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| Foto: Archivo Semana.

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La batalla de desminar un pueblo

San Carlos (Antioquia) fue el escenario para que varios uniformados liderados por el teniente coronel Carlos Cadena, comandante del batallón de desminado número 60, cumplieran una meta trazada en el 2009.

14 de marzo de 2012

“Lo más duro fue ver gente mutilada. Lo mejor fue ver a esas mismas personas con una sonrisa cuando sabían que había un metro menos de su territorio invadido por minas antipersonal”, cuenta el teniente coronel Carlos Cadena, comandante del batallón de desminado número 60 y quien lideró el grupo de uniformados que logró que este martes el presidente Juan Manuel Santos declarara a San Carlos (Antioquia) el primer municipio de Colombia “libre de sospecha de minas antipersonal”.

El trabajo empezó en el 2009 y terminó en diciembre del 2011. Y no fue fácil. Parecía, dice el teniente coronel Cadena, “una tarea imposible”. No era para menos. Según cifras oficiales, desde 1990 las minas han dejado en San Carlos 172 víctimas, 154 heridos y 18 muertos.

El trabajo empezó con 14 uniformados, pero terminó con 100, entre oficiales, suboficiales y soldados. Todos concentrados en lo mismo: lograr que 72 de las 74 veredas del municipio en donde había presencia de estos artefactos quedaran limpias. Y lo cumplieron. Primero instalaron corredores de seguridad. Después hicieron un barrido manual con ayuda de detectores y de perros entrenados.
 
Los uniformados siguieron la información suministrada por el Programa de Acción Integral contra Minas Antipersonal (Paicma), pero también la que los pobladores les suministraba. “Nos daban el nombre de la vereda e indicaciones tan sencillas como ‘al lado de la escuela’, ‘al lado de la calle x’. Con eso, sacábamos las coordenadas, las registrábamos y verificábamos”, cuenta el comandante del batallón de desminado número 60, que tiene jurisdicción en Antioquia, Caldas, Santander y Bolívar.

En la actividad, que duró dos años, fue despejado un total de 155.425, 95 metros cuadrados. Los habitantes de San Carlos sienten alivio. Después de varios años de temor por vivir en uno de los lugares considerados con más minas en el país, ahora son ejemplo. Según la alcaldesa de San Carlos, en el municipio en donde más del 80 por ciento de sus habitantes fueron desplazados a causa del conflicto, ya se ha dado el retorno de por lo menos 2.700 personas.

“El trabajo de desminado es peligroso. Todos lo sabemos, pero antes que el temor que puede producir la posibilidad de un accidente está el deber. Tenemos que cumplir con la gente que espera estar en un espacio limpio”,
cuenta el teniente coronel Cadena.

En el caso de San Carlos el trabajo se hizo manualmente. “La topografía no permitió que se hiciera de forma mecánica, que se logra a través de máquinas que se llaman barre minas”, señala.

Sin embargo, en los dos años que duró el proceso no hubo ningún accidente. “Gracias al cuidado y a la sabiduría de los soldados no ocurrió nada que lamentar”, señala el comandante del batallón, que después de San Carlos se concentró en El Dorado (Meta). Allá también trabajan para que sea un territorio libre de minas.

Y aunque en San Carlos el panorama es positivo, no deja de preocupar la falta de oportunidades para sus habitantes. En la visita del presidente Santos al municipio, la alcaldesa no dudó en pedir un plan de desarrollo que permita dar trabajo a las personas que han regresado al pueblo. Además reclamó que se pavimente la vía principal del municipio. 

Además, la presencia de grupos armados al margen de la ley y su lucha por el control territorial dejaron como consecuencia, según las autoridades, cerca de 33 masacres, 156 desapariciones forzadas y 78 víctimas. Habitantes de por lo menos 50 veredas tuvieron que huir de la guerra. Tuvieron que dejar su pueblo.

¿Qué cree que cambió en la vida de los habitantes de San Carlos? “Ahora pueden caminar seguros”, responde el teniente coronel Cadena, quien espera dar la misma tranquilidad a pobladores de por lo menos otros tres departamentos.