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¿La cuenta de cobro de Teodolindo?

tu El representante Teodolindo Avendaño presentó cuando era suplente un proyecto de ley de honores que podría convertirse en el test de la reelección de Uribe

5 de junio de 2005

Más de la mitad de las leyes aprobadas por el Congreso son de honores y conmemoraciones de natalicios, aniversarios o fallecimientos. A veces van más lejos y autorizan al gobierno a destinar un rubro presupuestal para celebrar la fecha por lo alto. Pero normalmente el gobierno no autoriza el gasto y la ley se queda en el papel. Los congresistas lo saben. Aún así, siguen adelante con el trámite pues ya con el texto legal en la mano pueden viajar a sus regiones y mostrarle a sus constituyentes que si no cumplieron con lo prometido fue por la avaricia del ejecutivo. El efecto simbólico es lo importante.

Con un simbolismo diferente, una de estas leyes conmemorativas está a punto de aprobarse este martes en el Senado. Se trata de una iniciativa del representante conservador Teodolindo Avendaño Castellanos, quien se hizo famoso por desaparecer del Capitolio justo en el momento en que se votaba el proyecto de reelección presidencial.

Dos días antes, Teodolindo había posado para una foto con todos los enemigos de la reelección. Eran 16 y contaban con otros dos votos, con lo cual el proyecto se hundiría en el tercer debate en la Comisión Primera de la Cámara. Sin embargo en el momento crucial, el representante se ausentó de la sesión. Al día siguiente justificó su desaparición con el argumento de que había tenido que viajar a Cali porque su hijo de 18 años había estrellado el automóvil de una compañera de la universidad y le restó importancia a las reuniones que había tenido la noche anterior con funcionarios de la Casa de Nariño.

Su partida y el repentino cambio de opinión de Yidis Medina -quien dijo luego que el gobierno le había prometido una mayor inversión en su región del Magdalena Medio- salvaron la reelección.

De ahí las suspicacias con el actual proyecto de ley de Teodolindo, que autoriza al gobierno a incluir dentro del presupuesto general de la Nación una apropiación por 2.815.412.111 pesos para conmemorar el centenario del municipio de Caicedonia en el departamento del Valle del Cauca, de donde es oriundo y fue alcalde. SEMANA trató de contactar al ex representante Avendaño y a los dos ponentes del proyecto, para conocer sus versiones, pero no los consiguió.

El proyecto tiene varias curiosidades. La primera es su anticipación: el centenario de Caicedonia se cumple el 3 de agosto de 2010, es decir, en cinco años. La especificidad de sus rubros tampoco es usual. Estas leyes normalmente no señalan cifras específicas. Pero en este caso se destinan, por ejemplo, 717.833.414 pesos para la remodelación del parque El Carmen, 25 millones para la homogeneización de andenes en la carrera 9 entre calles 6 y 12 y 525.347.530 para la terminación del polideportivo.

Esto sin entrar en un cuestionamiento más de fondo sobre si la Nación debe pagar los andenes de un pueblo o la reposición de su alcantarillado, inversiones que son típicamente municipales. Si se trataran de manera tan generosa los 33 pueblos que cumplen 100 años durante los próximos cinco años, los colombianos tendrían que pagar casi 100.000 millones de pesos, equivalente a lo que cuesta toda la política de vivienda nacional.

No se puede descartar que, si la disposición se aprueba, el gobierno la objete. Esa ha sido su política durante los últimos dos años, y en el simbólico caso de Teodolindo le quitaría argumentos a quienes creen que la reelección se debe caer porque hubo intromisión indebida en su aprobación. Además es una práctica corriente del Ministerio de Hacienda devolver estas iniciativas al Congreso con el argumento de que no son prioridad presupuestal.

Pero una vez aprobada, el gobierno también tiene la opción de apropiar el dinero. Será entonces cuando el país sabrá si todo el episodio es la factura de cobro de Teodolindo por ayudar -con su ausencia- a pasar la reelección inmediata, o si es tan solo una ley de honores más, tan inocua como las demás.