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¿La reconquista?

Las próximas elecciones podrían devolverle la prestancia al Concejo de Bogotá.

18 de agosto de 2003

Despues de haber visto pasar por sus salones figuras de la talla de Alberto Lleras Camargo, Mariano Ospina Pérez, Misael Pastrana Borrero o Luis Carlos Galán, el Concejo de Bogotá se convirtió de un momento a otro en la niña fea de la política. Si hace 30 años era un escenario en el que se debatían grandes temas de la ciudad y se proyectaban los nombres de quienes serían los más seguros candidatos a la Presidencia de la República, hoy es más parecido a una cueva en donde se reúnen un grupo de manzanillos a ver cómo defienden sus clientelas e intereses personales.

Esto se debió en parte a que el Concejo fue protagonista de los más célebres escándalos políticos de los últimos 15 años, como la 'mordida' a los vendedores ambulantes, las borracheras del lustrabotas Luis Eduardo Díaz o la imagen del concejal Leo César Diago bajándose los pantalones ante las cámaras de televisión. Pero no sólo los escándalos son la causa del desprestigio. También hay razones de gobernabilidad. El Concejo le ha bloqueado a la Alcaldía de Bogotá importantes iniciativas, como el paquete tributario, que no es sino una reacción de la vieja política frente a la nueva manera de administrar la ciudad sin repartir puestos ni burocracia. Los concejales, sin embargo, se defienden diciendo que muchos de los proyectos no eran convenientes para la ciudad y que a ellos no los eligieron para tragar entero sino para coadministrar y fiscalizar la labor del Alcalde.

No obstante, el momento político actual parece indicar que las cosas podrían cambiar. Porque lo que está en juego en la lucha por la Alcaldía de Bogotá es la definición de las fuerzas políticas para enfrentar la campaña presidencial de 2006. Del éxito de Juan Lozano dependerá en buena parte el de la candidatura presidencial de Enrique Peñalosa y el futuro del uribismo. Del desempeño de Lucho Garzón dependerá la existencia misma del Polo Democrático. Por el lado de María Emma Mejía y de Jaime Castro se medirán las fuerzas del oficialismo liberal, mientras que por el de Eduardo Pizano y Miguel Ricaurte el conservatismo verá qué tanto apoyo le queda. Por eso todo el mundo quiso conformar listas con pesos pesados reconocidos por su trayectoria académica y profesional.

Por el lado del Polo Democrático hay una lista de lujo que integran personas de la talla del ex magistrado de la Corte Constitucional Alejandro Martínez Caballero, del académico y ex consejero presidencial Carlos Vicente de Roux, del inspirador de varias de las campañas pedagógicas del alcalde Antanas Mockus, Felipe García, y al joven politólogo Francisco Miranda, un experto en temas urbanos. Una lista fuerte que dará de qué hablar.

Ese panorama de lista única al Concejo que apoya candidatos únicos a la Alcaldía contrasta con la situación de quienes están detrás de la candidatura de Juan Lozano. La mayoría son movimientos uribistas que por más que trataron no lograron ponerse de acuerdo y terminaron sacando sus propias listas, en las que también hay nombres de peso o símbolos de renovación. En Cambio Radical, movimiento al que apoya Germán Vargas Lleras, están el ex presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá Mario Suárez Melo, la edil de Chapinero Cristina Plazas Michelsen y la ex edil María Isabel Nieto. Por el Nuevo Partido aspira María Margarita 'La Paca' Zuleta, ex viceministra de Justicia y una de las estrellas del gobierno de Alvaro Uribe. Aunque inicialmente se decía que contaba con los votos de la representante Gina Parodi, terminó sin su apoyo e impulsada por quienes ven en su candidatura la doble oportunidad de que surja una figura cercana al gobierno que a su vez represente una tendencia contraria al ministro Fernando Londoño. También Peñalosa tiene su lista, en la que sobresalen los concejales Alfonso Prada y David Luna. Se trata de dos jóvenes políticos que aspiran a cosechar la popularidad del ex alcalde y cuyos resultados serán el verdadero termómetro de su fuerza electoral.

La lista del Partido Liberal, que apoya la candidatura de Jaime Castro, es la más fuerte electoralmente, léase maquinaria, por estar integrada en su mayoría por políticos tradicionales. Pero sobresalen nombres nuevos como los de la abogada Angela Benedetti y el cristiano Charles Schultz. En el Partido Conservador la lista que impulsa a la Alcaldía a Miguel Ricaurte incluye los nombres de Aníbal Fernández de Soto y Edilberto Cepeda. Se trata de conservadores de vieja guardia que de llegar al Concejo aportarían hojas de vida limpias y una buena experiencia. El Equipo Colombia y el Movimiento Nacional, principales disidencias conservadoras, incluyen al actual presidente del Concejo, Fernando López, y al concejal José Juan Rodríguez. Hombres que ya tienen experiencia y a los que se les reconoce una buena gestión.

Con este abanico de candidatos las apuestas por la renovación política de la ciudad son altas. Para que el próximo alcalde logre tener una bancada que lo apoye en los proyectos más importantes de la ciudad necesita por lo menos 23 concejales. Difícil tarea cuando varios de los candidatos que encarnan la renovación política y aspiran al cabildo provienen de los estratos altos de las principales ciudades y van a canibalizar los votos.

Pero no bastará con que salgan elegidos. Su imagen y su gestión van a depender de la relación que logren tener con el nuevo alcalde. Si estos concejales deciden trabajar con agenda propia y hacer oposición, quien gane la Alcaldía tendrá que negociar con ellos si aspira a hacer una buena labor. Por el contrario, si se logra la gobernabilidad desde el principio, el modelo de ciudad actual no estará ya representado por la figura de un alcalde que lucha como un quijote a pesar del Concejo, sino por la de una administración distrital que trabaja armónicamente al servicio de la ciudadanía. Pero para llegar allá en política sólo hay un camino: votos. Habrá que ver si la opinión se inclina por estos nuevos nombres o si, por el contrario, las maquinarias tradicionales logran mantener con vida el esquema vigente hasta ahora.