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LA MONTAÑA DE LA UP

Turbay, Pastrana, Raimundo y todo el mundo homenajearon al legendario Diego Montaña Cuéllar.

31 de julio de 1989

"El país real y el país formal",título del más famoso libro del caracterizado dirigente de izquierda Diego Montaña Cuéllar, se hizo presente en el homenaje que le fue ofrecido la semana pasada. Algunos estuvieron allí o enviaron mensajes por cortesía.Pero,tal vez la mayoría, entre ellos los ex presidentes Pastrana y Turbay, lo hicieron con sinceridad y pragmatismo para hacer un gesto inequívoco de que el país está cambiando.
A pesar de que la cuota de muertos de la UP sigue subiendo, los representantes de los dos partidos tradicionales están comenzando a entender que es necesario aclimatar al país dentro de una nueva filosofía: la de la convivencia nacional. Con estos nuevos vientos que están soplando, el abogado Diego Montaña Cuéllar, militante de la izquierda aún antes de ponerse pantalón largo, decidió medirsele a la dirección de este nuevo partido político, después del asesinato de su máximo líder, Jaime Pardo Leal, y después que su sucesor, Bernardo Jaramillo se viera obligado a abandonar el país, ante las constantes amenaza de asesinarlo.
No era extraño que aceptara, por que Montaña Cuéllar ha sido toda la vida un luchador y un hombre de retos. Desde sus tiempos de universitario, por allá a mediados de 1920, se destacó como dirigente estudiantil y en las jornadas del 9 de junio de 1929, durante el gobierno de Miguel Abadía Mendez, protagonizó la que sería Su primera gran pelea contra el establecimiento.En los desórdenes una bala pérdida hirió de muerte al estudiante pastuso Gonzalo Bravo Pérez.Montaña Cuéllar y otros jóvenes-Jorge Regueros Peralta,Juan Francisco Mújica y Abel Solero-llevaron el cadáver del estudiante hasta el propio Palacio de Nariño, donde lo velaron en medio de una honda conmoción.
Al terminar sus estudios, y después de haber sido concejal de Bogotá en representación de los estudiantes en 1934 se dedicó de lleno a asesorar a los trabajadores del petróleo de Barrancabermeja y se convirtió en uno de sus líderes naturales. Como consecuencia de su influencia y con motivo de los sucesos del 9 de abril,el ministro de Gobierno,Darío Echandía,le solicitó personalmente su concurso para actuar en la pacificación de la región Santandereana. Los obreros habían advertido que, si el ejército pasaba de San Vicente de Chucurí, volarían las instalaciones. Pero ante la intervención de Montaña Cuéllar, en quien confiaban a ojos cerrados, cambiaron de posición.Para ese entonces el asesor petrolero seguía a Jorge Eliécer Gaitán y fue su suplente en la Cámara en 1936. A raíz del asesinato de su jefe político entró a militar en el recién creado Partido Socialista Democrático,que había sustituido al Partido Comunista y en el cual participaron destacadas personalidades demoliberales del país.
Defensor de la paz mundial,Montaña Cuéllar ha hecho parte del Concejo Mundial de Paz y ha viajado en representación del país, a diferentes eventos .En 1953,cuenta Regueros Peralta,"veníamos de Uruguay de un Congreso por la Paz y en Buenos Aires, durante el gobierno del general Perón, nos detuvieron y condujeron a la Sección Especial de Lucha contra el Comunismo, sitio en donde aplicaban la picana y otras torturas,de las que nos salvamos después de un largo interrogatorio".Pero esta no sería la primera ni la última detención de Montaña Cuéllar. A lo largo Se su vida ha estado varias veces en la cárcel.Del Partido Comunista salió por divergencias ideológicas y nunca volvió a él. La cátedra, sus 40 años, de asesor petrolero y,en los últimos años, su participación en el proyecto SocialiSta "Firmes" del que se fue retirando poco a poco al darse cuenta que más que un partido era una reunión de viejos luchadores Sin mayor apoyo popular, le abrieron una nueva perspectiva política, que ha puesto en práctica en su actual cargo.
Al aceptar la dirección de la UP ,lo hizo como representante de los socialistas y así lo expresó públicamente. Su inteligencia y su capacidad política lo han llevado a hacer contactos, con miembros de la cúpula militar, a quienes ha dejado en claro que la izquierda no odia al ejército y que es necesario,por lo tanto, que los militares asuman otra actitud frente a su pueblo.Pero ha sido enfático en dar la pelea y en denunciar la actividad de los paramilitares, y frente al ELN, con la autoridad que le da el haber sido durante 40 años asesor sindical de los trabajadores petroleros, ha afirmado que ni él ni la UP comparten sus métodos terroristas.
Por todo esto fue que un millar de personas le rindió homenaje emocionado. Montaña Cuéllar agradeció el gesto.Pero más que el hecho de haber logrado reunir en torno suyo y en el de la UP a los jefes máximos de los dos partidos,lo que hizo más emocionante el evento fue la referencia, al iniciar su intervención,sobre el asesinato de Alejandro Cárdenas Villa, gerente de la Corporación de Vivienda y Desarrollo Social de Medellín y miembro de la UP: "Este nuevo asesinato me da rabia -dijo- pero también más coraje para seguir luchando".
De 79 años, con cuatro hijos, nueve nietos y un tataranieto en camino, este hombre se levanta siempre a las cuatro de la mañana y casi todos los días relee El Quijote, su libro de cabecera. Afable, polémico y de una sola pieza, Montaña Cuéllar sigue batallando por una Colombia mejor.