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Documentos de inteligencia en poder de SEMANA relacionan a ‘Macaco’ con por lo menos 10 organizaciones de narcos. Cientos de horas de grabaciones también lo relacionan con actividades delictivas

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Golpe de mano

Después de las denuncias de SEMANA sobre cómo los paramilitares delinquían desde la cárcel, el gobierno les quitó los beneficios de la Ley y dejó listos para ser extraditados a dos de los más poderosos jefes paras: ‘Don Berna’ y ‘Macaco’.

25 de agosto de 2007

Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’ y Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, no pudieron ocultar su sorpresa cuando en la madrugada del viernes pasado un grupo de hombres del DAS llegó hasta sus celdas en la cárcel de Itagüí y les notificó que serían trasladados de inmediato a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita en Boyacá. La decisión dejó fríos a los dos jefes paramilitares más poderosos y temidos de las AUC, y causó una gran conmoción en la opinión pública cuando el gobierno explicó las razones para tal decisión. No era para menos. Se trataba de una de las determinaciones más radicales desde el inicio del proceso de paz con los paramilitares.

“Con base en las investigaciones realizadas por las agencias oficiales, el gobierno llegó a la conclusión de que ‘Macaco’ continuaba realizando actividades ilícitas con posterioridad a su desmovilización”, decía uno de los apartes del comunicado oficial de la Presidencia de la República. “El gobierno tramitará la extradición de Carlos Mario Jiménez (‘Macaco’) en caso de presentarse solicitud en tal sentido, previo al concepto favorable de la Corte Suprema de Justicia”. En una rueda de prensa, el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, afirmó además que ‘Macaco’ ya no hace parte de la lista de postulados de Justicia y Paz y, en consecuencia, no sólo perdía los beneficios que ésta contempla para los desmovilizados de las AUC, sino que además las investigaciones que se llevan en su contra pasarían a la justicia ordinaria. ‘Macaco’ queda expuesto a condenas de hasta 40 años de prisión. Al caer la tarde del viernes se confirmó que Estados Unidos había solicitado la extradición del ex comandante del Bloque Central Bolívar. Es requerido por una Corte de Fort Lauderdale por varios cargos relacionados con narcotráfico. ‘Macaco’ se convirtió así en el primer gran jefe paramilitar en perder los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

Sobre el traslado del otro peso pesado de los paramilitares, ‘Don Berna’, el gobierno anunció que la decisión obedecía a “razones de seguridad”. ‘Don Berna’ está pedido en extradición por Estados Unidos Sin embargo, esa medida se encuentra congelada por el gobierno como parte de los beneficios que concede el acuerdo de paz con los ex paramilitares. Aunque el comunicado del Palacio de Nariño fue escueto sobre ‘Don Berna’, en declaraciones a diferentes emisoras de radio el ministro Holguín no descartó que el ex jefe del Bloque Cacique Nutibara también estuviera involucrado en actividades ilegales después de su desmovilización. SEMANA conoció que el Presidente les pidió a los organismos de seguridad mayor información para adoptar una decisión sobre el futuro de ‘Don Berna’.

Por eso, a corto plazo la situación de ‘Don Berna’ es mucho más complicada que la de ‘Macaco’. Para que este último sea extraditado pasarán varios meses mientras se realizan todos los trámites que exige la ley. ‘Don Berna’, por el contrario, puede estar camino a Estados Unidos, cortesía de la DEA, en cuestión de días. El Presidente sólo tiene que firmar una resolución para revocar la suspensión de la extradición.

El argumento de “razones de seguridad” para justificar el traslado de ‘Don Berna’ ha sido interpretado como una jugada estratégica del gobierno para quitarle margen de maniobra al jefe paramilitar al sacarlo de su zona de influencia. Y así evitar que él imponga las reglas de juego como ocurrió hace dos años. ‘Don Berna’ logró bloquear el transporte en Medellín para evitar que el gobierno lo encarcelara en Cómbita. En ese momento, el gobierno se vio obligado a ceder y a aceptar las condiciones del paramilitar, que finalmente terminó en el sitio de reclusión que aspiraba: Itagüí.

El traslado simultáneo de ‘Don Berna’ y ‘Macaco’ tampoco fue una determinación caprichosa. El gobierno no podía dejar en Itagüí a ninguno de los dos. Aunque ambos lo han negado, en los dos últimos años han estado enfrascados en una guerra desde cuando ‘Macaco’ y sus hombres empezaron a copar territorios y zonas estratégicas que dominaban ‘Don Berna’ y su organización. En particular el ingreso de hombres de ‘Macaco’ a sectores de Medellín, como la comuna 13, la cual había estado desde hace varios años bajo el dominio de ‘Don Berna’.

Otra de las zonas en que más se sintió esa disputa fue en el municipio de Envigado, en donde actuaba la tristemente célebre ‘oficina’ de cobro que siempre fue controlada por ‘Don Berna’. ‘La oficina de Envigado’ era una organización criminal compuesta por varias facciones que se dedicaban a actividades que iban desde ajuste de cuentas, cobro de extorsiones y vacunas, hasta negocios de tráfico de droga. Como epicentros del narcotráfico la ‘oficina’ era clave y eso lo sabía ‘Macaco’.

Como producto de esa guerra se desencadenaron vendettas que han dejado varios muertos de cada bando. Entre ellos se cuenta a Gustavo Upegui, ex presidente del equipo de fútbol Envigado, y ‘Daniel’, uno de los jefes de la ‘oficina’ y de los hombres más cercanos a ‘Don Berna’. Esa guerra también se había extendido a otras zonas como Tierralta y Valencia, en Córdoba. El conflicto entre ‘Macaco’ y ‘Don Berna’ había alcanzado tales dimensiones, que había terminado involucrando a la mayoría de los jefes paramilitares recluidos en Itagüí, quienes se vieron obligados a “escoger bando”.

Las pruebas

A mediados de mayo pasado, SEMANA reveló una serie de conversaciones que evidenciaban que algunos de los jefes paramilitares recluidos en Itagüí, así como sus lugartenientes dentro y fuera de la cárcel, continuaban estrechamente vinculados a todo tipo de actividades ilegales. Miles de horas de grabaciones y los documentos secretos demostraban que prácticamente desde el comienzo del proceso de paz, paramilitares como ‘Don Berna’ y ‘Macaco’, entre otros, jamás abandonaron su vida delictiva. Las grabaciones y documentos en poder de SEMANA, algunas de las cuales fueron reveladas hace tres meses, evidencian que los paras utilizaron la zona de concentración de Santa Fe Ralito como una ‘sede’, desde la cual planeaban asesinatos, compra de votos, pago de extorsiones y tenían caletas con toneladas de coca que exportaban desde allí. Esas actividades continuaron cuando fueron trasladados a La Ceja y jamás cesaron cuando fueron recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Itagüí.

Cuando se conocieron públicamente las grabaciones, el gobierno negó que los jefes paramilitares estuvieran violando los acuerdos del proceso de paz y mucho menos vinculados a actividades ilegales. Sólo la semana pasada, tres meses después, el mismo gobierno terminó reconociendo las denuncias y aceptando, nada más y nada menos, que dos de los jefes paras más pesados, ‘Macaco’ y ‘Don Berna’, efectivamente, estaban delinquiendo.
El jueves le fueron presentadas al Presidente algunas de las evidencias que demostraban el incumplimiento de los acuerdos por parte de los paramilitares, y ese mismo día Uribe tomó la decisión que hoy tiene a ‘Don Berna’ y a ‘Macaco’ en Cómbita.
Gran parte de las evidencias que tienen a ‘Macaco’ por fuera de la Ley de Justicia y Paz y a la espera de ser extraditado, están conformadas por decenas de grabaciones. En algunas de las interceptaciones, que SEMANA conoció, el jefe paramilitar da instrucciones a lugartenientes que están por fuera de prisión sobre el rearme de nuevos grupos en diferentes regiones del país, en las cuales tenía influencia el Bloque Central Bolívar (BCB). Ese rearme de esas estructuras que tienen nombres que van desde Águilas Negras de Norte de Santander hasta ‘Los Macacos’, que actúan en Vichada y Vaupés, tiene como único objetivo garantizar la protección de laboratorios, pistas y rutas para exportar cocaína.

En algunas de las grabaciones no conversa directamente ‘Macaco’, pero los ‘negocios’ son coordinados por miembros que hicieron parte del BCB, quienes claramente cumplen al ex jefe paramilitar. Dentro del ‘paquete’ de evidencias también están identificadas pequeñas pero poderosas y muy activas organizaciones de narcotraficantes que están asociadas a ‘Macaco’ y que actúan en zona de reconocido dominio del jefe para, como Dosquebradas, en Risaralda. Dentro de los documentos que relacionan a ‘Macaco’ con el narcotráfico hay por lo menos, 10 organizaciones diferentes, cuatro con presencia en Risaralda y las seis restantes en Antioquia, principalmente en Medellín.
El caso de ‘Don Berna’ es igual de contundente. Existen cientos de horas de grabaciones que dejan en claro que el ex jefe del Bloque Cacique Nutibara controlaba desde prisión los cobros de extorsiones, vacunas y mantenía fluidos contactos con diferentes grupos de narcotraficantes. Al igual que el caso de ‘Macaco’, muchas de las conversaciones grabadas son de reconocidos lugartenientes de ‘Don Berna’, quienes se encargan de las “coordinaciones de los negocios”. De igual forma, existen documentos de inteligencia en donde hay una detallada relación de los cerca de 15 grupos de narcos asociados a ‘Don Berna’, seis de los cuales actúan en Envigado y municipios aledaños.
 
Desde cuando fueron recluidos en Itagüí, tanto ‘Macaco’ como ‘Don Berna’ trataron de ‘cuidarse’ al hablar por teléfono y procuraron tener conversaciones poco comprometedoras. Sin embargo, con lo que no contaron es con que muchos de sus lugartenientes no fueron tan cuidadosos al hablar por teléfono y muy pocos se dieron cuenta, incluso, de los seguimientos por parte de agentes de inteligencia. Como si todo lo anterior no fuera suficientemente en contra de ‘Macaco’ y ‘Berna’, también están las declaraciones que sobre ellos han entregado a las autoridades colombianas y extranjeras poderosos narcotraficantes como Hernando Gómez, alias ‘Rasguño’, en las que cuentan con lujo de detalles los negocios de narcotráfico de los dos jefes paramilitares.

Sin duda la decisión del Presidente de trasladar a Cómbita a dos de los jefes paramilitares más temidos fue audaz y no estaba en el presupuesto de nadie. Aunque la extradición de un jefe paramilitar siempre ha estado dentro de las posibilidades, pocos esperaban que ‘Macaco’ y ‘Don Berna’ fueran los primeros en la lista. Para muchas ONG, eran los ‘intocables’, los más temidos y el mejor ejemplo de los narcos disfrazados de paras.

Desde cuando arrancó el proceso con las AUC en 2003, la presencia de ‘Macaco’ y ‘Don Berna’ en la mesa generó dudas. Pero dado su poder –el primero comandó un bloque con presencia en 22 departamentos, y el segundo era el heredero del poder de Pablo Escobar en Medellín– y su capacidad económica, fueron aceptados. Ahora, son reos en Cómbita y muy posiblemente se unirán a los Rodríguez Orejuela en Estados Unidos, como inquilinos predilectos de las cárceles norteamericanas.

Durante estos cuatros años, el gobierno perdió varios pulsos con los paramilitares y quedó la sensación de debilidad en varios sectores. El viernes se cambió la ecuación. Es diciente que los jefes paramilitares en Itagüí reaccionaron con cautela. No hubo amenazas. El siempre vociferante ‘Ernesto Báez’ por ahora mantuvo silencio. ‘Gordolindo’, otro narco convertido en autodefensa, fue el primero en hablar y ratificar su compromiso con el proceso.

La pregunta es si el gobierno aprovechará esta coyuntura para obligar a los otros paramilitares no sólo a cumplir la ley, sino a empezar en serio con la verdad y la reparación.