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Detrás de los paros y amotinamientos en las cárceles del país está la mano del ELN.

12 de mayo de 1997

La semana pasada los presos de Bucaramanga por poco acaban con el penal. Los de Valledupar exigieron la liberación de 10 condenados para ponerle punto final al alzamiento que iniciaron hace más de 12 días. Los reclusos de otros penales amenazaron con iniciar huelgas indefinidas. En otras palabras, el panorama carcelario siguió en el vertiginoso deterioro que demuestran las estadísticas. En los tres primeros meses de este año se han registrado 27 alzamientos en los diferentes centros penitenciarios del país. Estos disturbios han tenido como telón de fondo los viejos y eternos problemas de un sistema carcelario anacrónico, con altos índices de hacinamiento, malos servicios públicos y una galopante corrupción al interior de las cárceles. El Inpec carece de recursos suficientes para la adecuación y modernización de los centros penitenciarios y este año el recorte del presupuesto de inversión fue de 1.200 millones de pesos.En la medida en que fueron proliferando las protestas en las cárceles y cuando los disturbios ocasionaron la muerte de cuatro funcionarios del Inpec a manos de los presos en Valledupar, las autoridades decidieron indagar si la verdadera causa de esos alzamientos radicaba en las difíciles condiciones de funcionamiento de las penitenciarías, o había un trasfondo mucho más grave que la falta de dinero. La semana pasada los organismos de seguridad establecieron que el ELN ha metido la mano en los diferentes paros carcelarios. De acuerdo con esos informes la estrategia puesta en marcha por el grupo subversivo está contenida en los manuales del III Congreso Nacional realizado por la coordinadora guerrillera en julio de 1996. En esas reuniones los comandantes de los diferentes grupos que conforman el ELN llegaron a la conclusión de que las cárceles eran un frente de trabajo y de lucha revolucionaria. Esta tesis quedó confirmada en las distintas conversaciones sostenidas por el guerrillero Francisco Galán, recluido en la cárcel de La Modelo desde enero pasado, con varios de los miembros de la dirección del ELN. En ellas Galán manifestó que desde hacía varios meses se había implementado el programa de 'colectivos de presos', el cual consistía en el adoctrinamiento de reclusos de las principales cárceles del país. Ese adoctrinamiento comenzó a dar los primeros resultados cuando estalló el paro en la cárcel de La Modelo hace 15 días. Los reclusos que se agolparon en las azoteas del penal exhibieron varias pancartas y banderas alusivas al ELN. Uno de sus comandantes, también detenido en esa prisión, Carlos Velandia Jagua, alias Felipe Torres, concedió varias entrevistas en los medios de comunicación para reivindicar el alzamiento carcelario. Pero el hecho más evidente de la participación del ELN en los paros carcelarios quedó confirmado en el amotinamiento en la penitenciaría de Valledupar. Las autoridades confirmaron que ocho de los 15 presos que mantienen el control de la cárcel son miembros del ELN. También se logró establecer que los paros en Barrancabermeja e Ibagué fueron liderados por reclusos simpatizantes con ese grupo subversivo.