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Hablan los expulsados

Los congresistas que salieron por la puerta de atrás de las listas uribistas siguen fieles al Presidente. Lanzan al agua a sus contradictores políticos.

2 de febrero de 2006

Hace una semana estaban bajo el escarnio público. Los cinco congresistas que fueron vetados para ingresar a las listas a Senado de Cambio Radical y el Partido de la U quedaron por unos días viendo un chispero en medio de la atribulación y la sorpresa. Pero bastaron pocos días para que volvieran a la carga y ya pusieron en práctica un plan B para inscribirse en otras listas. Siguen convencidos hasta el tuétano de la reelección, aunque no niegan estar frustrados por el silencio del Presidente, de quien todos se consideran amigos entrañables. También reclaman el trato desigual que han recibido, y algunos de ellos aseguran que la purga no ha terminado. SEMANA entrevistó a cuatro de ellos.

El martes pasado, Jorge Luis Caballero, un hombre de 38 años, nacido en El Piñón, Magdalena, ex diputado y ex gobernador de su departamento, se echó un emotivo y airado discurso en una de las céntricas calles de Santa Marta, abarrotada de seguidores, que lo acompañaron a inscribir su candidatura a la Cámara por el movimiento Apertura Liberal. "Tengo el corazón partido", dijo. Se refería al Presidente de la República. "Fui ponente del proyecto de referendo, fui autor y ponente de la reelección. Durante los años que he estado en el Congreso he defendido todas y cada una de las iniciativas del gobierno". Para este congresista, que salió electo en 2002 por el Partido Liberal, y que aspiraba a repetir curul, con Cambio Radical, lo que ocurrió hace dos semanas no tiene explicación. "Las sindicaciones mutuas sobre vínculos con los paramilitares que se hicieron los parlamentarios de Córdoba son mucho más graves que un rumor callejero que le llevaron al Presidente sobre la tal cumbre de Curumaní, y sin embargo, el Presidente pidió una investigación".

Para Caballero, desde Bogotá se está desconociendo la realidad regional y la trayectoria de familias como la suya y la de Luis Eduardo Vives. "Cómo es posible que nos desconozcan y tejan el argumento de que nuestros votos son presionados por los paramilitares. Sí así fuera, tendríamos que llegar a la conclusión de que esos mismos votos sirvieron para elegir al Presidente de la República", dice. Y va más allá cuando se refiere al gobernador de Magdalena, Trino Luna, quien fue candidato único por su departamento, situación que ha generado sospechas y suspicacias en muchos sectores. "El señor Trino Luna fue avalado por el Partido Liberal y en ese momento no vieron mal que fuera candidato único. Aquí vino el senador Rodrigo Rivera al lanzamiento de su candidatura y Piedad Córdoba a hacerle campaña. El hijo de Miguel Pinedo es jefe de planeación, y tanto José Vives como Sergio Díazgranados tienen representación en el gobierno departamental. ¿Acaso la gente del Magdalena es paraca cuando está en los partidos del gobierno y deja de serlo cuando está en la oposición?", reclama.

Los demás congresistas que aspiran al Senado y que fueron 'vetados' por Juan Manuel Santos y Germán Vargas se inscribirán por el movimiento Colombia Viva, uno de los grupos uribistas que había convergido en el Partido de la U y que volvió a revivir después de que los expulsados tocaran, infructuosamente, las puertas de otros partidos de la derecha.

Uno de ellos es Luis Eduardo Vives Lacouture, de 48 años, quien es la fórmula al Senado de Caballero. Es un ingeniero samario, que también ha sido concejal y diputado. Su hermano Mauricio fue secuestrado el año pasado en La Guajira, al parecer por las autodefensas. Vives resiente el trato recibido ahora, después de haber sido leal con el Presidente durante todo el gobierno."Contribuí a que se le aprobara el avión al Presidente, y los recursos para financiar la deuda del país. Siempre creyendo en la palabra de Uribe". Para Vives, el veto que le hizo Juan Manuel Santos es fruto de una mirada bogotana sobre la región. Asegura que se reunió con 'Jorge 40' por iniciativa y pedido del propio alto comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo en Santa Fe Ralito.

A este reclamo se une Jorge Castro, quien durante estos cuatro años actuó como segundo renglón de Dieb Maloof, y tuvo algunas 'palomitas' en el Senado, corporación a la que aspira. Castro tiene 50 años, y nació en Valledupar. Se define como ganadero y reforestador, aunque hizo su mayor trayectoria en el sector eléctrico, particularmente en Corelca. Se enorgullece de haber sido el primero en comprar 10.000 hectáreas de tierra en la controvertida represa de Urrá. Asegura que a pesar de haber sido excluido de Cambio Radical, sus lazos con el presidente Uribe son profundos. "Fui el primer senador que apoyó a Uribe cuando tenía el 2 por ciento en las encuestas. Lo llevé a Plato, a Pivijay. Estuve con él en El Difícil, donde hizo su primer discurso. En Magdalena fue el único departamento de la Costa donde Uribe ganó las elecciones. En todas las correrías íbamos en mi carro, y yo hacía de conductor. Ni siquiera teníamos escolta" dice.

Respecto a lo ocurrido hace dos semanas, Castro se declara confundido, "Al señor 'Jorge 40' se le entregó un salvoconducto para sensibilizar a la población sobre la desmovilización y por supuesto tiene que reunirse con la gente para ver cómo queda una región que ha sido abandonada por el Estado. Durante este tiempo me lo encontraba en carreteras y trochas. A veces me saludaba y a veces no". Respecto a la cercanía de su hermano 'Tuto' Castro con los paramilitares dice que "'Jorge 40' es de una familia distinguida del Cesar. Todos lo conocemos. En su cuadra crecieron 'Simón Trinidad' y el Procurador. Entonces que sindiquen a medio Valledupar".

Pero quizá el tono más altivo lo ha mantenido Dieb Maloof, neurocirujano de 45 años nacido en Barranquilla. Dos días después de que Santos lo proscribiera de la lista del Partido de la U, realizó una caravana que terminó en una manifestación pública frente a la Plaza Bolívar de Barranquilla. Se deshizo en improperios contra Santos, de quien dijo "nunca estuvo con el Presidente. Llegó a último momento como oportunista barato de la oligarquía colombiana". Maloof, que preside el movimiento Colombia Viva, dice que presentará una lista independiente en la cual además estará el futbolista Iván René Valenciano. Como siempre, recordó que él estaba al lado del Presidente cuando sufrió un atentado en Barranquilla. Así demuestra que su cercanía con Uribe es de tiempo atrás. Y va más allá: "No me explico cómo vienen a decir ahora que unos votos sí son buenos y otros malos, si el presidente Uribe y yo trabajamos de la misma forma por los votos". 

Y aunque están dolidos, siguen tan uribistas como siempre. "A pesar de lo ocurrido, no van a escuchar de Jorge Caballero agravios contra el Presidente ni desconocimiento de su gestión porque estoy convencido de que lo ha hecho bien y que merece ser reelegido", dice Caballero. Y según Maloof, "si el Presidente lo permite, lo apoyaremos".

Aunque resulta obvio que quienes fueron expulsados del uribismo y sometidos al escarnio público empiezan a sacarse el clavo, muchas de las preguntas que se hacen rondan también en el ambiente político. ¿Por qué los expulsan ahora y no cuando estaban votando los proyectos clave del gobierno como la reelección y la Ley de Justicia y Paz? Si se trata de hacer realmente una purga de políticos con nexos con paramilitares, ¿acaso la lista no es más larga como lo demuestran elecciones atípicas en otros departamentos como Cesar, Córdoba y Sucre?

El veto de cinco nombres en el uribismo y uno en el Partido Liberal -el senador Vicente Blel-, es un paso adelante, pero no resuelve el problema de fondo que hay en esta coyuntura electoral: la transformación de las armas de las autodefensas en un poder político donde el clientelismo mafioso y la coacción son la norma de conducta. n