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Si Víctor Maldonado hubiera hecho esta misma propuesta hace un año, tal vez ya estaría fuera del problema.

INTERBOLSA

Caso Interbolsa: en la cárcel ya no son tan amigos

En los buenos tiempos Juan Carlos Ortiz, Tomás Jaramillo y Víctor Maldonado tuvieron una gran amistad. Hoy, están tras las rejas y están enfrentados.

11 de julio de 2015

En el pasado, Juan Carlos Ortiz, Tomás Jaramillo y Víctor Maldonado no solo fueron socios en muchos negocios, sino que llegaron a tener una estrecha amistad y camaradería. Esta relación comenzó cuando Maldonado se vinculó a la comisionista InterBolsa, como accionista en el 2002, y se afianzó con los años, a medida que iba creciendo su participación en la firma que fundara Rodrigo Jaramillo en 1990. El empresario bogotano llegó a ser el mayor socio del Grupo InterBolsa, con el 30 por ciento de las acciones.

Los tres compartían el mismo apetito por la plata y encontraron en el Fondo Premium –que promocionaba y representaba en Colombia InterBolsa– el vehículo ideal para conseguir dinero que invertían en sus propios negocios.

Si bien Maldonado apareció en la vida de InterBolsa por invitación de Tomás Jaramillo, fue con Ortiz con quien encajó muy bien en el mundo de las inversiones. Víctor tenía plata y siempre quería hacer más, mientras que Juan Carlos era el cerebro que sabía cómo hacerlo. Por eso, los dos se hicieron socios en varias empresas como el Grupo Proyectar Latinoamerica, holding de la cuestionada Proyectar Valores. También fueron por iguales partes con Tomás en otras sociedades, como la Compañía Colombiana de Capitales, Solución Kapital y Datexco.

La relación de Víctor y Tomás, que era vista por muchos como la de padre e hijo, se basaba también en el gusto que compartían por la buena vida. Después de la quiebra de InterBolsa testigos relataron cómo, durante los años prósperos de la firma, fueron muy frecuentes las visitas del empresario Maldonado a las oficinas de Ortiz y Jaramillo, en el piso cuarto del edificio sede de la comisionista.

Pero cuando los negocios comenzaron a flaquear, las relaciones también se resquebrajaron. Con la caída de Proyectar Valores (en 2011), Juan Carlos Ortiz y la familia Jaramillo (Rodrigo y Tomás) partieron cobijas. El rompimiento se dio en lo personal y en los negocios, y llegaron a disolver muchas de las sociedades que compartían. Esto no afectó la relación entre Maldonado y Ortiz que siguió muy estrecha, incluso cuando se produjo la intervención y posterior quiebra de InterBolsa. Tras el escándalo bursátil, ocurrido en noviembre de 2012, Víctor Maldonado se mostró decepcionado de su amigo Tomás y se distanció de él.

Pues bien, los tres socios que disfrutaron de las mieles del Fondo Premium hoy están en una situación compleja. Se encuentran detenidos preventivamente. Juan Carlos y Tomás en La Picota en Bogotá y Víctor en una prisión en Madrid (España), a la espera de una decisión judicial relacionada con la solicitud de extradición que hizo el gobierno colombiano.

Se enfrentan a varias acusaciones que les ha hecho la Fiscalía, siendo la más grave el delito de captación masiva y no reintegro de dinero, en lo que tiene que ver con el caso del Fondo Premium, en donde hay cerca de 1.200 inversionistas afectados, a los que se les deben más de 300.000 millones de pesos.

Se trata de una deuda solidaria. Es decir, en este caso no se divide la suma por iguales partes, sino que cada uno, de manera individual, debe responder por la totalidad. Como Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo han dicho que no tienen más plata para entregarles a las víctimas y no se les han logrado encontrar más bienes, todo indica que Víctor terminará poniendo la mayor parte del dinero.

Esto explicaría por qué, ahora que comparten patio en la prisión, Jaramillo y Ortiz (quienes fundaron a Premium) volvieron a estrechar los lazos del pasado y parecen estar aliados en la estrategia de defensa, dejando a un lado a Maldonado.

Los dos, que aceptaron tres delitos (concierto para delinquir, estafa agravada y manipulación fraudulenta de especie) estarían buscando un principio de oportunidad para los que no aceptaron, esto es la captación y el no reintegro de dinero.

Algunas víctimas del fondo le dijeron a SEMANA que Tomás y Juan Carlos están tratando de mostrar que los bienes que el liquidador de Premium, Alejandro Revollo, tiene embargados son suficientes para resarcir a las víctimas. Y así tratar de desvirtuar el delito de no devolución de recursos de la captación.

Ambos se han enfrascado en un debate con el liquidador Revollo, alegando que los recursos alcanzan de sobra. Tomás Jaramillo en una entrevista en el periódico El Tiempo dijo que “En los avalúos que se han hecho, algunos bienes están subvalorados porque están por su precio contable y no comercial”. Las cuentas del liquidador, sin embargo, son diferentes. Para él, hay incluso un faltante de unos 120.000 millones de pesos, pues señala que en varios de los bienes hay muchos rangos de valor y no es razonable hacer cuentas bajo especulaciones. Un principio básico del mercado, es que las cosas valen lo que den por ellas, es decir, no hay que hacer cuentas tan alegres sobre el papel.

Ahora bien, Víctor Maldonado, quien se había negado a reconocer la totalidad de la deuda que tenía con el Fondo Premium y los intereses de mora que pesaban sobre la misma, sorprendió a todos con una carta que envió a la Superintendencia de Sociedades. En esta se compromete a pagar el capital y los intereses, lo que suma poco más de 100.000 millones de pesos. “En aras de solución definitiva en este proceso de intervención…acepto lo que siempre se me manifestó por el señor interventor, hoy liquidador, doctor Alejandro Revollo, que debía pagar no solo la totalidad del capital adeudado, sino también la totalidad de los intereses, lo que estoy ofreciendo pagar mediante este documento…”, dice la carta.

El problema es que materializar la oferta hoy no es fácil, como tampoco saber si esto le representará algún beneficio en el proceso en que se encuentra y por el cual está pedido en extradición a España. Alejandro Revollo afirma que primero tiene que haber una asamblea de acreedores del fondo para saber si están dispuestos a aceptar un plan de desmonte. Además, tampoco se sabe si Maldonado pretende pagar con los bienes que ya están embargados.

Una explicación de la carta sopresiva de Víctor Maldonado sería que está viendo que sus exsocios tienen la posibilidad de beneficiarse con sus activos. Ante esto, el prefiere pagar su parte y que ellos asuman también su responsabilidad.

Ahora bien, si Maldonado consigue salir del problema, teniendo en cuenta lo que Tomás le dijo a El Tiempo, que Víctor no sabía cómo captaban, los que estarían en más problemas serían Jaramillo y Ortiz pues tendrían que poner más dinero y responder por las acusaciones de la Fiscalía. Por ahora, lo más claro es que la plata que unió a estos tres amigos en el pasado hoy los separa.