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En Bogotá estaba planeado instalar algunas de esas vallas, no obstante, los valleros exigieron a la campaña que les mostrara su contenido pues temen entrar en la confrontación política. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

La polémica valla de la campaña de Pacho Santos

Imágenes de la campaña prometen incendiar la opinión al comparar a 'Márquez' con Pablo Escobar.

12 de abril de 2013

Al lado izquierdo está Pablo Escobar mirando a un costado, al otro está Iván Márquez, el jefe negociador de las FARC en La Habana, mirando en la misma dirección. En la mitad un letrero escrito en color azul que dice “Adivine quién ha matado más policías”.

La imagen es de una de las vallas que se comenzarán a instalar en zonas visibles de Medellín, Montería, Valledupar e Ibagué inicialmente. Después aparecerán en otras 15 ciudades. Se trata de una estrategia de campaña con mucho ‘veneno’, ideada por los asesores del precandidato presidencial del Centro Democrático Francisco Santos.

Semana.com tuvo acceso a esta primera pieza oficial de la estrategia uribista por conquistar el solio de Bolívar, que augura una aguda polarización entre quienes están de acuerdo con el proceso de paz, liderados por el presidente Juan Manuel Santos, y quienes están en contra, liderados por el expresidente Álvaro Uribe.

Comparar a Pablo Escobar con Iván Márquez no sólo azuza el debate, sino que envía un mensaje delicado a quienes están en La Habana negociando un acuerdo de paz: no será fácil en medio de una campaña política.

Para el precandidato Francisco Santos el objetivo es “que no se minimicen los crímenes de la guerrilla. ¿O es que vale menos un policía asesinado por el narcotráfico que uno asesinado por la guerrilla?”, dijo a Semana.com.

Para quienes están empeñados en sacar adelante el proceso en La Habana seguramente las vallas serán interpretadas como una muestra más del sabotaje al proceso de paz y una estrategia baja que aprovecha el momento con miras a las elecciones. Lo cierto es que las polémicas imágenes darán de qué hablar en adelante.

Esta pieza publicitaria es sólo la primera parte. Después vendrán más vallas que equiparan el proceso de paz con la impunidad. “Es que a mí me quedó clarísimo con las declaraciones del fiscal (Montealegre) que cree que el mejor homenaje a las víctimas es que se invisibilicen. Eso no puede ser así”, declaró el precandidato.

Si así es el desayuno, ¿cómo será el almuerzo?, reza el refrán. Este primer pique demuestra que los participantes de la carrera están dispuestos a todo por conquistar a los votantes, que el juego no será tan limpio.

Para Javier Restrepo, director de estudios de opinión de Ipsos-Napoleón Franco, “el mensaje apela a exacerbar los odios y los temores. No es propositivo. Es peligroso”.

En su criterio, el éxito de una campaña basada en atizar los sentimientos negativos se podría volver en contra de sus promotores. En primer lugar, porque no plantea soluciones, y en segundo lugar, porque aunque es cierto que la mayoría de los colombianos no quieren la paz a cualquier precio (el 53 %), según la encuesta más reciente de Gallup está en desacuerdo con sacrificar parte de la justicia a cambio de la paz), la mayoría sí quiere la paz (el 54 % dijo en la misma encuesta que se debería insistir en el diálogo).

Mensajes como el propuesto por el precandidato parece que ofrecieran como única salida la confrontación armada. No hay que olvidar que Pablo Escobar cayó muerto después de que el Estado les declaró la guerra a los carteles del narcotráfico.

Francisco Santos es una de las cartas duras del uribismo al lado de la exministra de Defensa Martha Lucía Ramírez y del exministro de Hacienda Óscar Zuluaga. Según la encuesta citada, él es una de las figuras más conocidas por la opinión, con 36 por ciento de opinión favorable y el 29 desfavorable. Sin duda, su jugada es audaz pero muy arriesgada, en un momento en que el ambiente está crispado.