia de gestión. Por su parte, Juan Carlos Pinzón es el civil con el periodo más largo en el ministerio desde 1991, cuando la cartera dejó de ser ocupada por militares activos. En el caso de Pinzón los cambios en la dinámica del proceso de paz requerirían de un estilo distinto en el ministerio a cargo del conflicto. Las tensiones entre el estamento militar y la Casa de Nariño volcada a la paz podrían aliviarse con la llegada de un nuevo enlace.

Desde luego, la antigüedad en el ejercicio de los cargos no es la única variable que se debe tener en cuenta en la gabinetología. El oxígeno político que necesita el gobierno en estos momentos es más abundante en personas con representatividad política o en los reemplazos de funcionarios que, por la coyuntura o por errores, se han desprestigiado.

Santos descartó la crisis ministerial porque la proliferación de versiones sobre nuevos relevos les pusieron los pelos de punta a varios ministros. Pero no es imposible que en las próximas semanas el primer mandatario vuelva a reflexionar sobre la conveniencia de anticipar algunos ajustes en su gabinete. Además de la renovación y del relevo de quienes ya cumplieron su misión, la Casa de Nariño podría buscar una mejor capacidad de comunicación, más cercanía con la gente y mayor llegada en las regiones. Las vecindades de las fiestas patrias -20 de julio y 7 de agosto-, cuando se instala el Congreso y se cumple un aniversario del segundo periodo de Juan Manuel Santos, suelen ser una fecha idónea para los cambios. El presidente tiene la palabra.