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Íngrid Betancourt: La ciudadana universal

20 de diciembre de 2008

El año 2008 terminó como comenzó: el mundo pendiente de Íngrid Betancourt. Ningún personaje colombiano generó tanto interés como Íngrid. El año se inauguró con el mundo entero, aún conmovidos por la carta que envió a su madre y su imagen demacrada, clamando por su liberación. Se temía por su muerte. Por eso cuando apareció rescatada en julio –en una operación prodigiosa–, nadie podía creerlo. Era un milagro. Y fue allí y en las semanas y los meses siguientes, cuando los colombianos pudieron ser testigos de la transformación de Íngrid de política liberada a ciudadana universal. No sólo por los reconocimientos –la legión de honor de Francia y el premio Príncipe de Asturias–, sino por quién querría estar con ella: los líderes de Europa, los presidentes de América Latina, el Papa Benedicto XVI, la gran prensa mundial. Íngrid es hoy una superestrella. Como lo reseñó People en español: “Madonna tuvo el privilegio de conocer a Íngrid Betancourt”.

Fotografiada por Daniel Ochoa de Olza, el 24 de octubre de 2008 en la ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias en el Teatro Campoamor en Oviedo - España.