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El presidente le aclaró a las FARC que no tendrá contemplación alguna en su contra. | Foto: Presidencia

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La declaratoria de Santos a las FARC

El presidente pidió a las Fuerzas Militares no dejar de disparar hasta que se llegue al final del conflicto.

21 de julio de 2013

“Así como tenemos la mano tendida y estamos dialogando, también tenemos el garrote, la contundencia militar y la vamos a aplicar", con esa frase el presidente Juan Manuel Santos, fue enfático con el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y los mandos de la Fuerzas Armadas, al indicarles que la orden es no dar un segundo de tregua a las FARC, así se esté en medio de negociaciones.

Santos aseguró que no descansarán hasta dar con el paradero de los responsables de la muerte de 15 militares en Arauca y cuatro más en el Caquetá. El mandatario dijo que lo sucedido es la clara muestra de la diferencia que existe entre una organización ilegal como las FARC y las Fuerzas Militares.

“Mientras nuestras Fuerzas, cuando llegaron los refuerzos, capturaron a 12 de estos bandidos y atendieron a cinco que estaban heridos, el contraste es que tenemos a 15 de nuestros hombres asesinados", aseguró.

En su determinación de no dar un milímetro de espacio para que la guerrilla pueda realizar acciones delictivas, Santos envió a la zona de Arauca un Batallón de Fuerzas Especiales, que reforzará las tropas que ya se encuentra en ese departamento, y cuya misión principal es la de cuidar los oleoductos.

Indicó que es normal que los colombianos cuestionen hechos como los de este sábado, que se convierten en los más violentos por parte de las FARC desde que iniciaron las negociaciones: "¿cómo así que estamos dialogando y al mismo tiempo estamos disparando?", sobre esto dijo que esas son las condiciones en las que se está dando el proceso y que la contundencia de las Fuerzas Militares, será la que acelere los resultados esperados.

Se la sigue jugando

Pese a lo sucedido, el mandatario ha optado por separar los diálogos de La Habana, de los actos violetos que las FARC puedan cometer en el país. Reiteró que se la sigue “jugando por la paz”.

“He dicho en repetidas ocasiones: allá en La Habana estamos dialogando como si aquí no hubiese terrorismo. Atacar los tubos, atacar los puentes, afectar a la población civil, es terrorismo. Y aquí no tendremos ninguna contemplación en nuestra lucha contra el terrorismo”, dijo.

La orden es una sola: “no dejar de disparar hasta que se llegue al final del conflicto” y menos dar tregua a la subversión para que consiga afectar a la Fuerza Pública o a la población civil.

“Les he dicho en el día de hoy al señor Ministro de la Defensa; al señor Comandante de nuestras Fuerzas Militares, al general Navas; al señor Comandante de nuestro Ejército, al general Mantilla, y a los demás oficiales: No podemos bajar la guardia un solo milímetro. Hay que poner más tropas. Hay que ser más contundentes”, indicó.

Las declaraciones sin lugar a duda levantan ampolla en algunos sectores, que no están de acuerdo con el aumento acelerado que han tenido las Fuerzas Militares y de Policía en los últimos años del país. Lo dicho por el presidente mostraría que la confrontación armada sería su plan B, en caso que los acuerdos que se buscan en La Habana no lleguen a feliz término.

El discurso de Santos pareciera calcado en cada una de sus intervenciones, por un lado está su determinación de poner fin al conflicto por la vía del diálogo, mientras del otro pide fortalecer las tropas y mantener la acción contra los ilegales. Aunque pareciera algo contradictorio, lo cierto es que esas fueron las reglas que se pactaron desde el comienzo.