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“La luna de miel será corta”

El ex presidente Alfonso López dialogó con Alejandro Santos y María Teresa Ronderos sobre el proceso electoral.

15 de abril de 2002

SEMANA: Estamos casi a un mes de las elecciones. ¿Cómo ve la cosa?

Alfonso Lopez: La veo muy mal. Creo que de aquí al 26 de mayo la situación se va a complicar aun más. Pienso que la guerrilla no busca simplemente sabotear las elecciones sino impedirlas. No descarto que los petardos de los últimos días en el fondo no sean más que un ensayo de lo que piensan hacer el día de la votación.

SEMANA: ¿Y realmente cree que podrán impedir las elecciones?

A.L.: No. Paradójicamente la polarización que está viviendo el país motiva políticamente. La gente quiere sentar la posición de que no se deja amedrentar.

SEMANA: ¿Y cómo explica esta polarización?

A.L.: Es a todos los niveles: la sociedad contra los violentos, la derecha contra la izquierda. A diferencia del pasado, ya no es un partido contra el otro, y esto vuelve la confrontación más intensa. Cuando las fricciones son dentro de un mismo partido son como las guerras: son más cruentas cuando son guerras civiles que cuando son guerras internacionales. Lo que está sucediendo ahora con el mano a mano Uribe-Serpa lo demuestra. Las amistades más sólidas y antiguas se van poniendo tensas. Muchos prefieren no hablar de política en las reuniones, eso no nos había sucedido sino con el proceso 8.000.

SEMANA: Hablando de polarización, ¿por quién va a votar?

A.L.: Por Serpa. Uno no puede ser un ex presidente que fue elegido por el Partido Liberal y después no votar por el candidato de su partido.

SEMANA: Pero usted es bastante cercano a Alvaro Uribe.

A.L.: Y también soy muy cercano a Noemí, pero la pregunta es por quién voy a votar.

SEMANA: Hablando de Noemí, usted hace cuatro años votó por ella en la primera vuelta. ¿No es esto una contradicción con su planteamiento actual de que un ex presidente sólo puede votar por el candidato de su partido?

A.L.: Esas son pendejadas. Yo hace cuatro años anuncié que iba a votar por Noemí en la primera vuelta y por Serpa en la segunda, porque era el candidato de mi partido. No se enreden buscando contradicciones donde no las hay.

SEMANA: ¿Usted cree que Alvaro Uribe va a ganar en la primera vuelta?

A.L.: Es muy difícil. En la medida que se acerca la fecha de las elecciones es normal que se acorten un poco las distancias. Con las encuestas en 51 por ciento la segunda vuelta está dentro del margen de error.

SEMANA: Está usted particularmente prudente en relación con los candidatos. Pasemos a las propuestas. ¿Cómo las ve?

A.L.: El país está atravesando un momento particularmente emotivo y para satisfacer al electorado se están haciendo propuestas también emotivas. La congelación de las tarifas de los servicios públicos de la campaña de Serpa no me parece viable, tampoco creo que tenga lugar la revocatoria del Congreso de que habla Alvaro Uribe. Ha habido mucha retórica electoral en esta campaña, tal vez un poco más de lo normal.

SEMANA: ¿Por qué no es viable la congelación de las tarifas?

A.L.: En primer lugar por razones financieras. Pero además de esto por razones legales. La mayoría de los servicios públicos se prestan a nivel municipal. Es el caso, por ejemplo, de las Empresas Públicas de Medellín. Qué facultades tiene el presidente de la República frente a las Empresas Públicas de Medellín: ninguna. Para eso se hizo la descentralización.

SEMANA: ¿Y la revocatoria del Congreso?

A.L.: Es un gancho electoral muy efectivo pero es una fórmula impracticable. Lo que hay que hacer de todas maneras es una reforma política. Como de todas maneras ésta tiene que pasar por el Congreso, es más realista pensar en un acto legislativo estudiado serenamente por una comisión responsable. El costo institucional de revocar un Congreso es enorme y un país serio no puede andar revocando congresos cada 10 años.

SEMANA: Usted ha mencionado a todos los candidatos menos a Garzón. ¿Cómo ve a Lucho?

A.L.: En su origen tiene elementos que me recuerdan al MRL, el cual llegó a tener el apoyo del Partido Comunista, de la juventud y de la izquierda. Pero su crecimiento actual me parece más un fenómeno de moda que un fenómeno ideológico. Se volvió in estar con Lucho. Y ante esta realidad política, no estoy seguro de que el nombramiento de Vera Grabe haya sido un acierto. A la gente in hay que tranquilizarla.

SEMANA: ¿Y Vera Grabe asusta?

A.L.: Pues aunque sea una enorme injusticia yo creo que sí. A pesar de que ella ni siquiera participó en la toma del Palacio de Justicia se creó el mito de que lideró un comando con una metralleta en cada mano. Esa imagen pesa, incluso siendo ficticia.

SEMANA: ¿De los otros vicepresidentes qué opina?

A.L.: El único de talla presidencial, por razones de experiencia, es Fabio Villegas. Los otros son improvisados. Como jugada política creo que resultó mejor la escogencia de José Gregorio que la de Pacho Santos. Lo de Pacho acabó siendo percibido como algo elitista. Lo de José Gregorio tiene un sabor más popular, aunque creo que va a tener problemas jurídicos.

SEMANA: ¿Cuáles?

A.L.: Su designación fue impugnada ante el Consejo Nacional Electoral con el argumento de que Serpa violó los estatutos del partido por haber nombrado a un conservador.

SEMANA: ¿Y usted qué opina?

A.L.: Yo no he estudiado el caso pero sé que cuando lo jurídico y lo político se juntan las cosas se pueden enredar. Ayer, cuando él vino a visitarme, le comenté el asunto.

SEMANA: Una última pregunta presidente: usted muestra un panorama pesimista. ¿Cree que el país aguante?

A.L.: Hay simultáneamente un exceso de desilusión y un exceso de anhelos. Si las encuestas tienen razón y gana Uribe, ha despertado tantas expectativas que va a ser difícil satisfacerlas. Si entre agosto y septiembre de este año la gente no ve un cambio, vendrán los cacerolazos. No le darían mucho tiempo para que se empiecen a ver resultados. Me atrevería a pronosticar una luna de miel corta.