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El exministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo ha abogado por modernizar el agro.

ENTREVISTA

‘La paz de Colombia pasa por el meridiano agrario’

Juan Camilo Restrepo y Andrés Bernal lanzan un libro polémico. Llama a cambios de fondo para modernizar el agro, que no gustan a muchos, y defiende los acuerdos con las FARC.

6 de junio de 2014

SEMANA: ¿Cuál es el mensaje con este libro?

Juan Camilo Restrepo:
El mensaje central es triple. Primero, lo que se ha hecho. Durante el gobierno Santos se iniciaron unas políticas agrarias de avanzada y ambiciosas: restitución de tierras, formalización de la propiedad agraria, recuperación de baldíos y una nueva visión de desarrollo rural.

Segundo, el libro contiene también una voz de alerta porque en el último año a algunas de estas políticas se les ha puesto freno de mano, como a la formalización de la propiedad y a la recuperación de baldíos para la nación, materia prima para una política de reforma agraria.

Tercero, queremos hacer un aporte pedagógico sobre lo acordado en el punto número uno de la agenda de La Habana, dedicado al tema agrario, para demostrar que todo se acordó sobre la mesa y que no hubo negociaciones subrepticias. Carecen de toda veracidad las críticas que vienen haciendo los enemigos del proceso de paz, que lo quieren hacer volar en mil pedazos con el argumento de que se han negociado cosas secretas.

SEMANA: ¿Por qué cambiaron las cosas desde que usted dejó el ministerio?

J. C. R.:
Hubo un proceso desafortunado de politización en entidades clave como el Incoder. Se le puso más énfasis en este último año a la burocracia que a las políticas de avanzada. Yo aspiro a que esto se corrija a partir del 7 de agosto.

SEMANA: ¿Y si pierde Santos?

J. C. R.:
Aspiro a que gane Santos, pero el país tiene que proseguir haya o no acuerdos con las Farc y sea cual sea el nuevo presidente con unas políticas de modernización agraria sin las cuales va a ser imposible encontrar la convivencia. Ni los acuerdos con las Farc en materia agraria, ni esas políticas son contradictorios con que en Colombia se desarrolle una agricultura empresarial.

SEMANA: ¿Ve al uribismo comprometido con tales políticas?

J. C. R.:
Lo veo más en una actitud un poco de renuencia y de prevención en todo lo que tiene que ver con la política agraria y con buscar una mejor distribución de la tierra en Colombia.

SEMANA: El libro es la defensa más consistente hecha hasta ahora de los acuerdos en materia rural con las Farc. ¿Qué es lo más importante?

J. C. R.:
En primer lugar el equipo negociador del gobierno llegó muy preparado a La Habana. No fue como en el Caguán que se sentaron a ver qué iba surgiendo. Segundo, se logró que las Farc, de planteamientos ampulosos y retóricos como los del discurso de Oslo de Iván Márquez, fueran acercándose a posiciones mucho más pragmáticas. Por último, me gusta que es respetuoso del Estado de Derecho, que no atenta contra la propiedad bien habida ni es contradictorio con el desarrollo de la agricultura empresarial. Todo esto lo digo para responder a quienes han querido decir que en ese acuerdo hay una especie de espantapájaros y que si se llega a ejecutar se va a dar al traste con el Estado de Derecho. Nada de eso tiene fundamento.

SEMANA: ¿Cuáles son las piezas fundamentales?

J. C. R.:
El diseño de un programa de desarrollo rural con enfoque territorial posconflicto, entendiéndolo no solo como distribución de ‘tierras peladas’ sino de tierras dotadas de bienes públicos como salud, educación, vías, riego, ciencia y tecnología que conduzcan a cerrar la brecha entre la calidad de vida de la gente del campo y la de las ciudades. Se trata de tierras para los campesinos, no para las Farc, a las cuales por el contrario se les están quitando en el marco del proceso de restitución.

Si no hay solución al problema agrario no habrá paz duradera sino que habrá papeles firmados sobre la paz. Creo que este es el gran mérito histórico del presidente Santos: haber visto y organizado que la paz duradera pasa por una visión más moderna y equitativa de las estructuras agrarias del país.

SEMANA: Algunos consideran esto ideas comunistas. ¿Se volvió comunista el exministro conservador?

J. C. R.:
Hace poco un senador conservador dijo que me habían quitado el respaldo porque yo me había vuelto un conservador de izquierda. Todo lo agrario, lo campesino y el bienestar de la gente que vive en la ruralidad ha sido siempre una de las tesis centrales del Partido Conservador. Me parece que quienes están girando hacia una derecha inaceptable son aquellos refractarios a que haya cambios en las estructuras agrarias del país, con lo cual están ahogando la posibilidad no solo de encontrar la paz sino de modernizar sus estructuras productivas.

SEMANA: En el libro defiende la restitución de tierras, criticada por su lentitud. ¿Cómo ve ese proceso que usted inició?

J. C. R.:
El proceso ha avanzado contra viento y marea. Es respetuoso del Estado de Derecho. Por eso a veces no va tan rápido como se quisiera, pero cuando se compara con otras experiencias es el proceso de restitución de tierras con mayor aliento en Colombia.

SEMANA: El libro se lanza este martes, con Humberto de la Calle. ¿No suena eso electoral?

J. C. R.:
La paz es un eje indiscutible de esta campaña y nosotros sí hemos querido hacer un aporte riguroso y pedagógico mostrando cómo en el acuerdo agrario con las Farc no hay negociaciones inconfesables o secretas. Todo se ha hecho a la luz del sol.