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Barranquilla

La costa por cárcel

Según las denuncias del director del penal de El Bosque varios reclusos entraban y salían a su antojo.

8 de febrero de 2004

En la cárcel distrital El Bosque, de Barranquilla, muchos detenidos andaban como Pedro por su casa. Entraban, salían y hasta se fugaban sin mayores dificultades. Para ello obtenían permisos especiales de la dirección sin el conocimiento de las autoridades judiciales.

Ese es el panorama que recibió el nuevo director, Gabriel Ramos Fontalvo. Un centro caótico en el que descubrió una feria de permisos otorgados sin control a procesados por delitos que en principio no permiten ese beneficio, como homicidio, extorsión y tráfico de drogas. Lo cierto es que 29 reclusos que tenían permisos concedidos por la dirección no han aparecido y la Fiscalía investiga una posible fuga masiva. Algunos fiscales y jueces ni siquiera saben si algunos de sus procesados siguen encarcelados .

Ramos afirma en su denuncia a la Fiscalía que la directora saliente, Claudia Correa de Castro, no sólo omitió denunciar la fuga de un preso que gozaba de un beneficio especial, sino que además otros internos que tenían permisos extramuros "tampoco comparecieron a la cárcel (.) ya que los mismos pueden estar incursos en el delito de fuga de presos".

Estas irregularidades no son nuevas. SEMANA había denunciado en abril de 2002 que 10 detenidos capturados en la Operación Camaleón habían desaparecido. En octubre pasado la Procuraduría suspendió al entonces director, Jorge Sandoval, por otorgar de manera irregular permisos extramuros a dos internos que se fugaron, después de lo cual uno de ellos fue asesinado.

La realidad es que, como pudo establecer SEMANA, algunos de los reportados por Ramos Fontalvo como fugados estaban fuera del penal desde mucho antes de la posesión de su antecesora. Es decir que ésta, a pesar de que la sanción a Sandoval era una clara advertencia, siguió otorgando permisos irregulares. Ramos contó a SEMANA que no se ha podido comprobar la situación de varios reclusos pues sus carpetas han desaparecido.

Durante su encargo Correa de Castro sólo reportó tres fugas, y varios juzgados de Barranquilla tuvieron problemas para ubicar a sus presos. Uno de estos casos ocurrió el 19 diciembre cuando el Juzgado Unico Penal del circuito especializado trató de notificar a un detenido procesado por secuestro. Según comunicación a la dirección del penal "la notificadora de este despacho en tres oportunidades se ha hecho presente a las instalaciones de la cárcel distrital El Bosque, sin que hasta el momento haya sido posible la notificación al interno en referencia, pues siempre se le informa que no se encuentra, o que está de permiso, sin que tales novedades hubieran sido ventiladas o informadas a este despacho".

Tres días después la dirección de la cárcel reportó su fuga en un incidente oscuro. Según la guardia el preso habría sido remitido a un centro médico custodiado por un guardián. Pero dos motociclistas se llevaron al detenido. La señora Correa de Castro le explicó a SEMANA que no informó de inmediato porque le dio al recluso tres días para regresar.

En otro caso, el 2 de diciembre el Juzgado Séptimo Penal del circuito tuvo problemas para notificar de una audiencia a dos personas sindicadas de pertenecer a una banda de asaltantes de bancos. Los sindicados no asistieron y el juzgado le pidió, sin éxito, explicaciones a la directora. Según el mismo oficio, la guardia informó que dos de los detenidos "se encontraban de permisos especiales o de extramuros".

Ahora, con las denuncias del nuevo director, las autoridades esperan que la cárcel distrital El Bosque, de Barranquilla, vuelva a ser de verdad un centro de reclusión y no un hogar de paso. Sobre todo porque la tranquilidad de la población depende de la seriedad con que las autoridades manejen el tema de la represión a la delincuencia. Y más en una ciudad con serios problemas de seguridad.