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El general Eduardo Enrique Zapateiro, comandante del Ejército. | Foto: SEMANA

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“No me interesan los muertos, me interesa estabilizar regiones”: Zapateiro

Durante el Gran Foro Colombia 2020: ¿para dónde va el país?, el nuevo Comandante del Ejército dijo que la certeza en las labores de inteligencia, antes de lanzar un operativo, debe ser del 100%. El año pasado hubo polémica porque se expidió una directriz que disminuía esos porcentajes.

28 de enero de 2020

Aunque varios de los indicadores de seguridad mejoraron en el último año, el 2020 arranca con la sensación de que algunas zonas del país están fuera de control. Esto, por cuenta de fenómenos puntuales, como la cantidad de líderes sociales asesinados (alrededor de 15) en los escasos días que han corrido del año, o por las sangrientas confrontaciones de grupos armados en territorios como Putumayo, Chocó o Cauca.

La situación de seguridad fue tema central en el Gran Foro Colombia 2020: ¿Para dónde va el país?, organizado por SEMANA. En ese espacio, el general Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército, aseguró que la prioridad de la institución, más que los resultados operacionales, es la recuperación de los territorios más azotados por la violencia. “Les he dicho a los comandantes de división: no me interesan muertos, no me interesan los capturados. Me interesan los recuperados, menores de edad recuperados. Me interesan, más que resultados, estabilizar regiones”.

El general Zapateiro llegó a la comandancia tras la salida del general Nicacio Martínez, cuya gestión estuvo rodeada de varios escándalos, algunos denunciados por SEMANA. Una de las polémicas tuvo que ver con varias directrices del Ejército para desarrollar operaciones, entre esas, la que disminuía el porcentaje de precisión en la información de inteligencia, antes de lanzar un operativo. Frente al tema, Zapateiro aseguró: “La inteligencia para poder lanzar una operación tiene que ser del 100%. Solo así podemos ser efectivos”.

Durante el foro, Carlos Holmes Trujillo, ministro de Defensa, planteó la lectura del gobierno en materia de seguridad. Destacó que el 2019 cerró con la disminución de varios delitos, como homicidios, secuestros y riñas, aunque aumentaron los hurtos. Y puso énfasis en el problema del narcotráfico como el disparador de la violencia reciente. Aseguró que gran parte del desafío de la proliferación de grupos criminales tiene que ver con que el gobierno de Iván Duque recibió de su antecesor la cifra de 200.000 hectáreas sembradas de coca, después de que la misma alcanzó a rondar los 40.000 en periodos anteriores. 

La respuesta del gobierno a la inseguridad apunta a la política marco de seguridad y convivencia, lanzada en diciembre, y que entre otras medidas, busca poner un mayor pie de fuerza en las calles. Para esto, dijo el general Óscar Atehortúa, director de la Policía, buscan una transformación de la institución. Y hay un proceso para detectar lo que debe actualizarse o modificarse internamente.

María Victoria Llorente, la directora de la Fundación Ideas para la Paz, trazó un panorama amplio de los desafíos del conflicto. Para ella, hay que interpretar a los actores armados que han proliferado tras la firma de la paz, siendo el ELN, las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo los principales. Esas organizaciones tienen métodos y recursos distintos, con una presencia más focalizada. “Actores que son más facciones que organizaciones de presencia nacional”, dijo Llorente.

Para la analista, es necesario encontrar la forma de romper la dependencia económica que las comunidades tienen de las actividades ilegales en los territorios más violentados. Además, ella diagnostica un problema de confianza tanto al interior de la Fuerza Pública, como de la ciudadanía a esas instituciones. Y sobre el papel de las mismas, asegura: “Hay contradicciones en la narrativa del gobierno. A veces habla de la multidimesionalidad (para abordar la violencia) pero en la realidad un énfasis en la lucha armada”.

Otro de los problemas que alimentan el crimen, según Daniel Medía, exsecretario de Seguridad de Bogotá, es la reincidencia de los delincuentes. “La reincidencia está en el corazón del crecimiento de las cifras de hurto”, aseguró. Ilustró la situación con casos que han ocurrido en la capital del país, donde han capturada hasta 50 veces a la misma persona, que vuelve a quedar libre.

Los funcionarios y analistas coincidieron en que la frontera con Venezuela es también un punto crítico en materia de orden público, actualmente agravado por la inexistente relación entre los gobiernos de Duque y Maduro. En suma, lo que hay es una línea que divide dos países pero que, en la práctica, es un paso casi irrestringido para grupos criminales como las disidencias y el ELN, que buscan refugio y planean delitos desde el lado venezolano.

“Este es un tema de rentas criminales, la posibilidad de traer y pasar armas. Es muy importante poder irrumpir el enlace de las organizaciones criminales venezolanas con las colombianas. Ellos necesitan enlaces”, dijo el general Atehortúa. Zapateiro, por su parte, aseguró que más que aumentar el pie de fuerza en la frontera, necesitan operaciones más puntuales, “un trabajo más quirúrgico”.