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Paola Muñoz es el reemplazo de Cecilia Duque, fundadora y directora de Artesanías de Colombia

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La nueva gerente de Artesanías de Colombia le apuesta a la tradición

Paola Muñoz es la nueva gerente de Artesanías de Colombia. Con ella llega un cambio generacional y el propósito de consolidar la marca.

20 de noviembre de 2006

No es exageración, Paola Muñoz está como en su casa en medio de chinchorros, sombreros, mochilas y vasijas de barro. Esta mujer no se cambia por nadie al frente de Artesanías de Colombia, un puesto al que llegó por encargo del presidente Álvaro Uribe y del que está orgullosa, pues sabe que desde ahí tiene la gran oportunidad de “dignificar al artesano”.

Ella, con solo treinta años puede acercarse como pocos a las tendencias del mercado. Sabe qué está de moda, adora las artesanías tanto que siempre trata de llevar alguna puesta, además es hija de la globalización. Eso y su amplio recorrido en derecho administrativo le dan las herramientas suficientes para saber que lo importante es posicionar a Artesanías de Colombia en el mercado internacional.

En esta nueva etapa la idea es internacionalizar la marca, “que Artesanías de Colombia llegue a ser un Juan Valdez, que en cualquier lugar del mundo la gente la reconozca y la lleve con orgullo”. Según Paola, Artesanías ya está bien posicionada en el país. La mejor muestra de esto es Expoartesanías, que comienza el próximo 7 de diciembre en Bogotá y que este año tendrá 850 expositores.

La prueba de fuego para Paola, que está en su cargo desde septiembre, será la feria artesanal más grande del país. Allí demostrará que es la indicada para continuar con el legado de Cecilia Duque, quien convirtió a esta entidad en una vitrina del país y desde donde los artesanos pueden proyectarse.

Desde hace varias décadas, el tema de sacar adelante a Artesanías es un gran proyecto y Paola sabe “lo que el Presidente está buscando también es un cambio generacional”, de ese modo explica su nombramiento.

Con apenas 30 años, Paola ha trabajado en los ministerios de Cultura, de Medio Ambiente, en la administración distrital y fue parte del equipo del presidente Álvaro Uribe durante su primera campaña presidencial.

Todavía se siente “recién desempacada” pero el gusto especial que siente por los objetos tradicionales le sirve para entender que cada pieza artesanal está cargada de mucha historia.

Por venir de una región artesanal como Nariño, ella sabe que la vida del artesano no es fácil, que tienen que lidiar con una serie de obstáculos para comercializar sus productos. Lo que ella llama, ya en términos de toda una gerente, cadenas productivas .

Precisamente, las cadenas productivas son el meollo del tema de las artesanías en el país. Para que los compradores puedan acceder a un sombrero vueltiao, a una ruana o a una hamaca, están de por medio quienes venden la materia prima a los artesanos, los artesanos mismos, los que acopian la mercancía producida y quienes la distribuyen en las ciudades con Artesanías de Colombia.

En el proceso se pierde tiempo y dinero, lo que finalmente afecta a quienes elaboran la artesanía, ya sea porque no ven bien remunerado su trabajo o porque lo que producen no alcanza para cubrir la demanda.

Como la amante que es de lo tradicional, entiende que la gente se aterre cuando uno habla de modernizar las técnicas artesanales. También aclara que lo que se pretende no es acabar con los artesanos ni convertir las artesanías en productos hechos en serie. “Si le damos a una indígena un telar más moderno para que haga sus hamacas, no le estamos quitando toda la historia y la tradición que le pone al hacer la hamaca, ni siquiera estamos modificando la técnica, sólo la estamos mejorando” explica.

Ahora, desde su puesto, es el contacto con los más de 350.000 artesanos del país. Es consciente de su responsabilidad y sólo espera que Artesanías de Colombia siga creciendo y que los frutos de las manos de miles de colombianos los disfruten muchos en cualquier lugar del mundo.