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Fueron incautadas 17 tapas de alcantarillas en la localidad de Kennedy. | Foto: Cortesía de la Policía Metropolitana de Bogotá

BOGOTÁ

La nueva modalidad de robo de tapas de alcantarillas

No sólo las tapas, sino los aros de las mismas, están siendo hurtadas y trasladadas a otras ciudades para revenderlas y reutilizarlas.

28 de enero de 2014

Este martes se descubrió en la capital una nueva modalidad de hurto y traslado a otras ciudades de tapas de alcantarillas. 


En el barrio Tequendama, en la localidad de Kennedy, se llevó a cabo un retén como parte de la estrategia de protección a los taxistas, de 
la Policía Metropolitana de Bogotá, en donde normalmente se les pide la identificación al conductor y a sus ocupantes, para el registro de los mismos. En esta oportunidad, el cuadrante de la zona se llevó una sorpresa.

En el momento en que se le pidió el registro del taxi, los policías se dieron cuenta de que sobre la silla del pasajero y en el baúl del vehículo, el delincuente llevaba 17 tapas de alcantarilla.

Siete de ellas eran tapas de acueducto y las otras 10 eran de registros de contadores, que normalmente se encuentran afuera de las viviendas. 

Normalmente, el objetivo de los delincuentes es arrancar las tapas y los aros, pero como a veces arrancar los aros es difícil porque están incrustados en el cemento, se resignan y se roban sólo las tapas. En otros caos, como algunas tapas son de plástico, precisamente como estrategia de las empresas para evitar el hurto de las mismas, los delincuentes arrancan los aros, a como dé lugar.

En lo que va corrido del año, han sido confiscadas 130 tapas de alcantarillas en las localidades de Kennedy y Los Mártires. La Policía Metropolitana está investigando arduamente las bandas que se dedican al hurto de las tapas. 

Según pudo averiguar Semana.com, la Policía está detrás de un gran emporio que se ha generado detrás de esta actividad delictiva, ya que no sólo son empleadas por el reciclador para fundirlas, remanofacturarlas, borrar los números de identificación y el registro, para comercializarlas en otras ciudades o urbanizaciones ilegales (invasiones), sino que están siendo vendidas al mejor postor, que prefiere mejores precios y que después, vuelve a instalarlas.

En el 2013 se robaron más de 2.000 tapas de alcantarillas y dos menores de edad perdieron la vida en menos de tres meses, al caer cada una por una alcantarilla destapada, en el centro de la ciudad y en la localidad de Usme. 

Por estos hechos fatídicos, este año se anunció un grupo especial de emergencia encargado de identificar los lugares de alcantarillas destapadas y reponer las mismas en un plazo de cuatro a seis horas. El grupo está liderado por la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá (EAB), la Policía Metropolitana, la Secretaría de Gobierno y los organismos de emergencia de la ciudad.