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Exalcalde de Bogotá, Jaime Castro | Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

“Hay despilfarro y derroche de dinero en el Distrito”

Semana.com habló con el exalcalde Jaime Castro, quien criticó a Petro por su modelo de aseo.

María del Pilar Camargo, periodista de Semana.com
23 de enero de 2013

En una columna de opinión, el exalcalde de Bogotá Jaime Castro, aseguró que el actual mandatario de la capital, Gustavo Petro, “decidió corregir a Lampedusa (‘Que todo cambie, para que todo siga igual’) por la máxima que caracteriza a su administración: Que todo cambie, para que todo sea peor”.


En su criterio, el alcalde falló en su decisión de cambiar el modelo de servicio de aseo, actuación que calificó de “improvisada e irresponsable”.

Con cifras, Castro explicó por qué considera que Petro incurrió en detrimento patrimonial. Además, aseguró que los grandes ganadores del polémico capítulo de las basuras son los operadores privados.

En entrevista con Semana.com, el exalcalde también cuestionó al actual mandatario por los contratos con las empresas contratistas de dueños a quienes, recordó Castro, Petro llamó ‘mafiosos paramilitares’.

Semana.com: ¿Cómo califica la idea de Petro de convertir al Distrito en operador público?

Jaime Castro:
Equivocada. El Distrito tiene una experiencia costosa en esa materia, porque cuando tuvo la Empresa de Servicios Públicos (Edis), se produjeron dos situaciones lamentables. Primero, repetidas emergencias sanitarias, y segundo, elevados costos fiscales. La Edis no lograba vivir con las tarifas que recaudaba, era necesario hacerle transferencias del presupuesto distrital. El Distrito ya vivió esa experiencia y los resultados no fueron positivos.

Semana.com: ¿Cómo le pareció la actuación de Petro ante el cambio del modelo de aseo?

J. C.:
Se trató de una improvisación total, podía cambiar el modelo de servicio de aseo, pero debía estudiarlo, no se podía hacer de la noche a la mañana, para así evitar contratar a los mismos que estaba satanizando a la víspera. Haber importado por contrato 160 camiones, pero después decir que solo necesitaba 60 o 70, haber contratado 4.500 obreros cuando realmente necesitaba 2.000, haber arrendado 476 volquetas y luego devolver 220. Actuó con ligereza. Cuando se improvisa en asuntos públicos se incurre en actos de irresponsabilidad.

Semana.com: ¿Qué opina sobre el trato que le dio Petro a los operadores privados?

J. C.:
El alcalde no ha explicado por qué contrató con unas empresas que estaban en manos de ‘mafiosos paramilitares’, como él los llamó.Esa es la explicación que le debe a la ciudad. El alcalde hizo de tripas corazón y se tragó ese sapo. Es una incoherencia muy grande. Sé que con uno de los operadores contrató por tiempo indefinido; con otros dos, por un año; y con el cuarto, por cuatro o seis meses.

Semana.com: ¿Por qué cree que los operadores privados se salieron con la suya?

J. C.:
Con lo que había dicho Petro, era de esperar que no los contratara. Según la señora que firmó los contratos, se redujeron en un 10 por ciento los ingresos de los operadores privados, pero estos ya no prestan el servicio como antes, cuando era en toda la ciudad, sino en el 82 por ciento, y ahora parece que lo van a prestar en el 70 por ciento.En conclusión, salen ganando.

Además, van a utilizar una maquinaria que les hubiera quedado cesante, no tuvieron que hacer ninguna inversión,ese equipo ya tiene diez años de uso, es obsoleto y está gastado. Se les hubiera podido exigir un equipo nuevo, pero ante el desastre que se produjo los días 18, 19 y 20 de diciembre, pusieron sus condiciones y los contrataban, o el Distrito, solo, tenía que afrontar la emergencia.

Semana.com: Usted también habla sobre detrimento patrimonial por este asunto...

J. C.:
Hasta donde se sabe, para crear el tal operador público hay, por lo menos, dos grandes inversiones: compraron un equipo nuevo, que valió 65.000 millones de pesos, y le dieron un contrato a Aguas de Bogotá por 114.000 millones de pesos. Más costos hay en los estudios que contrata la Empresa de Acueducto y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en el envío de cuatro funcionarios a Nueva York, pagándoles viáticos. Eran funcionarios que no sabían de ese tema. Hay despilfarro y derroche de dinero, llegando a los 200.000 millones de pesos. Contrataron gente que no necesitaban y alquilaron volquetas que tampoco se necesitaban.

Semana.com: El alcalde Petro explicó que la reducción en la tarifa de aseo fue posible debido a que el nuevo sistema disminuye los costos de contratación del servicio con los operadores privados, usted dice que “la anunciada rebaja del 8 por ciento es con cargo a recursos del Distrito”, ¿en qué basa su afirmación?

J. C.:
En el sistema que rigió hasta el 18 de diciembre del 2012, las tarifas de aseo que pagaban los bogotanos integraban una bolsa comunal a la que concurrían los contratistas particulares. A la UAESP, es decir, al Distrito, iba el 8 por ciento de esas tarifas o algunas veces un poquito más. Después de ese 18 de diciembre, cuando cambió el modelo de servicio de aseo, Petro impuso su concepción y dijo que no se le giraría ese 8 por ciento a la UAESP. Es decir que la rebaja de las tarifas se va a pagar con una plata que antes iba al Distrito y ya no le va a llegar. 

Semana.com: Usted dice que “los contratos, incluida la compra de equipo, se han adjudicado sin licitación pública”. La administración Petro asegura que actuó en urgencia manifiesta. ¿Qué opina?

J. C.:
Eso lo tiene que explicar Petro a la Procuraduría, a la Fiscalía y la Contraloría Distrital. Debe haber licitación. No hay licitación cuando se declara la urgencia manifiesta por un hecho natura como el invierno. Si se lee la declaratoria de urgencia, lo que se alega son faltas de la propia administración. Ese es el punto jurídico que tiene que resolver Petro ante los organismos de control.

Semana.com: ¿Por qué considera que aún no se mejoran las condiciones laborales de los obreros, los empleados de los operadores privados?

J. C.:
Petro habló sobre obreros que contrataban los operadores privados y dijo que eran contratados a través de unas cooperativas, no directamente por los contratistas. Aseguró que había que obligar a los contratistas a que contrataran directamente a los obreros, pero si se revisan los contratos que prorrogó, no se puso esa cláusula, no aparece esa obligación para los privados, ni tampoco lo está en los nuevos contratos. Pudo ceder ante los operadores diciéndoles ‘siempre y cuando ustedes se comprometan a vincular sus obreros dentro de la normatividad vigente y no a través de cooperativas’, pero no lo hizo.

Semana.com: Este martes, con el inicio de la recolección de residuos en otras cinco localidades, Aguas de Bogotá llega al 30 por ciento de operación en la capital, ¿este cambio es esperanzador?

J. C.:
Eso va a ser más gravoso para el Distrito porque va a tener mayores costos fiscales. Además, se mejoran las condiciones de los operadores privados, que tienen una suma fija de 3.500 millones o 4.000 millones de pesos. Si reducen el área en la que estos tienen que recoger la basura, solo salen ganando ellos (los contratistas).

Semana.com: ¿Qué pasará con el nuevo operador que reemplazará a Aguas de Bogotá?

J. C.:
Si Aguas de Bogotá es tan bueno y le confiaron la prestación del servicio de aseo, ¿por qué lo van a cambiar al mes, a los dos meses? ¿No era Aguas de Bogotá la empresa apta? La buscaron de afán. La Contraloría la había declarado insostenible financieramente y echaron mano de esta empresa porque no tenían más. Es una muestra de improvisación. En menos de un mes ya falló.

Semana.com: ¿Bogotá está lejos de cumplir la práctica de reciclaje que ordenó el alcalde Petro?

J. C.:
Toma tiempo. Es un fenómeno cultural. La pedagogía debe empezar desde la escuela, es una meta alcanzable, pero no en una semana. Hay un documento de Petro, dirigido a la Corte Constitucional, donde dice que 2.000 recicladores harán las veces de instructores e irán a las casas. Me parece un poquito irreal, dudo que esa propuesta sea viable en el caso de Bogotá.