Home

Nación

Artículo

Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba
Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba | Foto: SEMANA

Judicial

Alvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba, no pudo evitar su extradición. Sí o sí tendrá que responder por narcotráfico en Estados Unidos. El Consejo de Estado así lo determinó

Por medio de unas medidas cautelares buscaba la protección de sus derechos fundamentales que consideraba vulnerados con la decisión del presidente Gustavo Petro.

7 de diciembre de 2022

Otra batalla perdida sumó Álvaro Córdoba Ruiz en su intento desesperado por evitar su extradición a los Estados Unidos. Este martes, el Consejo de Estado le confirmó a su defensa que las medidas cautelares que habían pedido fueron rechazadas por considerar que no se puso de presente la vulneración de los derechos fundamentales en la decisión que tomó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y la posterior firma del presidente Gustavo Petro.

En la admisión de la tutela, el máximo tribunal de lo contencioso administrativo aseguró que no existen motivos para suspender el trámite de extradición. En el análisis del caso se determinó que no se cumplían los requisitos para avalar las medidas cautelares reclamadas por la abogada Ludy Santiago.

Este fue el primer recurso de Córdoba después que el Ministerio de Justicia rechazara la solicitud de revisión presentada por su defensa. El hombre, quien se encuentra privado de su libertad en la cárcel La Picota, ha intentado por medio de su abogada que se le reconozca que sus derechos al debido proceso y defensa fueron vulnerados, y que no existe razón para llevárselo a otro país.

“No tienen pruebas de narcotráfico”: Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba

“Esta determinación de nuestro primer mandatario constituye un desafortunado precedente jurídico, porque continuamos enviando a nuestros compatriotas hacia los Estados Unidos”, señaló la abogada mediante un comunicado tras conocer la decisión del Gobierno de Gustavo Petro.

En otro de los apartes de la carta asegura que la resolución firmada por Petro “es eminentemente política” y va en contravía con el “compromiso público que hiciera en campaña y al inicio de su mandato, al revisar la extradición con los Estados Unidos de América”. Esto al considerar que el tratado de extradición no está vigente.

“El procedimiento actual desconoce, por completo, principios rectores porque la normatividad existente para el tema no es precisa y vulnera el debido proceso y las garantías judiciales”, asegura en la misiva.

Córdoba Ruiz fue capturado el pasado 4 de febrero en plena vía del barrio El Poblado, en Medellín; es requerido por la Corte Distrital de Estados Unidos, para el Distrito Sur de Nueva York, por delitos relacionados con tráfico ilícito de drogas y porte ilegal de armas de fuego; este último no fue acogido por la Corte Suprema de Justicia al avalar la extradición. Junto a Córdoba, fue detenida una mujer identificada como Libia Amada Palacio Mera, quien también es requerida por las autoridades de Estados Unidos.

De acuerdo con las evidencias, Córdoba Ruiz sería el encargado de conseguir la droga con el jefe de las disidencias de las Farc en el sur de Colombia, Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, con quien había establecido los contactos desde hace más de un año. Él habría asistido a reuniones para pactar negocios en Bogotá y Medellín.

Una vez se concretaba la compra de la cocaína por medio de Córdoba, las disidencias de las Farc se comprometían a llevar la mercancía hasta el Pacífico, en tres puntos clave: Tumaco (Nariño), Cauca y Buenaventura (Valle). No fue fácil para las autoridades dar con este eslabón porque manejaba un perfil distinto al habitual de los narcotraficantes, que acostumbran a estar rodeados de lujos. Por el contrario, Córdoba pasaba desapercibido y prefería hacer los contactos en lugares discretos y personalmente. Por obvias razones, evitaba hablar de estos temas por teléfono y solo lo hacía para concretar algunos encuentros.

Por medio de mensajes de texto, llamadas, audios y demás, el encubierto puso en evidencia cómo Córdoba hacía parte de una red que negociaba y traficaba droga y armas hacia Venezuela, México y Estados Unidos, con el respaldo de Gentil Duarte, excomandante de las disidencias de las Farc, fallecido en Venezuela.

Según el expediente que lleva la justicia norteamericana, Córdoba asistía a las reuniones con disidencias de las Farc en varias regiones del país y él, al parecer, concretaba la salida de mercancía desde Tumaco, Nariño, Valle del Cauca y Cauca.