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Aunque Venus Albeiro Silva insiste en que la Fundación no tiene nada que ver con sus actividades políticas, ambas tienen sedes colindantes

POLÉMICA

La fundación de Venus

Desde 2007, la fundación Chiminigagua, creada por el representante del Polo Venus Albeiro Silva, es una de las mayores contratistas de Bogotá.

16 de enero de 2010

En la localidad de Bosa, una de las más pobres de la ciudad, el representante a la Cámara Venus Albeiro Silva es un líder natural. Allí creció, forjó su fortín electoral y le dio vida a la Fundación Cultural Chiminigagua, una de las más activas en la capital.

Luego de avanzar en una carrera que comenzó como edil en 1996, Silva se convirtió en uno de los políticos más visibles del Polo Democrático, al punto de que en 2009 sonó como uno de los candidatos para presidir esta colectividad. Su protagonismo se hizo más notorio en 2007, cuando Samuel Moreno estaba en campaña para la Alcaldía de Bogotá. Entonces, como aún está registrado en una de las páginas electrónicas de la Alcaldía, le organizó un evento multitudinario.

En las elecciones de 2006 Venus fue reelegido representante con 20.159 votos, de los cuales obtuvo en Bosa 7.771 y logró la votación más alta de un congresista en la localidad. Todos allí asocian su trabajo político con la gestión de Chiminigagua, lo cual no generaría ningún problema si no fuera porque la Fundación, hasta hace poco dirigida por el político, ha firmado numerosos y millonarios contratos con el Distrito en los últimos tres años. En particular en Bosa, donde en 2008 monopolizó la contratación cultural.

Así, entre 2007 y 2009 Chiminigagua contrató 20 proyectos en 10 de las 20 localidades, que oscilan entre 32 y 730 millones de pesos, para un total de más de 3.500 millones. De estos, nueve fueron convenios de asociación que no necesitaron ser sometidos a licitación pública y cuyo objeto va desde promover 'jornadas de integración familiar' o celebrar el día de los niños, hasta realizar la 'fiesta pluricultural indígena de la Candelaria'. Los dos contratos más costosos se firmaron en Bosa.

Silva y uno de sus más fieles seguidores, el edil de Bosa Luis Hernando Parra -quien ha sido consejero cultural de la localidad y codirector de Chiminigagua-, afirman que estos contratos nada tienen que ver con su actividad política ni con el movimiento Opción Siete. No obstante, SEMANA visitó una de las sedes de la fundación y encontró que está en la misma casa que una de las del movimiento político. "Se trata de una coincidencia -dice Parra-. Ambas tienen nomenclaturas diferentes".

En agosto de 2009 la Contraloría Distrital investigó a la Alcaldía de Bosa por un presunto incumplimiento de cuatro contratos de prestación de servicios firmados con Chiminigagua en 2007. Así mismo, el contralor, Miguel Ángel Moralesrussi, incluyó esta fundación, junto con el Colegio Mayor de Cundinamarca y la Universidad Militar, en la lista de organizaciones "que con excesiva frecuencia resultan favorecidas de los procesos".

No tiene nada de raro que un político cree una fundación, pero que esta sea incluida por un organismo de control entre las más "favorecidas" y que monopolice la contratación con el Estado en determinados lugares de la ciudad pone en duda algunas de sus ejecuciones. Cuando la ciudad comienza a ejecutar el presupuesto aprobado en 2009, y a tres meses de las elecciones parlamentarias, es importante que ciudadanos y veedores estén más que atentos a las contrataciones con dineros públicos. Esto, en aras de que ni los candidatos, ni las entidades, ni funcionarios, ni los alcaldes locales, ni la política misma pierdan aún más legitimidad.