Guatavita: primera parada de ‘A vuelo de cóndor’

Guatavita significa, en muysccubun (idioma muisca), ‘fin de la labranza’, o ‘punto de la sierra’. En la época precolombina, Guatavita era el segundo clan –así se le llamaba– más importante del Zipazgo, después del de Bacatá (Bogotá).

El pueblo de Guatavita duró hasta el septiembre de 1967, cuando se inundó la cabecera municipal para la regulación de volúmenes de agua del río Bogotá. Por eso, el pueblo fue trasladado al lugar de su actual ubicación, donde se construyó una población moderna pero de aspecto colonial. Las ruinas del pueblo anterior se encuentran actualmente al sur del fondo del Embalse del Tominé.

Guatavita hace parte de la Ruta de El Dorado del Festival ‘A vuelo de cóndor’. Es la anfitriona número uno por ser un destino obligatorio para locales y turistas, y ser la heredera de las leyendas colombianas que han trascendido fronteras (como la de El Dorado).

Venir a Guatavita significa navegar por lo ancestral, perderse en sus senderos muiscas para practicar el ciclomontañismo, entrenar deportes náuticos, comprar artesanías de figuras míticas o bordados, deleitarse con la carne a la parrilla, el cordero asado, la trucha al ajillo, la mazamorra y los deliciosos postres, derivados de la leche que lo dejarán sencillamente sin aliento.

Algunos sitios de interés para recorrer en este territorio insospechado son: el cementerio indígena, el embalse de Tominé, el Museo indígena, el religioso, el embarcadero, el club náutico y el cerro de Montesillo.

La Leyenda de El Dorado

En el exuberante territorio de los Muiscas (Chibchas), hace cientos y cientos de años, todo estaba listo para un gran acontecimiento: la coronación del nuevo Zipa, que para nuestro entender es algo así como el gobernador, cacique o presidente de turno.

La Laguna de Guatavita era nada más y nada menos que el escenario natural y sagrado de tal evento. Una alberca natural y gigantesca que lucía tranquila y sin arrebatos en sus aguas cristalinas. Allí el futuro Zipa, al sumergirse empapado de polvo de oro y ofrendas del metal precioso de toda la población, se consagraba como el nuevo monarca.

El festival, en su primera versión, comienza este sábado 30 de junio.

Una iniciativa de Semana, la Gobernación de Cundinamarca, con su marca regional ‘Cundinamarca, El Dorado, la leyenda vive’, y Cine Colombia. En alianza con: Fuerzas Militares de Colombia, Amarilo, Aguardiente Néctar y Ron Santafé. Con el apoyo de: ETB, Parque Jaime Duque, De Todito y Margarita.

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