Home

Nación

Artículo

portada

La gran encuesta

Álvaro Uribe sigue ganando en primera vuelta. Entre los liberales baja Serpa, pero sigue barriendo. Encuesta nacional de SEMANA, RCN tv, RCN Radio y la FM.

2 de febrero de 2006

Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos durante la década de los 80, se distinguió por una característica que ninguno de sus sucesores pudo imitar y que es raro encontrar en un dirigente político: ser intocable para las críticas. Durante su administración llovieron acusaciones de toda índole, pulularon escándalos, y aun así, su popularidad no se afectó en gran medida. Se ganó el sobrenombre de 'Presidente teflón'.

Hoy en Colombia le apareció un gemelo. Después de la peor semana de su gobierno, donde todo lo que le pudo salir mal, salió, el presidente Álvaro Uribe sigue siendo igual de querido y admirado por los colombianos. A cuatro meses de las elecciones presidenciales, nada parece afectar la popularidad del mandatario. Mucho menos, sus posibilidades de ser reelegido. Así lo demuestra la tercera Gran Encuesta realizada por Napoleón Franco para el cubrimiento electoral que adelanta la alianza entre SEMANA, RCN Radio, RCN Televisión y la FM.

Las cifras contradicen las predicciones de académicos y analistas que previeron que las acusaciones del gobierno al precandidato liberal Rafael Pardo por tener vínculos con las Farc, se habían convertido en un autogol para la credibilidad en la gestión presidencial. A pesar de que son más quienes le creen a Pardo que al gobierno en este asunto, la favorabilidad del presidente Uribe continúa siendo tan alta como hace tres meses: el 73 por ciento de los colombianos tienen una buena imagen suya. Y el apoyo a su gestión aumentó. Porque si bien en octubre de 2005, el 62 por ciento aprobaba su trabajo, hoy lo hace el 68 por ciento. El respaldo a Uribe es firme en todos los estratos y regiones.

La misma tendencia se repite con la intención de voto para la primera vuelta presidencial que se celebrará el 28 de mayo. Todo indica que, al igual que en 2002, no habrá segunda vuelta. Si las elecciones fueran hoy, Uribe obtendría el 57 por ciento de los votos y contra él ni siquiera podría competir un candidato respaldado por una alianza entre sus opositores: Antanas Mockus, los liberales y el Polo Democrático.

Pero si bien el escándalo que produjeron las controvertidas acusaciones contra Pardo no afectó las posibilidades de reelección de Uribe, sí produjo un pequeño temblor en la consulta liberal. Aunque Horacio Serpa mantiene una cómoda ventaja sobre sus rivales, perdió 10 puntos en la encuesta. ¿Dónde fue a parar ese apoyo? Principalmente en los indecisos. Si la consulta liberal fuera hoy, uno de cada tres electores no sabría por quién votar.

Esto representa una oportunidad para los otros candidatos, empezando por Pardo. Si bien la intención de voto por el senador bogotano no dio un salto tan importante como se esperaba -aún está demasiado lejos de alcanzar a Serpa-, sí duplicó el apoyo a su candidatura, al pasar del 4 por ciento en octubre al 9 por ciento en la actualidad. Andrés González se ubicó segundo con el 6 por ciento, mientras que Rodrigo Rivera perdió el ímpetu del fin del año pasado. Quedó de último con el 4 por ciento.

Un análisis minucioso de los resultados confirma que Pardo continúa siendo un candidato de opinión con reconocimiento entre las clases altas, y Serpa mantiene una especial acogida en los niveles socioeconómicos medio y bajo. La sorpresa está por los lados de González, quien registró una importante base de respaldo en los sectores populares.

Aún es temprano para predecir si el repunte de Pardo es una tendencia que le permitirá dejar atrás a González y a Rivera o si apenas es el reflejo de una semana en que fue el foco de los medios. En caso de lograrlo, para Pardo la competencia contra Serpa no será fácil. No sólo por la inmensa ventaja que aún mantiene el dos veces candidato liberal, sino porque el discurso de Pardo se ubica en el medio de un espectro donde en un lado se encuentran los electores de izquierda y los serpistas fanáticos y, de otro, los uribistas purasangre. Se espera que cerca de 30 por ciento de estos últimos participen en la consulta liberal por estar abierta a todos los votantes. Si bien nunca votarían por Serpa, es incierto si el enfrentamiento de Pardo con el gobierno los ponga a dudar de hacerlo ahora por el senador bogotano. El 16 por ciento de los posibles electores afirma que este hecho cambió su intención de voto.

Por el lado del Polo Democrático Alternativo, a Antonio Navarro le ocurrió lo mismo que a los liberales y a Serpa. Se duplicaron los indecisos y la ventaja de Navarro sobre el senador y ex magistrado Carlos Gaviria es ahora de 38 por ciento a 20 por ciento. Navarro le llevaba 30 puntos en octubre.



El otro escándalo

Al igual que el affaire Pardo, el tema de la infiltración de los paramilitares en las listas al Congreso de los partidos uribistas y las acusaciones permanentes del ex presidente César Gaviria contra el gobierno sobre este tema, tampoco afectaron la popularidad del Presidente y sus aliados. Y eso que, según la encuesta, cuatro de cada cinco colombianos dejarían de votar por un partido si tienen la percepción de que hay infiltración paramilitar en él.

Sin embargo, la encuesta revela una inconsistencia. Mientras los electores creen que la mayor infiltración estaría en el Partido de la U y en el Liberal, al mismo tiempo son las agrupaciones políticas con el mayor respaldo. Si las elecciones se llevaran a cabo ahora, los liberales tendrían el 22 por ciento, y los de la U, 10 por ciento, duplicando en votación a las listas de Cambio Radical que lidera el senador Germán Vargas. El Polo Democrático Alternativo tendría el 5 por ciento, y los conservadores, el 4. Pero, al igual que en las consultas partidistas, la tercera parte del electorado sigue indecisa.

Los altos niveles de indefinición en las preferencias electorales por el Congreso muestran que aún es muy temprano para prever con certeza cuáles serán los resultados electorales del próximo 12 de marzo. La mayoría de los colombianos aún ve las jugadas políticas como algo distante. Los futuros electores están concentrados en sus asuntos cotidianos y todavía no visibilizan el acontecer político. Para la muestra, un botón: menos del 50 por ciento se enteró de la disputa entre Pardo y el gobierno, una pelea que acaparó la atención de todos los medios televisivos, radiales e impresos.

En menos de 45 días, esa indiferencia convertirá en más firmes las intenciones de voto. Y sólo allí se sabrá si Uribe pudo trasladar su altísima favorabilidad en una sólida bancada de gobierno en el Congreso o si Navarro y Serpa lograron evitar que algunos de sus rivales rompieran sus hegemonías. Lo que sí pocos dudan es que en ese momento el presidente Uribe, con su habilidad innata para caer de pie, arrancará su campaña de reelección como amplio favorito.