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| Foto: Jorge Restrepo

POLÍTICA

La agenda política de Antonio Navarro

Tiene una obsesión: lograr una tercería de fuerzas alternativas, de izquierda y de minorías para pelear la Presidencia en 2014.

13 de julio de 2013

En estos días es probable encontrarse a Antonio Navarro Wolff en uno de dos lugares: en la calle repartiendo periódicos de la Alcaldía de Bogotá, como un miembro de Progresistas, o en reuniones políticas con personajes tan distintos como Juan Fernando Cristo, Fernando Carrillo, Feliciano Valencia, Clara López, los Verdes, los líderes de la Alianza Social Independiente (ASI), Iván Cepeda y los representantes de Marcha Patriótica. Detrás de ese ajetreo radica una obsesión suya de vieja data: un cambio en la dirigencia política del país. 

Según Navarro, “todos los países de América Latina han tenido un cambio en el Establecimiento menos Colombia” y piensa que, gracias al actual ambiente político, 2014 podría ser un momento estelar para una alternativa. Pero dado que primero las minorías deben ponerse de acuerdo, el exgobernador de Nariño se puso en la tarea de tender puentes. 

La primera estrategia pasa por el Congreso. Navarro es consciente de que cualquier proyecto presidencial depende de un buen resultado en las elecciones de marzo, por lo cual está dedicado a estas. Por eso promueve un proyecto de ley que permitiría las coaliciones en las listas para el Congreso. Actualmente, las coaliciones –cuando más de un partido apoya a un candidato– solo se permiten para cargos uninominales como presidente, alcalde o gobernador. 

Navarro está en conversaciones con el gobierno y Juan Fernando Cristo, próximo presidente del Senado, para ambientar la propuesta. Sin embargo, la tiene cuesta arriba. Dado que las elecciones tendrán lugar en menos de un año y se trata de una ley estatutaria con revisión de la Corte Constitucional, el reloj corre en su contra. Pero, de contar con el apoyo de Santos, la ley tendría mensaje de urgencia para un trámite exprés. No obstante, todo es muy incierto.

Navarro está explorando otras alternativas. Según conoció SEMANA, el PartidoVerde y Progresistas podrían estar muy cerca de lograr un acuerdo. En la última reunión de Progresistas se aprobó por unanimidad la propuesta de aproximarse. El ambiente entre las dos colectividades es positivo y la pronta llegada del exalcalde Alonso Salazar a la presidencia verde podría acelerar el proceso.

Navarro también ha estado en consultas con la ASI y con los indígenas del Cauca y han hecho acuerdos para ir en coalición a la Cámara en varios departamentos. En cuanto a Marcha Patriótica, las conversaciones están congeladas dado que aún no se sabe qué pasará con el proceso de paz. 

La nueva personería jurídica de la Unión Patriótica también añade un elemento interesante, pues varios candidatos se podrían avalar por acá. Navarro también ha hablado con Iván Cepeda, quien está elaborando un borrador de un acuerdo que se basa en principios como el respeto mutuo, la convergencia programática, la concertación de reglas de juego y las coaliciones electorales. 

Tal vez el mayor obstáculo para lograr una confluencia es el Polo Democrático. No es una sorpresa que el Polo y Progresistas no tengan la mejor relación, pues Petro abandonó el primero para fundar el segundo a través de firmas. 

El segundo paso de la estrategia de Navarro sería el escenario presidencial. Ya hay una larga lista de posibles precandidatos –José Antonio Ocampo, Eduardo Verano, Jorge Iván Ospina, Feliciano Valencia y no se descarta al propio Navarro o a Íngrid Betancourt– que podrían disputarse una aspiración por medio de encuestas o consultas, de ser posible incluyendo al Polo con Clara López.

Aunque hoy todavía hay más incertidumbres que certezas, lo cierto es que hay un deseo colectivo de muchas fuerzas de lograr un acuerdo. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Varios miembros de la izquierda critican a Navarro por adelantar estas gestiones en beneficio propio y otros lo reprochan por querer hacer lo imposible. “Navarro quisiera juntar desde mockusistas hasta Marcha Patriótica” dice un miembro del Verde. A esto él seguramente respondería: ¿Y por qué no?