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| Foto: SEMANA

INVESTIGACIÓN JUDICIAL

Hermano de Uribe cumple una nueva cita con la Fiscalía

Santiago Uribe deberá explicar este jueves sus presuntos nexos con paramilitares.

17 de octubre de 2013

Acompañado de una persona que sería su escolta, Santiago Uribe, hermano del expresidente Álvaro Uribe, compareció este jueves al búnker de la Fiscalía para rendir indagatoria ante un fiscal de Derechos Humanos por sus presuntos vínculos con paramilitares en Antioquia. Uribe hizo el ingreso a las instalaciones de la Fiscalía en Bogotá en total silencio. Se le vio que ha ganado peso en comparación con la imagen que el país tiene de él en tiempos pasados. Vestido con un traje azul oscuro y con el más bajo perfil, el hermano del expresidente trató de evadir las cámaras que lo esperaban. 

Esta es la primera vez que un familiar tan cercano del exjefe del Estado deberá responder ante un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos en condición de indagatoria por acusaciones tan graves como son los delitos de concierto para delinquir y homicidio. 

El caso por el que es llamado Santiago Uribe tiene que ver con un hecho sucedido hace casi 20 años en Yarumal, Antioquia, que se conoce como los ‘12 apóstoles’.

Aunque estuvo en boca de los pobladores de la región durante casi una década y luego fue tomado por algunos jueces, tuvo una trascendencia nacional hace cinco años, cuando el mayor retirado de la policía Juan Carlos Meneses aseguró que Uribe había protagonizado la conformación de ese grupo paramilitar. 

Según las fuentes de la Fiscalía, el caso está relacionado con el asesinato de Camilo Barrientos Durán, el 25 de febrero de 1994, entre Yarumal y Campamento (Antioquia).

¿Cómo es la historia?

En su momento, el testimonio del mayor Juan Carlos Meneses tuvo un fuerte impacto. En primer lugar, porque Meneses apareció dando la cara en televisión, en Noticias Uno, y en diarios prestigiosos como The Washington Post. En segundo lugar, porque dio la declaración ante el argentino y premio Nobel de Paz Adolfo Pérez Esquivel. Y en tercer lugar, porque es la primera vez que uno de los protagonistas directos de los hechos ocurridos salpicaba a Santiago Uribe.
 
En la grabación, el exoficial afirma que en 1994, cuando llegó a Yarumal, su antecesor en el cargo, el coronel Pedro Manuel Benavides, lo invitó a encubrir las operaciones de los '12 apóstoles’. “Él me dice: ‘Usted tiene que colaborarles, el grupo tiene un jefe que se llama Santiago Uribe Vélez’”. Meneses afirmó que les ayudó y que le pagaron por eso. “Santiago me dice: ‘Yo quiero que usted me colabore, yo mensualmente le doy una plática’”. En el testimonio, que dura cerca de 90 minutos, entre otros detalles, Meneses también mencionó que los '12 apóstoles’ tenía como sede de entrenamiento la hacienda La Carolina, de propiedad de los Uribe Vélez.
 
En ese instante y ante semejante impacto, el presidente Uribe, quien en ese momento gobernaba el país, primero trató de restarle importancia diciendo que no leía prensa internacional, y después soltó una dura acusación: “Los criminales tienen la capacidad de convertir en idiota útil a un premio Nobel de la Paz (...) y de penetrar un periódico serio como The Washington Post”.
 
Sin embargo, en el ambiente quedó un mal sabor. Entre otras cosas, porque Santiago Uribe ya había sido investigado en dos ocasiones por ese caso y la Fiscalía había dictado sendas resoluciones inhibitorias en mayo de 1996 -cuando su hermano Álvaro era gobernador de Antioquia- y en febrero del 2000 -cuando el que luego sería presidente estudiaba fuera del país-.
 
En su momento, la revista SEMANA intentó una reconstrucción de lo sucedido en la montañosa región lechera de Yarumal. Se buscó en los archivos del municipio y en expedientes abiertos tras una cincuentena de crímenes ocurridos entre 1992 y 1994. La violencia en este pueblo a 130 kilómetros al norte de Medellín tuvo su episodio más crítico a comienzos de los años 90.
 
Uno de los primeros documentos que dan cuenta de la existencia de paramilitares es un panfleto repartido por el pueblo el sábado 15 de febrero de 1992. En él se anuncia la conformación de las ‘Autodefensas del Norte Lechero’ para declarar la guerra a la guerrilla.
 
Los desmanes empezaron a darse a finales de 1992. Por esos días, el alcalde, la personera, el párroco, el inspector y miembros de la Cruz Roja y la Defensa Civil escribieron una carta al comandante de la IV Brigada para pedirle cambiar a los miembros del Ejército de Yarumal, a quienes denuncian de haber desaparecido al menos a cinco personas.
 
Pero fue en el segundo semestre de 1993 cuando se dieron las primeras referencias del grupo de los '12 apóstoles'. Un testigo, que iba a ingresar al grupo, cuenta que este trabajaba con la fuerza pública gracias al contacto de una persona “del gremio eclesiástico”. Todo está documentado en un informe de la Personería de la época, según el cual, a partir de julio se incrementaron los crímenes de personas con antecedentes delictivos. En cuatro meses se dieron 29 asesinatos. Es llamativo, para efectos de la credibilidad del testimonio de Meneses, que para esa época el oficial no había aún llegado a Yarumal.
 
Uno de los casos que se registraron con mayor detalle fue el de la familia Varela, pues a uno de sus miembros, Vicente, lo asesinaron luego de ser señalado de extorsionar a finqueros. Antes de su asesinato allanaron su residencia y la de una hermana y en un episodio no esclarecido una de estas construcciones fue baleada. Cabe anotar que por esa misma época -11 de junio de 1993-, el entonces procurador general, Carlos Gustavo Arrieta, promulgó una circular en la que advertía que se estaba repitiendo una práctica irregular en unidades de Policía del país de hacer operativos “en vehículos sin placas”, “usando capuchas para cubrir sus rostros” y haciendo allanamientos sin orden judicial. A comienzos de 1994 la Personería recibió fuertes amenazas por sus investigaciones.
 
En septiembre de ese año la Fiscalía dictó orden de captura contra nueve personas, pero sólo se hizo efectiva contra tres reconocidos comerciantes de Yarumal. En 1995 se ordenó la detención del sacerdote Gonzalo Javier Palacio, quien había sido párroco del pueblo. Pero a finales de ese mismo año todos quedaron en libertad.
 
Hasta ese momento, el nombre de Santiago Uribe no aparecía en el expediente. De hecho, en la primera investigación de la Fiscalía regional de Medellín sólo se habla de la participación de comerciantes del casco urbano de Yarumal. En ese documento, de febrero de 1995, que resuelve la situación jurídica de los implicados, cerca de 20 testigos, incluidos varios con reserva de identidad, señalan como miembros del grupo ilegal a personajes prestantes del pueblo, como el párroco, dueños de restaurantes y otros negociantes reconocidos, pero ninguno menciona al hermano del presidente, ni tampoco hace referencia alguna a la finca La Carolina de propiedad de los Uribe Vélez.
 
Más adelante, en junio y agosto de 1996, cuando Álvaro Uribe ya era gobernador de Antioquia, aparecieron dos testimonios con reserva de identidad que salpican a Santiago Uribe. No profundizan mucho en detalles de sus funciones, sólo dicen que manejaba un radio desde su finca a través del cual le informaban lo que ocurría en la zona y lo que hacían algunos miembros del grupo.
 
Uno de los testigos afirma que Santiago era el jefe del grupo y que Vicente Varela habría sido asesinado en la finca La Carolina. En su momento, The Washington Post informó que Santiago Uribe confirmó que “un hombre fue asesinado en su hacienda bajo circunstancias extrañas”.
 
A raíz de este llamado de la Fiscalía los abogados de Uribe han dicho que el ganadero comparecerá, "con el convencimiento y la esperanza de que después de la indagatoria será exonerado y se resolverá su situación porque su conducta ha estado ajustada a la ley".