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El general retirado Javier Rey estuvo el jueves de la semana pasada varias horas dando explicaciones frente a un fiscal delegado ante la Corte.

JUDICIAL

Jaque al general Rey

Gracias a sus propias revelaciones, la situación legal del general retirado Javier Rey se complica. Lo investigan por traición a la patria y espionaje.

16 de agosto de 2014

El pez muere por la boca. Este, posiblemente, es uno de los dichos populares más comunes entre los colombianos. Y tal vez a nadie se le aplica mejor en estos momentos que al general retirado del Ejército, Javier Rey. 

El exoficial enfrenta graves problemas judiciales por cuenta, en gran medida, de sus propias declaraciones en los medios de comunicación en las que, según la Fiscalía, sin querer habría confesado varios delitos. El jueves de la semana pasada Rey estuvo varias horas respondiendo preguntas ante un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, pues está señalado por las autoridades como presunto responsable de los delitos de revelación de secretos sometidos a reserva y traición a la patria, entre otros. 

Los líos de Rey comenzaron a mediados de febrero cuando el oficial renunció a su carrera militar “por honor”, según él, ante la divulgación de unos audios en los que el detenido y polémico coronel (r) Robinson González del Río en los que se insinuaban temas sobre irregularidades en la contratación en el Ejército, hechos por los que Rey y otros están siendo investigados. 

Sus problemas aumentaron el pasado 20 de julio cuando en una entrevista en el programa Los Informantes de Caracol, el exoficial hizo graves acusaciones y revelaciones (vea entrevista). Afirmó que sabía sobre las reuniones de funcionarios del gobierno con la guerrilla en Venezuela. Concretamente, mencionó a Sergio Jaramillo (alto comisionado para la Paz) y a su equipo de trabajo, quienes, según él, viajaron a Venezuela a entrevistarse con las Farc. Esta afirmación dejó varios graves interrogantes. Jaramillo y su equipo de trabajo hacen parte del gobierno y, como parte del proceso de paz, estaban plenamente autorizados para los acercamientos. Sin embargo, según las palabras de Rey, es claro que él sabía de esos movimientos. No era un asunto menor, mucho más cuando en febrero estalló un escándalo que señalaba que el equipo negociador habría sido chuzado por parte de militares. ¿Chuzó, interceptó o siguió a miembros del gobierno?, fue una de las  preguntas que tuvo que responder. 

Rey afirmó también que sabía de la ubicación de jefes guerrilleros e incluso mencionó a algunos de ellos y dónde, según él, se escondían. Para la Fiscalía este punto podría implicar un delito adicional que sería el de espionaje. En el código penal establece que quien revele y obtenga indebidamente secretos políticos y militares incurre en esa conducta penal que da más de cinco años de prisión. 
Rey también afirmó que tenía comunicaciones en donde según él un fiscal podría hacer parte de la nómina de las Farc. Ante estas y otras frases, obligó al propio Ejército, en un acto inusual,  a desmentirlo por medio de un comunicado en el que, además, le recordó que es “importante aclarar que los miembros de la institución activos o de la reserva activa tienen la obligación de guardar el secreto de documentos que puedan afectar la seguridad nacional o la institucionalidad de la fuerza a la que pertenecemos o hemos pertenecido”, afirmaba uno de los apartes. (ver comunicado completo)

Rey afirmó, en una de las perlas de la entrevista, que sabía quién y cómo le habían entregado en abril del año pasado a Álvaro Uribe las coordenadas en las que sería recogido un miembro de las Farc para viajar a Cuba. El expresidente las publicó en su cuenta de Twitter y en su momento se desató un gran escándalo. Las sospechas iniciales recayeron sobre el general Rey, quien en este momento se desempeñaba como comandante de la aviación militar. Sin embargo, meses después el Ejército afirmó que no había sido posible determinar el responsable de hacer la filtración y cerró el caso. De allí que no pocos se hayan sorprendido con las recientes afirmaciones de Rey para decir que sabía quién lo había hecho. Por meses negó  haber filtrado o conocer quién lo hizo y de un momento a otro afirmó que sí sabía. Esa incoherencia podría tener una explicación para los investigadores. 

El hacker Andrés Sepúlveda ha sostenido que él tuvo acceso en su momento a las coordenadas gracias a que estas habrían sido suministradas a su vez por personal de Andrómeda. Dijo que una vez las tuvo en su poder, las hizo llegar a Rey y de allí pasaron a Uribe. Este fue uno de los puntos clave para que Fiscalía llamara a Rey. No solo para que explicara por qué ahora decidió decir que sabía sobre el tema de las coordenadas sino para  determinar cuáles fueron sus eventuales vínculos con dos de los escándalos que han ocupado la atención nacional: Andrómeda y el hacker. Durante las más de cinco horas el exgeneral trató de dar algunas explicaciones y básicamente afirmó que todo lo que había dicho era de público conocimiento y “cosas que se dicen”. 

No será la primera vez que tenga que acudir a la Fiscalía pues el caso en su contra solo comienza.  Lo más irónico de todo este asunto es que él mismo dio gran parte de las claves para unir ese complejo rompecabezas del cual hace parte. El pez muere por la boca.