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“La guerra contra las drogas”

Durante 2005 las autoridades ganaron muchas batallas contra el narcotráfico. Sin embargo la guerra se está perdiendo.

12 de febrero de 2006

La ofensiva emprendida por el gobierno contra el narcotráfico arrojó excelentes resultados estadísticos. Este año fueron decomisadas 170 toneladas de cocaína, 1.000 laboratorios de producción fueron destruidos, se capturaron 143 personas con fines de extradición y se destruyeron manualmente cerca de 30.000 hectáreas de cultivos ilícitos. Aunque es un golpe duro para los narcotraficantes, las cifras demuestran que el negocio sigue siendo tan lucrativo como siempre y está lejos de terminarse. El último informe del Observatorio de Drogas de Colombia muestra que en 17 de los 32 departamentos que conforman la geografía nacional hay cultivos de coca. Y, más grave aún, en 13 de los 50 parques naturales las imágenes satelitales muestran que las plantaciones han aumentado en más del 40 por ciento, comparado con los años anteriores. El más afectado es el Parque Nacional de la Sierra de la Macarena, en Meta, que tiene el nivel más alto de cultivos ilícitos. Sin embargo los últimos esfuerzos de la Armada y de la Policía Antinarcóticos se han concentrado en la confiscación de cocaína y en la destrucción de cultivos de hoja de coca en dos departamentos que han sido, durante este año, los más golpeados por los narcos: Caquetá y Nariño. En el primero hay plantaciones en 15 municipios, o sea el 94 por ciento del total de municipios del departamento. Y en Nariño, que se ha convertido en el epicentro del narcotráfico del país, se encontraron cultivos en 14 de los 64 municipios. Una de las incautaciones más grandes del año fue el decomiso de 14 toneladas en una zona rural cerca al puerto de Tumaco, en la frontera con Ecuador. La droga tendría un valor aproximado de 400 millones de dólares. "Pienso que es el mayor centro de acopio de clorhidrato de cocaína del mundo", sostuvo el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, capitán de Navío Jairo Peña. La estrategia de la Armada y de los guardacostas estadounidenses en el Pacífico ha sido una de las más exitosas en donde operan plataformas aéreas y de superficie empleadas por la inteligencia de Colombia, Estados Unidos, Inglaterra, Panamá y Holanda. Por lo menos en los últimos tres años se ha incautado cocaína por valor de 6.000 millones de dólares, cifra equivalente a casi cuatro veces las inversiones del Plan Colombia en el mismo período. Las incautaciones son de tal tamaño, que se calcula que el 83 por ciento de todo el tráfico de narcóticos se realiza a bordo de lanchas rápidas (go-fast) con un promedio de 500 embarques al año. La semana pasada, frente a las Islas Galápagos, se decomisaron 20 toneladas de coca que venían de Colombia. "Por lo menos una tercera parte de la cocaína que exporta Colombia se almacena o pasa primero por Ecuador, lo que ha convertido al país en la 'bodega de los narcos colombianos", según la Policía ecuatoriana. Mientras la droga que sale por la costa Atlántica, pasa por Venezuela. Según los informes de inteligencia, la red conformada por paramilitares, guerrilla y narcotraficantes, para aumentar sus finanzas, quedó demostrada en varios de los últimos decomisos. Hace tres meses el Ejército descubrió en una bodega de Bogotá cuatro toneladas de cocaína que pertenecían al cartel del norte del Valle y a 'John 40' uno de los subversivos que más ingresos le genera a las Farc por narcotráfico. Y hace cuatro meses las autoridades mexicanas le propinaron el más duro golpe a Diego Montoya, 'Don Diego', al decomisarle 13 millones de dólares que venían hacia Cali, camuflados en electrodomésticos y en chiles jalapeños. Pero ¿de dónde sale tanta cocaína y por qué el país, a pesar de los decomisos, está inundado de dólares? Las autoridades tienen varias hipótesis: hay mucha droga encaletada y la guerrilla necesita sacarla para financiar la guerra. Los paramilitares necesitan efectivo para su desmovilización. Los narcos tienen que pagar las franquicias a los paras para poder camuflarse en el proceso de paz y, obviamente, el consumo de drogas está en aumento en todo el mundo. Y por lo menos unos 3.500 millones de dólares podrían estar ingresando a Colombia producto del narcotráfico, aunque algunos más optimistas consideran que el fuerte aumento del mercado de divisas en efectivo se debe a la seguridad democrática. Sin embargo, expertos en el blanqueo de activos reunidos hace seis meses en Cartagena concluyeron que en Colombia el blanqueo encontró su mejor aliado en la cantidad de empresas quebradas producto de la crisis económica. De la noche a la mañana hay pujantes y prósperos negocios. Según Fedelonjas, 60 por ciento de los colombianos que compraron vivienda lo hicieron de contado. Hay récord en la venta de vehículos nuevos e importados. Una parte de esto es un reflejo del mayor crecimiento que tiene la economía legal. Pero también aparece el surgimiento de nuevos ricos mientras el negocio de la cocaína sigue más pujante que nunca. Y mientras los minicarteles continúan enriqueciéndose, el 60 por ciento de los colombianos vive en condiciones de pobreza y 10 millones son indigentes. Por eso, a pesar de millares de millones de dólares invertidos en la lucha contra la multinacional de la droga, todo parece indicar que la llamada "guerra contra las drogas" está muy lejos de ganarse. n Por Gloria Congote Editora judicial de Semana