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El gobernador del cabildo de Toribío, Marcos Yule, acompañado de la Guardia Indígena, discute con un guerrillero que se identificó como Johan, para que este grupo armado se retire del lugar. La guerrilla no accedió a hacerlo de inmediato. | Foto: Álvaro Sierra/Semana

CONFLICTO

Indígenas mantienen sitio a militares en Toribío

El Ejército busca frenar a los más de mil indígenas que desde el miércoles en la tarde intentan desmantelar sus trincheras ubicadas en el cerro la Torre, cercano a este municipio de Cauca. La fuerza pública los reprime con gases lacrimógenos.

12 de julio de 2012

La tensa situación que se ha vivido a lo largo de este jueves y la tarde del miércoles en las cercanías de Toribío se ha recrudecido en las últimas horas con la llegada de más de mil indígenas al cerro conocido como la Torre, a pocos kilómetros de la cabecera municipal de Toribío en el norte de Cauca.
 
La confrontación entre los indígenas y la fuerza pública persiste y aunque no ha habido un enfrentamiento con armas, los militares lanzaron gases lacrimógenos en horas de la mañana y amenazan con más si los indígenas no cesan en su intento de desmantelar las trincheras.
 
"Se sabe que los indígenas están destruyendo las trincheras que tiene el Ejército y la situación se está complicando porque la fuerza pública amenazó con tirar más gases", le relató a Semana.com el alcalde de Toribío, Ezequiel Vitonás.
 
La comunidad indígena continúa defendiendo su idea de retirar tanto a los militares como a los guerrilleros de la zona para que sean ellos los que tengan el control sobre el territorio que durante más de dos décadas ha sido el escenario de enfrentamientos entre estos dos actores. "Nosotros no vamos a desarmar a nadie sino que les exigiremos que se vayan", le explicó el vocero indígena Feliciano Valencia a Semana.com.
 
El alcalde informó que los indígenas no desistirán en su intención de que todos los actores armados abandonen el territorio y que están pensando en destinar unos guardias para que protejan el cerro donde están las torres de comunicaciones de Comcel.
 
En medio de dos fuegos
 
La decisión de la comunidad indígena, encabezada por su gobernador del cabildo de Toribio, Marcos Yule, de exigir que tanto el Ejército como la guerrilla que se retiren del territorio aumentó la incertidumbre sobre lo que pueda pasar en los próximos días en esta región.
 
Aunque el presidente Juan Manuel Santos, después del consejo de ministros que realizó en este municipio el miércoles, aseguró que no "desmilitarizarán ni un centímetro del territorio", la comunidad no acató esta orden.
 
En la tarde de ese mismo día, una comisión de indígenas decomisó cinco granadas de mortero de fabricación hechiza que la guerrilla había escondido en la carretera que conduce a San Julián.
 
A pocos kilómetros de ahí, una segunda comisión intentó expulsar de la zona a integrantes de las FARC que habían montado un retén de la guerrilla, aunque sin mayor éxito, según pudo constatar Semana.com.
 
Sin embargo, el alcalde aseguró que hasta el momento se habían desarmado tres retenes que tenía la guerrilla. "La situación es muy complicada y puedo significar incluso el asesinato de líderes indígenas por parte de la guerrilla, porque ellos piensan que con estas acciones la comunidad está defendiendo a la fuerza p, aunque los militares también pueden llegar a pensar que se protege a la guerrilla", explica el alcalde.
 
Aun resulta pronto para saber si la presencia del presidente y sus ministros en la región fue positiva. Mientras que las autoridades locales aseguran que su visita fue una muestra de respaldo muy importante e inesperada y que generó ánimo en el municipio, otra buena parte de la población indígena no la vio con buenos ojos y no sólo abucheó al mandatario sino que se rehusó a reunirse con él y declaró que no acataría su mandato.
 
Lo cierto es que la tensión actual genera más zozobra sobre el futuro de Toribío y sus habitantes, desgastados por una guerra que a lo largo de las últimas dos décadas ha dejado centenares de muertes y desplazamientos.