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De acuerdo con la versión de Carlos Castaño, el coronel (r) Danilo González participó en el secuestro de Juan Carlos Gaviria

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La carta bomba

Carlos Castaño revela quién estuvo detrás de la muerte de Álvaro Gómez y el secuestro de Juan Carlos Gaviria. Además, describe una tenebrosa conspiración que se estaba tejiendo contra el Estado.

9 de agosto de 2008

Carlos Castaño le hizo mucho daño al país, pero una familia venezolana lo recuerda de otra forma: como la persona que le salvó la vida a Richard Boulton. Este empresario venezolano fue liberado después de dos años de secuestro gracias a los buenos oficios del jefe paramilitar. Allí nació una relación cercana entre la familia y Castaño, como queda evidente en varios correos intercambiados entre ellos.

En ese intercambio de mails, particularmente en uno fechado el 19 de agosto de 2002, el paramilitar terminó contándoles a los Boulton su versión sobre dos crímenes que sacudieron al país (Ver carta).

El empresario venezolano fue secuestrado en 15 de julio de 2000 en una finca en el estado Carabobo, en el vecino país. Durante casi un año se especuló que las Farc o el ELN eran los responsables del secuestro del empresario, por quien se pedían 30 millones de dólares como rescate. A mediados de 2001 una investigación del DAS afirmó que los verdaderos responsables del plagio eran las AUC. Castaño, quien en ese entonces era el jefe máximo de ese grupo, negó el asunto al comienzo. Allí empezaron las primeras comunicaciones entre la familia Boulton y Castaño.

Varios meses más tarde se vio obligado a reconocer que una facción de las autodefensas de Vichada era la responsable del secuestro, del cual él no tenía conocimiento. Tras ordenar la liberación de Boulton y el asesinato del comandante del grupo que lo tenía cautivo, Castaño afirmó en un comunicado que "todo indica que el secuestro de señor Boulton tuvo propósitos económicos, pero ante todo fue un complot contra las AUC, que pretendió destruirnos políticamente. Narcotraficantes y miembros de instituciones colombianas fueron los responsables", advirtió Castaño sin dar más detalles públicamente. Poco se volvió a hablar del caso. Hasta ahora, cuando SEMANA revela la carta que Castaño le envió a Boulton señalando al coronel (r) González como uno de los responsables del caso.

Según la carta de Castaño, el secuestro del empresario era parte de un plan, llamado 'Birmania', con el que se pretendía conseguir recursos económicos para la creación de un grupo de narcos, paras y guerrilla que estuviera en capacidad de implantar un "régimen Narco en Colombia", para obligar al Estado a negociar con ellos. Aparte de la carta a Boulton, el jefe de las AUC escribió decenas de correos electrónicos a otros comandantes de las autodefensas refiriéndose al plan 'Birmania' (ver recuadros). En todas sus comunicaciones Castaño señaló a González como uno de los instigadores de plan.

Oficiales y ex integrantes de la Policía que conocieron y trabajaron con González consultados por SEMANA le restaron credibilidad a la versión de Castaño. Sin embargo, lo que resulta curioso es que aparentemente no habría razón alguna por la cual el jefe de las AUC inventara una historia semejante. En primer lugar, porque se trata de correos privados entre Castaño y Boulton, que claramente ninguno de los dos difundió o estaba interesado en hacer públicos. Tampoco habría una razón por la que el paramilitar tuviera que mentirle al empresario venezolano. Es más, Castaño parecía obsesionado en corregir lo que consideró un error gravísimo para los intereses de las AUC. Finalmente, la historia de González está llena de oscuros episodios. Pasó de ser uno de los oficiales más condecorados de la Policía a terminar involucrado con diferentes sectores del narcotráfico. Paradójicamente, los dos protagonistas de la carta, González y Castaño, ya no están. El primero fue asesinado en marzo de 2004. El segundo, un mes más tarde. Lo cierto es que el descubrimiento de las cartas de Castaño dará mucho de qué hablar.
 
El otro testamento de Castaño
El 19 de agosto de 2002 el jefe de las AUC escribió este documento

Apreciado señor Boulton.

Déjeme contarle un poco sobre el oscuro mundo y las locuras de gente descompuesta.

Un Coronel (r) de La Policía colombiana, Danilo González, no solamente es el cerebro del secuestro de Richard Boulton, sino de otras atrocidades como el secuestro en Colombia de Juan Carlos Gaviria, hermano del actual Secretario General de la OEA y el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, entre muchas otras bestialidades. Este funesto personaje ha utilizado siempre a terceros para desarrollar sus fechorías pero él detrás calculando y moviendo las fichas. Este Tipo ha montado al lado de algunos capos del narcotráfico toda una telaraña de poder legal y otro rastrero a instancias del terror y la corrupción, alcanzando su influencia a controlar completamente la Policía Nacional, destituyendo oficiales y nombrando y relevando a su antojo los suyos, alcanzando a tener su propio director de esa institución. Ya hoy ha comenzado a caer el monstruo con todo su entramado. Su aparato armado de la Policía empieza a derrumbarse con la restitución y nombramiento del nuevo Director de la Policía, el mismo a quien este coronel había logrado tumbar unos años atrás.

Este Coronel había estado varias veces en Valencia meses y días antes del secuestro del señor Boulton. Su última actividad criminal allí, fue el asesinato de otro funesto narcotraficante colombiano de apellido Herrera, a quien secuestraron una noche y su cadáver apareció el día siguiente. Esto lo hicieron un grupo de policías colombianos y otros de instituciones venezolanas al mando del Coronel González quien dirigió personalmente el operativo, era purga entre narcos. En esas y entre ellos, fue que surgió la propuesta del secuestro de Boulton.

Este coronel encabeza un demencial proyecto desde hace varios años: lo denominan "Plan Birmania". Pretenden involucrar la mayor cantidad posible de personas y miembros de instituciones del Estado en el narcotráfico, así como a los comandantes de guerrillas y autodefensas, y evidenciar que todos somos igual de secuestradores, criminales y narcotraficantes, y llenos de poder a instancias del terrorismo y el narcotráfico, unidos todos por esta nefasta condición, tendría que negociar el Gobierno con este engendro, según Danilo, y se implantaría un régimen Narco en Colombia, dizque, porque, según el Coronel González, no hay sociedades al margen de la ley y la colombiana será muy pronto una sociedad narca.

Ya ve usted Señor Boulton, la enfermedad mental de esta gente al mando del Coronel González. En su locura, el Secuestro del señor Boulton pretendía dos cosas; Plata para financiar su macabro proyecto, y dando curso a sus propósitos, destruir la imagen de las autodefensas, principalmente la Mía, que represento su mayor obstáculo para hacer de ellas sus autodefensas mercenarias con las cuales piensan legitimar su imaginario gobierno que pretenden implantar, y buena parte de las autodefensas ya están hoy a su servicio, e intento rescatar o anularlas.

Yo creo que el Coronel Jaramillo del Das, se dio cuenta muy tarde de la telaraña en que estaba atrapado por el Coronel González, y de ahí sus disparates en la investigación.

El desenlace de este secuestro es casi una réplica de la liberación del señor Juan Carlos Gaviria. Solo que en esa ocasión Danilo involucró al General Serrano como mediador de la liberación del secuestrado y éste en su ánimo de protagonismo hizo un esfuerzo por no percibir la realidad y su ridícula participación de idiota útil, no mal intencionado. En el caso Boulton, optaron por involucrarme como participe del secuestro de tal manera que yo no pudiese denunciar nada una vez asesinado el Dr. Boulton en una ridícula operación de rescate por militares para quitárselo supuestamente a las Farc. Ahora Está confirmado que cuando el Ejército llegara al sitio en atención a una información suministrada anónimamente, ya el señor Boulton estaría muerto y el informe oficial habría sido que los captores que eran de las autodefensas y quines se hacían pasar por guerrilleros, asesinaron al secuestrado y emprendieron la huída. Y así el escenario hoy sería otro; una familia sumida en el dolor destrozada para siempre, y tal vez hablando con los verdugos de un monstruo llamado Carlos Castaño.

Recuerdo que estando secuestrado el señor Juan Carlos Gaviria, me visitó Danilo González y Orlando Henao, y me ofrecieron un millón de dólares para que yo guardase silencio cuando fuese encontrado el cadáver de Juan Carlos Gaviria en un paraje de influencias de las autodefensas en el Departamento de Córdoba. Mi respuesta a ellos en esa época fue la misma que le di a Danilo cuando vino a visitarme e involucrarme, supuestamente en nombre de Jaramillo, negándome incluso a darme por informado de semejante asunto y exigiendo respeto, mi repuesta en aquella época los llevó a recurrir al General Serrano y le dieron presentación política a la liberación mediante un montado y concertado canje, ya habiendo conseguido parte de su objetivo que era sostener a Samper en la presidencia.

Cuestionará usted mi relación con este Coronel, pero debo decirle que igual es íntimo de Jaramillo y el poder detrás del trono en la Policía. Igual se preguntará porqué no he actuado militarmente contra él, igual le digo que un honesto sector de la policía lo ha pensado y no se deciden. Lo entenderá usted recordando que los imperios del mal, caen en su momento, no antes de convertirse en una amenaza a la vida de las la mayorías. Y la Justicia contra este infame coronel tiene que aplicarla el Estado y sus Instituciones, pues quien desde la irregularidad lo haga, tenderá un manto de sospecha sobre sí mismo como el compinche que ejecuta a su aliado. Por eso no me corresponde a mí la aplicación de la Justicia en este caso. Me basta con haber contribuido con la vida de los señores Boulton y Gaviria, con lo que estuvo a mi alcance.

Si yo viese abandonada la locura de este Coronel, Tal vez, me marginaría de todo esto y dejaría que la justicia obrara por sí misma, pero este Sujeto continúa en su locura y alguien debe frenarlo.

Creo que ahora podrá ver las cosas aunque no más fáciles ni menos dolorosas, sí tendrá mejores elementos de Juicio, que podríamos complementar cuando veamos condiciones que permitan nuestro encuentro personal y lo consideremos conveniente. Seguramente yo aún ignoro detalles del asunto, pero no me equivoco en cuanto a los responsables y la intención general del secuestro.

Con mis mejores deseos
Carlos Castaño