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Javier Felipe Martínez utilizaba las salas de ‘chat’ en Internet para engañar a jóvenes mujeres a quienes convencía de desnudarse para después extorsionarlas. El miércoles fue capturado por el Gaula de la Policía

judicial

Juegos prohibidos

Un estudiante terminó como protagonista de 'novela' en un negocio de extorsiones por Internet .

6 de mayo de 2006

Juegos prohibidos es el nombre de una de las novelas que actualmente se transmiten en la televisión colombiana. La trama se basa en un joven universitario que, a través de un chat por Internet, establece una relación virtual con una mujer casada y terminan involucrados en una escabrosa relación. El argumento de esa novela, que es producto de la imaginación de ingeniosos libretistas, pasó la semana pasada del terreno de la fantasía para convertirse en realidad. Un joven universitario de Cartagena, utilizando los mismos métodos del protagonista de la novela, se valió del servicio de chat por Internet para establecer relaciones y, posteriormente, extorsionar a por lo menos una veintena de mujeres.

El protagonista de la historia se llama Javier Felipe Martínez, tiene 23 años y es un estudiante de segundo semestre de administración de empresas de una universidad en Cartagena. 'Pipe', como lo conocen, es miembro de una familia de clase media de la Ciudad Amurallada y no pocos de sus amigos quedaron sorprendidos al enterarse que, a quien conocían como alegre y rumbero, fue arrestado por el Gaula de la Policía de Bolívar el miércoles de la semana pasada, acusado de extorsión.

El caso comenzó el lunes primero de mayo cuando una joven de 20 años se acercó a la sede del Gaula en Cartagena. Con lágrimas les contó a los investigadores que desde hacía varios días estaba siendo víctima de una extorsión por parte de Martínez. Avergonzada les narró a las autoridades que hacía varios meses había conocido a Martínez en la universidad y que por las noches era frecuente que 'conversaran' en el chat en Internet. Al comienzo era amable, chistoso y muy agradable, contó la joven a los investigadores. Los dos universitarios conversaron personalmente en pocas oportunidades en la universidad y continuaron su relación por Internet. Según la denuncia de la joven, Martínez tenía una gran facilidad para 'encarretar' y una noche, durante una de las sesiones de 'chateo', Martínez la convenció de desnudarse y enseñarle los senos a través de la cámara web. Al poco tiempo, la joven se dio cuenta de que lo que había ocurrido no fue un atrevido e inocente juego sexual por Internet.

En una nueva sesión, Martínez le dijo a la joven que había hecho un video y tomado algunas fotos de la escena sexual del día anterior, y que si ella no quería que él lo difundiera en la universidad, en las páginas pornográficas en Internet o se le enviara a su familia, debía entregarle 500.000 pesos. De nada sirvieron los reclamos y las súplicas de la joven a Martínez. Lo único que consiguió fue que él aceptara recibir 200.000 pesos, que era el único capital del que disponía la joven para pagar su alimentación y vivienda. Al día siguiente, ella consignó el dinero en la cuenta bancaria de Martínez confiada en que terminaría el incómodo episodio. Pero no fue así.

Martínez continuó extorsionándola durante varios días, obligándola, incluso, a vender y empeñar objetos personales para pagar la extorsión. Desesperada de la situación,la joven decidió acudir al Gaula y contar su historia.

Tras una corta investigación, el miércoles de la semana pasada en el sector de El Laguito en Cartagena, el extorsionista fue arrestado cuando recibía 500.000 pesos de otra víctima. Durante el rastreo de las comunicaciones de Martínez y el análisis técnico a su computador, las autoridades descubrieron pruebas que evidenciaban que por lo menos 20 jóvenes mujeres habrían sido extorsionadas.

Aunque este caso es el primero que se conoce públicamente, las autoridades están alarmadas porque hay información que demuestra que no se trata de un hecho aislado y que, por el contrario, cada vez es más común que, especialmente, adolescentes y jóvenes, terminen como víctimas. "Muchos se meten a Internet a chatear con personas que no conocen y revelan desde información personal hasta, como ocurrió en este caso, fotos o videos que son utilizados con fines ilícitos o inescrupulosos", afirmó un oficial del Gaula.

Martínez está la cárcel La Ternera de Cartagena, a la espera de que un juez defina su situación. Posiblemente lo haga reflexionar y se dé cuenta de que, a diferencia de las novelas, en la vida real los delincuentes sí terminan tras las rejas.