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| Foto: SEMANA

POLÍTICA

La radiografía de la tercería política

Aunque la alianza entre Verdes, Progresistas y ‘Fajardistas’ se consolida, a Enrique Peñalosa no le gusta estar junto a Petro.

27 de agosto de 2013

Como “la primera piedra” para la construcción de una tercería política entre el santismo y el uribismo, calificó Antonio Navarro la decisión del Partido Verde de integrar una sola agrupación política con los Progresistas y Compromiso Ciudadano, el movimiento del gobernador de Antioquia Sergio Fajardo y afrontar unidos las elecciones del 2014.

Sin embargo,  Enrique Peñalosa -una de las cartas presidenciales de los verdes- confesó que esa alianza "no le gusta", aunque la respeta. La razón, Peñalosa no quiere estar bajo el mismo techo político con Gustavo Petro, cabeza de los Progresistas, a quien califica como un "muy mal alcalde".

La de Peñalosa fue la primera reacción a la decisión del Partido Verde de hacer alianza con Progresistas y Compromiso Ciudadano. Una decisión que fue adoptada el lunes en la noche cuando 15 de los 16 miembros de la dirección nacional del movimiento le dieron el visto bueno a esta alianza a la vez que aprobaron la hoja de ruta para consolidar la nueva agrupación política.

De esta forma los verdes dieron un nuevo giro político, pues tras haberle disputado la presidencia a Juan Manuel Santos en el 2010, aceptaron integrar la coalición de gobierno tan solo un año después. Pero de cara a las elecciones del 2014, donde enfrentaban el riesgo de no superar el umbral electoral que le garantice su supervivencia política, decidieron reivindicarse como alternativa de poder y tener candidato propio para las elecciones presidenciales.

Un candidato se definirá en una consulta, el día de las elecciones de Congreso del próximo año y la que participarán también los Progresistas y Compromiso Ciudadano, tal como está pactado en el documento que deberá ser acordado por una comisión de compromisarios de los tres movimientos en los próximos días.

El único miembro de esta dirección que se opuso a esta alianza fue el representante Alfonso Prada quien ha venido defiendo la permanencia de los verdes en la Unidad Nacional de Santos y que estaba más inclinado a que el partido se sumara a la reelección.

Su postura fue ampliamente derrotada, circunstancia que lo obliga a definir su futuro dentro de la colectividad, mientras que el partido deberá definir su permanencia en el gobierno, donde tiene representación con Luis Eduardo Garzón, expresidente del partido y actual ministro consejero para el diálogo social.

Los verdes encontraron en esta alianza una fórmula para enfrentar el reto de superar el umbral en las próximas elecciones, pues está obligado a sacar 450.000 votos para garantizar su personería jurídica, más aún tras la pérdida de su principal electora, la congresista Gilma Jiménez que le puso algo más de 210.000 a la colectividad en las elecciones del 2010. Ahora, con la llegada de Progresistas y Fajardistas -que gobiernan Bogotá y Antioquia, respectivamente- a su lista de candidatos alimentan las esperanzas de superar el umbral.

El dilema de Peñalosa

Aunque la decisión del Partido Verde de tener candidato en las elecciones del 2014 potencia la eventual aspiración de quien es considerado su principal carta presidencial de Enrique Peñalosa, el exalcalde de Bogotá tendrá que afrontar el dilema de estar bajo el mismo techo político con Gustavo Petro.

Peñalosa, según las más recientes encuestas, sería el candidato con mayores posibilidades de pelearle la presidencia a Juan Manuel Santos. En entrevista con SEMANA reafirmó sus intenciones de seguir bajo la disciplina del Partido Verde y aceptó medirse en una consulta con Antonio Navarro, a pesar de que una de las cabezas de Progresistas es el alcalde de Bogotá Gustavo Petro con quien Peñalosa ha rechazado cualquier tipo de alianza.

Esta posición que parece contradictoria pero que también supone un dilema que tendrá que resolver Peñalosa a la hora de consolidar una aspiración electoral: respetar la decisión de su partido de hacer alianza con los progresistas o abandonar la colectividad. 

Si Peñalosa acepta esta alianza y derrotara a Antonio Navarro podría montar una candidatura más amplia. Antonio Navarro si decide ser candidato presidencial y si llegara a ganar una eventual consulta con Peñalosa también saldría fortalecido pues pasaría de ser un candidato de izquierda a la cabeza de la tercería entre el uribismo y el santismo.

Antonio Navarro le confirmó a Semana.com que una de las condiciones para garantizar esta fusión es que los verdes no vayan a apoyar la revocatoria contra el alcalde Gustavo Petro. Y aunque Peñalosa anunció que no sería indiferente frente a ese proceso, también se comprometió a no convertirlo en un tema de campaña. Postura a todas luces difícil de mantener en medio del ajetreo electoral.

De consolidarse este acuerdo Petro resultaría favorecido a la hora de afrontar la revocatoria pues desmontaría una eventual oposición de los verdes, sus principales contradictores en la campaña del 2011 y que aún goza de credibilidad en la ciudad pues representó 560.000 votos en aquellas elecciones.

De cara a la campaña del 2014 Progresistas y Compromiso Ciudadano encuentran en la fusión con el Partido Verde una mejor oportunidad para medirse electoralmente a nivel nacional sin necesidad de recurrir a recoger firmas para respaldar sus candidatos al Congreso, un trámite que no deja de ser desgastante, costoso y para el que tendrían poco tiempo de maniobra, pues antes de noviembre estarían en la obligación de presentar cerca de tres millones de firmas.

Con esta fusión el movimiento de Sergio Fajardo vuelve a tener una plataforma política para poder superar el umbral, el cual no alcanzó en su primera incursión política nacional, en las elecciones del 2010, cuando su listas de candidatos a Senado y Cámara no pudo hacerse con ninguna curul.

La tercería que Antonio Navarro venía proponiendo desde hace varios meses encontró con la decisión del Partido Verde la mejor fórmula para mantenerse viva y avanzar hacia su realización.

Esta nueva agrupación política deberá discutir una agenda de garantías, un diseño de un programa político y hasta unos nuevos estatutos, los cuales diseñarán en los próximos días. El 24 de septiembre, en el Congreso Nacional del Partido Verde, se podría sellar definitivamente esta nueva alianza política.

Pero antes, la principal carta presidencial de los Verdes, Enrique Peñalosa, deberá definir su posición. Aunque parece que la tercería, esta vez, va más allá de nombres y aspira a consolidar un programa de gobierno.