Home

Nación

Artículo

El sacerdote Germán Augusto Giraldo.

JUDICIAL

La banda tras asesinato de sacerdote anglicano

Cinco capturados estarían vinculados en el crimen cometido en Bogotá a mediados de junio.

6 de agosto de 2013

Cuando se conocieron los hechos en los que fue asesinado el sacerdote Germán Augusto Giraldo, de la Iglesia Universal Apostólica Anglicana, y el abogado Marco Rodríguez -quien servía a esa misión pastoral como asesor- se desató una serie de interrogantes acerca de quién estaría detrás de las dos misteriosas muertes, ocurridas en Bogotá a mediados de junio pasado.
 
Este martes se conoció que miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía capturaron cinco hombres al parecer pertenecientes a una banda delincuencial de la capital del país. Ellos estarían vinculados con el asesinato de las dos personas.
 
El director encargado del CTI, Luis Carlos Gómez, aseguró que “fueron capturadas cinco personas en Bogotá por los delitos de concierto para delinquir, estafa y tráfico de moneda extranjera. Presuntamente estas personas pueden estar incursas en el homicidio que ocurrió a medidos de junio”.
 
Sin embargo, el funcionario explicó que por ahora no podrán imputarles el delito de homicidio porque deben esperar que las investigaciones terminen para determinar si les endilgan la conducta punible, para lo que deben establecer una relación directa con el hecho.
 
Tampoco se dieron a conocer las identidades de las personas, hasta que sean presentadas en las próximas horas ante un juez de control de garantías, que legalice su captura.
 
El engaño

 
En su momento la Fiscalía dio a conocer que todo estaría vinculado, con un engaño de una caleta con dólares de la captadora de dinero DMG, en Villavicencio. Esta sería entregada a las víctimas a cambio de una suma de dinero.
 
También se dijo que en el interior del vehículo en el que se movilizaban además del sacerdote y el abogado, un vigilante y monseñor Rosendo Úsuga, llevarían 200 millones de pesos. Sin embargo, las autoridades no confirmaron la existencia del dinero, aunque Jorge Eduardo Saavedra, director Seccional del CTI Bogotá, indicó que al parecer entregaría el monto a cambio de la caleta.
 
El acuerdo para el intercambio se habría dado a través del vigilante Miller Arley Silva, quien en el momento de los hechos escapó del lugar, pero tres días después de que se dio a conocer su retrato hablado, se presentó ante la Fiscalía y en este momento es un testigo protegido, su información habría sido de importancia para dar con el paradero de los responsables de los miembros de la organización delictiva, quienes al parecer están tras el engaño.
 
“Podemos señalar que a través de esta persona (Silva) se dice que en Villavicencio se encontró una caleta dólares y tarjetas de DMG. Los que la hallaron estaban interesados en dar dinero a esta iglesia anglicana, pero que a cambio requería una recompensa de 200 millones de pesos, que serían los que llevaban el día de los hechos”, señaló Saavedra al día siguiente del homicidio.
 
Todo habría sido organizado por el sacerdote Germán Giraldo, quien contactó al abogado Marco Rodríguez para que los acompañara a Villavicencio. Se cree que se trataría de un engaño del que había sido objeto el religioso y que hace parte de un modus operandi de la banda a la que pertenecen los detenidos.
 
“Ellos (Giraldo y Rodríguez) contactaron al obispo para que los acompañara a esta ciudad, toda vez que este vigilante había hablado con unos campesinos en Villavicencio. Personas que indicaron que tenía una caleta y que ellos requerían para entregar los dólares que estaban allí, la suma de 200 millones de pesos.

El padre Germán había conseguido 175 millones de pesos y el faltante lo tenía desde la semana anterior”, indicó Saavedra.

Monseñor Rosendo Úsuga ha asegurado ante la Fiscalía que aunque no puede dar fe de la existencia de los 200 millones de pesos en el vehículo que viajaban hacia la capital de Meta, sí puede decir que vio en el automotor tres maletas de las cuales desconoce el contenido y su paradero final.

Las muertes del religioso y el abogado a manos de dos sicarios que los abordaron y subieron al vehículo, se produjeron la madrugada del martes es la localidad de Kennedy, en Bogotá, cuando las víctimas y los sobrevivientes se movilizaban en el vehículo de placas BOS-384.

Según explicó monseñor, los ladrones le quitaron las llaves al abogado y uno de ellos tomó el control del vehículo, mientras otro se instaló en la parte de atrás.