Sin sentimiento de odio o de venganza, con inmenso dolor y una fuerte carga emotiva, los integrantes de la primera delegación de víctimas del conflicto armado en Colombia manifestaron su compromiso con que se logre un acuerdo de paz definitivo en las conversaciones que el Gobierno y las FARC adelantan en La Habana.
"Tenemos un compromiso grande con nuestro país y ese compromiso está por encima de nuestros sentimientos personales, ese compromiso es con toda la sociedad colombiana y debemos tener el valor de superar nuestras ideologías y comprometernos con la construcción de paz y la reivindicación de las víctimas en Colombia", expresó Ángela María Giraldo, en rueda de prensa.
Giraldo, hermana del político Francisco Javier Giraldo, secuestrado en abril del 2002 y asesinado en el 2007 junto con otros compañeros de trabajo, participó en la mesa de conversaciones junto a otras 11 víctimas.
"Creo en la paz y no es justo que las personas que se oponen a este proceso acaben con un sueño, si hoy este proceso no se lleva a cabo va a ser muy difícil que otro presidente, que otro gobierno, le apueste a la paz en Colombia, y no queremos que otras personas sean víctimas de este conflicto. Los que no le apuestan a la paz es porque nunca han vivido lo que nosotros", agregó Giraldo.
Un reporte de la televisión cubana mostró imágenes de la reunión en la que se vio a una docena de personas, representantes de las víctimas, reunidas con los delegados de las FARC y del gobierno Santos.
"No tenemos sentimiento de venganza, este es nuestro aporte a la democracia, creemos que somos la reserva ética de la sociedad (...) nosotros sacamos del fondo de nuestro corazón, del fondo de nuestro dolor, lo mejor de nosotros mismos para este país...venimos con ansia de verdad", expresó Yaneth Bautista.
Bautista es hermana de una integrante del hoy pacificado movimiento guerrillero M-19 que en 1987 fue secuestrada antes de ser asesinada por militares corruptos.
El histórico momento estuvo cargado de simbolismos. De acuerdo con la trasmisión de las cadenas cubanas, se vio al grupo de 12 personas de pie y todas tomándose de la mano antes de sentarse en la mesa de conversaciones junto a los delegados del gobierno colombiano presidida por Humberto de la Calle y a los representantes de las FARC que encabeza el comandante Iván Márquez.
Los representantes de las víctimas, elegidos por la ONU, la Universidad Nacional y la Iglesia católica, llegaron a Cuba este viernes después que Naciones Unidas dio a conocer la lista de los que participarían de los diálogos de paz. Todas son víctimas directas o indirectas de la guerrilla de las FARC, de los paramilitares y de agentes corruptos del Estado.
Constanza Turbay Cote, cuya madre y dos hermanos fueron asesinados por las FARC destaca en el grupo, así como Luz Marina Bernal, cuyo hijo con discapacidad mental fue engañado, llevado al noreste de país y asesinado por militares corruptos cuando tenía 26 años, y José Antequera, hijo del líder político José Antequera asesinado en 1989.
Para Turbay, su participación en la mesa fue "en un principio una experiencia difícil, con mucha carga de emotividad, de sentimientos, de recuerdos, después ha sido el recuerdo más importante y transcendental de toda mi vida". Contó que en un receso del diálogo, "Iván Márquez se acercó con sentimiento de sinceridad, me pidió perdón, no fue un perdón mecánico, fue un perdón de corazón, me dijo que fue una equivocación lo que cometieron con mi familia y que contara con que irían a esclarecer toda esa verdad.
"Yo ya lo perdí todo, pero podemos hacer mucho en honor de todos estos seres queridos que perdimos para reconstruir la paz y la reconciliación en Colombia".
Antequera hizo hincapié en el "dolor irreparable" que significó para él crecer sin su padre en tanto agregó que por esa razón vivió en "una búsqueda constante para cumplir el sueño de mi padre (...) que haya una solución política del conflicto".
En tanto Nelly González, cuyo hijo, el teniente Alfonso Rodríguez, fue asesinado por las FARC, reconoció que llegó a la mesa "con miedo, con angustia, con zozobra a encontrarnos frente a nuestros victimarios". Sin embargo, explicó, "nos escucharon y nos oyeron con mucho respeto y creo que fue el primer momento en que se pudo tocar quizás la fibras del ser humano. Con esto sí creo en un proceso de paz". Aseguró que las víctimas son "la columna vertebral" del proceso de paz.
Sobre la manera como esperan ser resarcidos, uno de los participantes Jorge Vásquez - exconcejal de un municipio de la región de Huila que tuvo que huir por amenazas de las FARC- explicó que la reparación la dejan a la "justicia transicional" y a los mecanismos que establezca el Estado para "hacer y aplicar justicia con las víctimas".
En total serán 60 las víctimas que viajarán a la capital cubana en los próximos días en varios grupos.
"Si queremos paz, tenemos que escuchar a todas las víctimas", escribió el presidente Santos en su cuenta de Twitter. Agregó: "la reconciliación requiere valor, trabajo, cambio de paradigmas. Si queremos paz tenemos que seguir trabajando todos en esa dirección".
El momento por el que pasa el conflicto colombiano no sólo ocupó las primeras planas de la prensa local, sino también la internacional, que hizo eco de este histórico encuentro.
Diarios como
El País,
El Mundo y la
BBC le dieron un importante despliegue a la presencia de las víctimas en La Habana. Un histórico cara a cara entre los diversos actores en conflicto -quienes en más de 50 años de violencia- nunca se habían congregado en una sola mesa. "Colombia da voz a las víctimas: 'Es el encuentro más trascendental e importante de mi vida'." tituló el portal español, El País.