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“La oficina de las Farc en México no tiene sentido”

Según Vicente Fox, sin proceso de paz no hay por qué permitirle a la guerrilla una sede política en ese país.

8 de abril de 2002

El presidente de Mexico, Vicente Fox, que cumplirá 60 años de edad y dos de elegido el 2 de julio, se le ve su crianza de ranchero. Y no sólo por sus botas de cuero labrado al estilo texano, que contrastan con su traje impecable. También porque es sencillo, cordial y habla en un tono llano, sin ceremonia alguna. SEMANA lo entrevistó en su sobria oficina en la residencia presidencial de Los Pinos.

SEMANA: ¿Cómo van a resolver el dilema que se presenta con la oficina de las Farc en México, cuando aquí en Monterrey el presidente Pastrana le pidió a su gobierno que la cerrara porque no se justifica que los terroristas tengan refugio en ningún lugar del mundo, y a la vez, si ustedes quieren mediar en una posible negociación futura, les conviene dejar ese contacto abierto?

Vicente Fox: Hemos venido colaborando en todo lo que podemos con el proceso de paz del presidente Pastrana, con quien tengo una excelente relación y con quien trabajamos con base en la confianza mutua. Somos de los 10 países amigos que intervenimos en el proceso de paz. Hemos estado pendientes de lo que Colombia pueda requerir de nosotros para apoyarla incondicionalmente. Y en el caso de la oficina de las Farc aquí había tenido el acuerdo de mantenerla bajo la idea de que pudiera ser un punto de contacto para posibles negociaciones. Sin embargo, a la fecha, las cosas han cambiado. Las Farc no parecen estar en consonancia con el espíritu de la búsqueda de paz del presidente Pastrana, y en ese sentido, sí, nosotros estamos ahorita evaluando realmente qué beneficios aporta que esta oficina esté abierta aquí en México. Vamos a tomar una decisión muy próxima. El presidente Pastrana se inclina porque ya esta oficina no le sirve de ninguna manera en ese terreno de apoyo a la negociación y por tanto es probable que decidamos pedir que se cierre esta oficina aquí en México.

SEMANA: ¿Qué exactamente saben ustedes que hace esa oficina aquí?

V.F.: Tiene dos o tres representantes de quienes nosotros estamos pendientes. No tienen mayor actividad salvo tareas que hacen de relaciones públicas, de contacto con congresistas, tareas que en principio tendrían que ver con actividad política y no guerrillera. Y por tanto, si eso ya no está resultando, si las Farc no están participando en el proceso de paz, no están avanzando en ese terreno, para nosotros ya no tiene el menor sentido que esta oficina esté aquí en México.

SEMANA: En Colombia una de las peores violaciones a los derechos humanos, el secuestro, tiene proporciones de epidemia. En México está creciendo en forma alarmante. ¿Qué están haciendo para que no llegue a los niveles de Colombia?

V.F.: Hemos formado personal nuestro en Colombia para tener más estrategia en materia de lucha contra el secuestro. Y sólo en los últimos tres meses hemos desmantelado nueve bandas. Más de 70 de ellos están en la cárcel. Hemos resuelto más de 75 casos de secuestro exitosamente, liberando a la víctima. Además estamos presentando nuevas leyes para que este delito sea considerado federal y para aumentar las penas.

SEMANA: Usted subió con gran expectativa al haber derrotado 70 años de hegemonía del PRI. ¿En qué está cambiando México?

V.F.: Hay un cambio profundo en las estructuras políticas para que sean verdaderamente democráticas, con un Poder Legislativo independiente que ejerce su autonomía, un Poder Judicial que ha tomado decisiones controversiales. En materia económica hemos logrado estabilidad y nos hemos convertido en la novena economía del mundo. Pero el gran reto es vencer la pobreza, la marginación, y para ello tenemos una nueva política social, diametralmente diferente a la del pasado, sin paternalismo. Finalmente, estamos dando una gran batalla en contra de la corrupción.

SEMANA: ¿Pudo al final amistar a los presidentes Chávez y Pastrana?

V.F.: La primera vez nos reunimos en México cuando yo tomaba posesión en 2000. Yo invité a los dos a dialogar. Por lo menos mi papel ha servido para hablar con claridad, para tomar el teléfono y hablarnos cualquiera de los tres o hablarse entre Chávez y Pastrana a fin de buscar soluciones a problemas de seguridad u otros que se presenten.

SEMANA: ¿Tiene usted una buena relación con Chávez?

V.F.: Bueno, una relación como se tiene con un presidente de Venezuela. Yo trato de estar cerca de él, trato de entenderlo, y a veces no es fácil, pero nos llevamos bien. Hablamos de los asuntos del petróleo y energía, en los cuales ambos tenemos un papel importante.

SEMANA: Y en este sentido de la globalización, ¿cómo ve a Colombia?

V.F.: Tienen que salir adelante. Se ha batallado fuerte. No han aflojado el paso. Cada gobierno que entra trabaja más y más. Sí llama la atención que es un país donde no hay reelección y sólo son cuatro años de gobierno y en una lucha como la que hay que realizar contra la guerrilla, contra el narcotráfico, quizá se requeriría un gobierno de un plazo más largo, seis años como es el caso de México, o una reelección. No es que me quiera meter en los asuntos internos de Colombia pero me he dado cuenta que se requiere que un gobierno se afiance para tener un verdadero control de la situación y eso normalmente tarda entre uno y dos años, entonces cuando está el gobierno en su punto para hacer una tarea eficaz, ya casi se está acabando el gobierno allá en Colombia.

SEMANA: Usted se reunió con Alvaro Uribe Vélez en Bogotá, el candidato más opcionado a ganar la Presidencia de Colombia. ¿Qué sensación le dejó?

V.F.: De firmeza, de conocimiento de la problemática. Un hombre con una gran voluntad de enfrentar los problemas de Colombia y de resolverlos. Me voy a reunir próximamente con él aquí en México.

SEMANA: ¿Qué cambió en sus relaciones con Estados Unidos después del 11 de septiembre?

V.F.: Cambió la velocidad con que estábamos desarrollando el proceso para llegar a un acuerdo migratorio. Afortunadamente parece que ya estamos recuperando su atención hacia los problemas que nos son particulares, como la migración, la droga, la frontera inteligente que estamos buscando.

SEMANA: ¿Una frontera inteligente?

V.F.: Pues es una frontera que tenga una gran fluidez para el millón de personas que cruzan diariamente esta frontera de 3.000 kilómetros y para las decenas de miles de trailers y containers y sea segura y no se puedan colar el tráfico ilegal y el terrorismo.

SEMANA: Finalmente, ¿cuál quiere usted que sea el legado de su gobierno?

V.F.: Pues me encantaría tener un país puesto al día, a la vanguardia en materia económica, con una economía estable e incluyente y con menos pobreza y marginación. También quiero ver un país al día en globalización. Es algo que llegó para quedarse y nadie puede evitarla. Aquellos que trabajan con talento logran sacar mucho provecho en la globalización. Además es indispensable que formemos el bloque americano para poder competir exitosamente con los otros bloques en el mundo.