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El cuerpo sin vida del excongresista Octavio Zapata apareció el domingo 7 de julio, casi dos semanas después de ser lanzado al río Cauca. Lo encontraron a la altura de Yumbo.

JUDICIAL

La locutora que llevó de ‘paseo millonario’ al excongresista

La macabra historia de cómo una joven y su familia habrían montado el robo que acabó con la vida de un exlegislador de Valle.

13 de julio de 2013

Cada nueva noticia que se publica sobre el caso de la muerte del excongresista del Valle Octavio Zapata es más aterradora que la anterior. Al principio fue la desaparición de este hombre de 75 años que preocupó a su familia. Después fue el hallazgo de su cuerpo en las aguas del río Cauca. Y luego comenzó a conocerse la macabra historia de su muerte.

SEMANA tuvo acceso a la investigación para reconstruir paso a paso el fatídico paseo millonario que acabó con la vida de Zapata y la historia de cómo una joven locutora, que se fotografía con todo tipo de personajes de la farándula, se convirtió en el señuelo en el que cayó el excongresista.

El atraco duró casi ocho horas: comenzó el lunes 24 de junio en el norte de Cali a las 4:30 de la tarde. y culminó ese mismo día a las 11:30 en un puente sobre el río Cauca. Durante ese tiempo Zapata estuvo en tres sitios: un motel, un restaurante y la finca de la familia de la joven locutora, los Wong.
Octavio Zapata Rodríguez era un curtido político conservador de Valle. 

Llegó al Congreso en el periodo 1994-1998, en el gobierno de Ernesto Samper, como reemplazo del titular de la curul, Rafael Quintero. Antes de ser representante a la Cámara, fue diputado de Valle. Y pese a ser de la línea goda del lloredismo y el holguinismo valluno, en 2010 apoyó a la candidata liberal Nancy Denise Castillo.

Se alejó de la política para dedicarse a sus negocios particulares y logró ser socio de una de las empresas operadores del Sistema de Transporte Masivo de Cali, más conocido como MIO. Hace poco su nombre volvió a sonar por el escándalo de las megapensiones de los congresistas. Según publicó el portal La Silla Vacía, Zapata recibía una jugosa mesada de 21 millones de pesos, pese a que “en 1999 un juzgado de Cali lo condenó a 30 meses de prisión y una multa de 300.000 pesos por el delito de estafa”. No obstante, el exsenador Hugo Castro Borja, uno de sus amigos de confianza, le aclaró a esta revista que ese fallo fue revocado.

Pese a sus 75 años, Zapata Rodríguez era fuerte como un roble y su debilidad por las mujeres jóvenes era vox pópuli entre sus amigos. Con esa pensión y su devoción por los casinos, el excongresista era un blanco para los fleteros. 

Precisamente en uno de esos negocios parece ser que conoció a Marisol Wong, la joven locutora que lo enganchó en el fatal paseo millonario.

Marisol tiene 24 años, un hijo de 4, y un título de locutora en una academia caleña. Pese a que se ha paseado por el mundo de la radio, nunca ha trabajado oficialmente en una emisora. Eso sí, aprovechó cuanta figura pública conoció mientras era practicante para posar con ellas y colgar las imágenes en páginas de internet.

Todo indica que Marisol era una pieza más de una temida banda de atracadores, al parecer liderada por su padre Fabián Javier y sus dos hermanos Luis Fernando y Jonnatan, todos de apellido Wong. Ese hogar estaba lleno de lujos, vivían en una cómoda finca y tanto su padre como uno de sus hermanos son contadores de profesión.

De ahí que muchos caleños se preguntan cómo pudo haber caído tan bajo esta familia y por qué habrían cometido tantos errores en la acción criminal contra el excongresista. ¿Exceso de confianza o torpeza?

Ese paseo millonario tuvo un poco de ambas. La torpeza, porque de otra forma no se explica cómo días después de la muerte de Zapata usaron sus tarjetas de crédito en Bogotá: se gastaron 11 millones de pesos en computadores. Marisol se sometió también por esos días a una cirugía estética y las autoridades investigan con qué dinero la pagó. 

En cuanto al exceso de confianza, Marisol había conocido al político unas semanas atrás y hasta intentó que le ayudara a buscar un mejor empleo al mayordomo de su finca. Justamente ese mayordomo, de nombre Ruperto Vélez, es el testigo estrella de la Fiscalía en el juicio que se le hará a los Wong por los presuntos delitos de desaparición forzada y hurto.

Los últimos minutos

Octavio y Marisol llegaron al motel a las 4:57 p.m. de ese lunes y allí el excongresista pagó una cuenta de 60.000 pesos por la habitación, una botella de aguardiente, una gaseosa y una chuleta (plato típico valluno). De ahí salieron a las 7:00 p.m. y se dirigieron a un restaurante muy conocido y frecuentado por Zapata, donde pidieron otra caneca de aguardiente.

Precisamente una de las pruebas contra Marisol es una llamada que hizo  a las 5:38 de la tarde desde el celular del político (cuando estaba con él en el motel), a la casa donde había dejado a su pequeño hijo. Del restaurante salieron a las 7:30 rumbo a la finca de los Wong, ubicada en la vereda La Dolores entre Cali y Palmira y en ese sitio, según contó el mayordomo a las autoridades, le dieron una segunda dosis de escopolamina y le quitaron la billetera, las tarjetas bancarias y le pidieron las contraseñas. 

El coronel Javier Navarro, jefe del Gaula, explicó que la parada en el restaurante “se debió a que la víctima seguía cuerda y no sucumbía ni ante el efecto del licor ni la burundanga que le dieron en el motel”.

Cuando se acercaba la media noche decidieron llevarlo a un puente sobre el río Cauca y arrojarlo al agua. Ahí culminó al paseo millonario. Zapata estuvo desaparecido trece días. Y su cadáver fue hallado el domingo 7 de julio, en el mismo río, a la altura del municipio de Yumbo.

Cuatro días antes, el director de la Policía, general Roberto León Riaño, había ofrecido una conferencia de prensa para anunciar la captura de seis integrantes de una banda, acusados de ser los responsables de la desaparición del excongresista. León les dijo a los medios que uno de los atracadores confesó que el político se les murió durante el fleteo, por causa de una sobredosis de escopolamina, y que por eso habían arrojado su cuerpo al Cauca.

Han surgido dudas sobre si el político estaba muerto antes de caer al agua. Uno de los delincuentes, que aceptó cargos y decidió confesar, Héctor Fabio Agualimpia, aseguró que él conducía el carro del político en el momento que lo llevaban hacia el puente para tirarlo y que “el señor estaba roncando y se quejaba”. Además, el mayordomo de la finca de los Wong declaró que Zapata salió vivo de allá y que, después de que lo arrojaron al río, presenció una discusión entre los integrantes de la banda, donde uno de ellos recriminó a los otros por su muerte.

La credibilidad del mayordomo en el caso quedó demostrada cuando les entregó a las autoridades tres elementos que los Wong le ordenaron quemar: dos frascos con medicina y un billete de un dólar con una inscripción a mano que decía “T. A. Papá”. El excongresista cargaba ese billete en su cartera porque era un regalo de uno de sus cuatro hijos.

El mayordomo también les dijo a las autoridades que entre los planes de los Wong estaba vender al excongresista a una banda criminal que opera en coordinación con la guerrilla en el norte del Cauca, para que cobraran por su rescate. 

Precisamente en Corinto, Cauca, estaría hoy el carro del político.
Hoy los Wong están a la espera del llamado juicio y solo uno de los hermanos, Luis Fernando,  se acogió a sentencia anticipada. Una fuente cercana a la defensa de esa familia cree que Marisol terminará hablando, porque con la aparición del cadáver del excongresista Zapata le añadirán un nuevo cargo: el de asesinato.