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| Foto: Juan Carlos Sierra

JUSTICIA

"Saber que estuvo en manos de otra familia deja un sabor amargo": hijo de víctima en el Palacio

La Fiscalía encontró e identificó los restos de Gloria Anzola Lanao, una de las víctimas desaparecidas durante el holocausto ocurrido hace 34 años. Su hijo, Juan Francisco Lanao, dice que la familia quiere hacer una verificación particular de los restos.

17 de septiembre de 2019

Gloria Anzola de Lanao tenía 33 años en 1985. Su oficina quedaba en pleno centro de Bogotá y como su tía era magistrada del Consejo de Estado, solía estacionar su automóvil en el parqueadero del Palacio de Justicia. El 6 de noviembre de 1985 a las 10:50 de la mañana dejó a su hijo en la guardería cerca de su trabajo y parqueó como solía hacerlo. Se encontraba en el Palacio de Justicia cuando comenzó el asalto a sangre y fuego por parte de la guerrilla del M-19. Nunca más se volvió a saber de ella. 

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Anzola no estaba en el listado confirmado de once víctimas de desaparición forzada que destacó la Corte Interamerica de Derechos Humanos sobre el emblemático caso. Sin embargo, su nombre sí figura dentro de un grupo de presuntas víctimas de desaparición durante el holocausto. El tribunal internacional consideró que el caso de Anzola (y otros desaparecidos) podría obedecer más a errores cometidos en el manejo del lugar de los hechos y en la identificación de restos mortales, así como con el retardo injustificado en las investigaciones. Su caso también se rotuló como uno de los que no fueron investigados suficientemente por las autoridades.

El carro de Anzola fue encontrado en el parqueadero del Palacio sin ningún daño. El 5 de noviembre de 1985 la joven madre tenía una cita a la hora del almuerzo, a la cual no asistió. 

"Tristemente el hallazgo de mi mamá se dio en otra de las tumbas de víctimas del Palacio. Estaba en la de María Jeanete Rozo, quien fue secretaria del despacho del magistrado Reyes Echandía en la Corte Suprema de Justicia", relató a SEMANA Juan Francisco Lanao, hijo de Anzola, quien tenía 18 meses cuando desapareció su madre.

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La familia recibió la llamada de la Fiscalía hace una semana, y este jueves podrán entrar a ver los restos. Lo solicitaron así porque esperan que la hermana de Anzola, que es odontóloga, pueda hacer una segunda verificación de la huella dental.

"En este caso queda uno con la incertidumbre de corroborar que sea ella, mi tía conocía muy bien la dentadura. Todo esto da tristeza e ira porque mis abuelos intentaron recuperar los restos y fueron entregados a otra familia sin ningún fundamento", indicó Lanao.

El hijo de Anzola aseguró que de ser cierta la información de la Fiscalía, la noticia ayudará a que comience a cerrar sus heridas. "De todas maneras es muy triste, no conozco cómo fueron los procesos de identificación y entrega. La verdad deja un sabor amargo saber que estuvo en manos de otra familia, que mi abuela no la pudo encontrar. Siempre quedará la pregunta de cómo murió", indicó el hijo de Anzola. 



Desde el 8 de noviembre de 1985 los restos de Anzola reposan en una tumba de Jardines del Recuerdo en Bogotá. Su familia nunca los pudo llorar como propios y en cambio llevan 34 años luchando por dar con su paradero.

Tras el hallazgo de Anzola, de los 11 desaparecidos forzosamente reconocidos por la Corte Interamericana, 5 víctimas faltan por aparecer, entre ellas, la exguerrillera Irma Franco. 

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