“Hay un sector muy grande en el país que tiene una posición socialdemócrata”: Álvaro Tirado

El historiador colombiano Álvaro Tirado Mejía lanzará sus memorias en El presente como historia, un libro de la editorial Penguin Random House y la Universidad Nacional, en el que hace un recorrido por varios gobiernos, acuerdos de paz con diferentes grupos armados, su relación con importantes personajes, entre otros momentos que han marcado su vida, cruzada también por la política y la historia del país. En entrevista con SEMANA dio algunas luces del panorama político actual, del cual es optimista.

SEMANA: ¿De qué tratan sus memorias?

Álvaro Tirado (A. T.): Es un recuento de diferentes aspectos de la vida. He estado en diferentes actividades, una que es el centro de mi vida, que ha sido la docencia en la Universidad Nacional, la producción en el campo de la historia. He escrito 10 o 12 libros, he participado en oenegés como miembro del comité de derechos humanos de Antioquia, fui el primer consejero presidencial de derechos humanos y estuve 8 años en el sistema interamericano como miembro y presidente de la CIDH.

Tuve momentos de participación activa en política, no electoral, sino ideológica, con la revista Alternativa. Participé muy activamente con un movimiento efímero que fue Firmes y luego en el momento en que se habló que en el Partido Liberal podría haber un acercamiento a la socialdemocracia.

SEMANA: ¿El lector podrá encontrar parte de la historia de Colombia narrada desde su visión?

A. T.: El libro da para muchas lecturas. Una es una especie de historia de Colombia de los últimos 80 años, relatadas por una persona que la vivió, que en ocasiones fue actor y que la analizó a través de varios libros. Otra con los planteamientos que se hacen dentro del libro, los dilemas que ha vivido nuestra generación, especialmente en una sociedad en la que yo nací, que fue en la Segunda Guerra Mundial hasta el presente, que ha estado simada por la política y cómo desafortunadamente en un trecho muy largo la violencia ha sido un método de la política, lo cual nos ha llevado a una situación tremenda en el país que afortunadamente se ha ido superando poco a poco y que esperamos que algún día y nunca más se vuelva a utilizar la violencia como método de acción política.

SEMANA: ¿Estamos condenados a repetir la historia en el país, como se sugiere en ocasiones?

A. T.: No, yo lo que creo que debemos superar los problemas del país porque la historia del país ha sido contradictoria. Por una parte ha habido aspectos muy negativos: la violencia, el narcotráfico, la corrupción, que no es la única parte del mundo, pero por otro lado ha habido bastantes avances en el campo social, cultural, en la apertura ideológica. Como toda sociedad avanza con contradicciones, pero yo no creo que estemos condenados a vivir la misma situación. Pongo un ejemplo, si uno mira Europa hace 80 años era el continente más violento del mundo: estaba Hitler, estaba Mussolini, la guerra de España, acabado, hoy es el más pacífico del mundo.

SEMANA: En su libro relata relaciones con personajes históricos, ¿con quiénes pudo compartir?

A. T.: Es en cada momento y en cada situación. Por ejemplo, tuve oportunidad de tratar muchos dirigentes colombianos, los últimos 8 ó 10 expresidentes de Colombia, en alguna manera han tenido, con unos más con otros menos, una cercanía que me permite apreciar. Eso en la vida política. En la vida intelectual ha sido muy rica. Yo estudie en la Universidad de Antioquia, tuve grandes profesores, en la Universidad Nacional, por ejemplo, cuando ingresé al departamento de Humanidades estaba Manuel Mejía Vallejo, gran novelista, buen amigo, o por ejemplo Pedro Nel Gómez con quien compartí oficina por un tiempo, el gran artista. Y después en París, especialmente cuando estudié Historia, tuve de profesor a Pierre Billard, uno de los grandes pensadores de Francia, conocí en esa época; Alejo Carpentier, con quien tuve la oportunidad de hablar muchas veces. En otra ocasión tuve la oportunidad de conocer a Borges o a García Márquez.

SEMANA: ¿Qué opina de la situación política actual?

A. T.: No soy tan pesimista. Yo creo que estamos viviendo unos procesos muy interesantes con todos sus limitaciones y problemas. Yo creo que el proceso de paz con el grupo más grande de violencia que había en el país, como era las Farc, eso ha dejado secuelas interesantes de apertura. Creo que hay acontecimientos nuevos, por ejemplo la decisión de la Corte de otorgar al Nuevo Liberalismo su personería jurídica abre unos espacios muy interesantes en el centro o centroizquierda del país. Yo creo que las consecuencias económicas, sociales de la pandemia son terribles, pero al fin y al cabo ve uno algo de respiro en lo económico con el aumento del aumento de los precios del petróleo del carbón, no soy pesimista, creo que el país, poco a poco, va saliendo.

SEMANA: ¿Qué opina de ese resurgimiento del Nuevo Liberalismo?

A. T.: Hay un sector muy grande en el país que tiene una posición socialdemócrata. No en una cosa clásica sino en el sentido de los elementos de la socialdemocracia. En primer lugar una actitud reformista y no revolucionaria y mucho menos con violencia, eso es muy importante. En segundo lugar la necesidad de cambios en lo económico y en lo social, pero siempre en el contexto del estado de derecho y en la democracia liberal. Esos son unos valores muy importantes de la socialdemocracia y encuentro que hay un sector en el país que detrás de esos postulados empieza a aglutinarse y eventualmente puede jugar un papel muy importante en Colombia, e incluso llegar al poder.

SEMANA: ¿Le gusta el Nuevo Liberalismo?

A. T.: Es un movimiento interesante. Lo que pasó con la sentencia de la Corte trasciende al mismo Nuevo Liberalismo, en el sentido de que soporta una apertura política grande. Pero yo quisiera no mezclar tanto lo de mi libro con la vida política.

SEMANA: ¿Qué otros grandes momentos se relatan en el texto?

A. T.: Mi participación en los procesos de paz del presidente Betancourt, acompañado de Nicanor Restrepo, exgobernador de Antioquia y empresario muy importante. Las visitas al EPL, a los campamentos con la delegación cuando se firmó un acuerdo de paz con el M-19 en Corinto. Eso fue muy interesante y de allí quedan algunas anécdotas y asuntos que no eran muy conocidos y que aparecen en el libro.

SEMANA: ¿Le suena la propuesta de amnistía general del expresidente Uribe?

A. T.: La veo muy difícil porque cuando se hicieron los acuerdos de paz se iniciaron realmente las conversaciones con Belisario Betancur, se profundizaron con el gobierno Barco y se hicieron con el gobierno de Gaviria, con el M-19, con el EPL, y otros grupos, no existía la Corte Penal Internacional ni el Tratado de Roma. Es muy difícil ya con la presencia de esa normatividad internacional que una amnistía plena sea compatible con esa normatividad, veo eso bastante difícil y para mí creo que ese es un aspecto central.

SEMANA: ¿Cuándo será el lanzamiento del libro?

A. T.: Es una coedición de la Universidad Nacional que hizo una excelente edición con muy buenos índices temáticos, onomásticos, y Penguin Random House. Esta semana, el jueves, el libro será presentado.