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Hommes es famoso por no tener 'pelos en la lengua'. En esta ocasión dijo que en San Andrés hay "cosas absurdas a las que hay que buscarles solución". | Foto: Carlos Julio Martinez / SEMANA

CRÍTICA

La renuncia de Hommes por abandono de San Andrés

El exministro de Hacienda renunció a su cargo de asesor para el archipiélago ante la falta de interés del Estado.

22 de agosto de 2014

Cuando el país perdió el 19 de noviembre de 2012 cerca de 75.000 kilómetros cuadrados de mar tras el polémico fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el litigio con Nicaragua, el gobierno decidió que era hora de poner adelante políticas económicas y sociales en la isla para disminuir el malestar en la población, que estaba muy afectada por esta decisión internacional.

Para ello designó al exministro de Hacienda Rudolf Hommes como asesor para San Andrés con el fin de que hiciera un diagnóstico sobre los problemas de las islas y determinara qué medidas se debían poner en marcha para su desarrollo. Hommes dijo semanas después de asumir funciones que los problemas estructurales del archipiélago debían ser resueltos a través de una política de Estado. Afirmó que le parecía inaudito que los hoteles de San Andrés no tuvieran agua potable. El hecho es más grave teniendo en cuenta la isla vive del turismo.

“Esas son cosas absurdas a las que hay que buscarles solución”, dijo en febrero del año pasado. Hommes conocía de cerca la situación del archipiélago porque lo visitaba con frecuencia ya que tiene una casa de descanso en Providencia.

Pues bien, casi dos años después el exministro anunció su renuncia. En una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos el funcionario hace un listado de algunos proyectos que están en marcha pero también enumera todos los que han sufrido demoras y que se han resuelto. Por ejemplo, dice que en este tiempo no se ha logrado que nombren un médico general de planta en Providencia y Santa Catalina que ponga en marcha programas de salud públicas; no se ha logrado la ejecución del sistema integrado de transporte y no se ha podido crear una universidad privada comunitaria a pesar de que existe el terreno para hacerlo.

Además, no se han comenzado a ejecutar los proyectos de maricultura y acuaponia, que son claves para los pescadores, los más afectados tras el fallo de La Haya y no ha salido adelante un proyecto vital para la isla como es la adquisición de un ferry con capacidad de 120 o 130 pasajeros, que sirva de puente entre San Andrés y Providencia.

“Insisto en que se necesita una organización que hoy no existe que facilite la ejecución y que ponga a alguien de buen nivel del gobierno central en las islas a empujar los proyectos y a vigilar el empleo de recursos nacionales”, dice el funcionario.

Las denuncias no dejan de ser preocupantes si se tiene en cuenta que no son muchas las fuentes de ingresos de los habitantes del archipiélago, que se ha visto acosado por las acciones de bandas de delincuentes. En este aspecto Hommes afirma que lo apesadumbra no haber podido hacer algo para mejorar la seguridad en las islas que decae progresivamente.

Este es el texto completo de la carta:


Bogotá, agosto 19 de 2014

Dr. Juan Manuel Santos
Presidente de la República
Bogotá, Colombia
E. S. M.

Apreciado Señor Presidente:

He tenido el agrado de colaborar con usted en el proyecto de desarrollo de San Andrés y Providencia que coordina la Secretaría General de la Presidencia desde noviembre de 2012 cuando me invitó a participar en calidad de voluntario.

En el proceso hemos aprendido mucho sobre las islas y generado ideas que creo que van a favorecer al archipiélago y están en marcha, tales como la diversificación de las fuentes de energía eléctrica en las islas, que ha asumido como tarea propia el ministerio de Minas y Energía en cabeza del Viceministro Orlando Cabrales y su equipo, con la colaboración del departamento y su equipo técnico, y la aquiescencia de la empresa proveedora de energía en las islas; o el crédito del BID para elevar la calidad de vida de vida en el archipiélago que va a financiar, entre otras cosas, el mejoramiento de la provisión de los servicios de agua y alcantarillado, el rescate de algunos barrios marginales, la recuperación de playas, la calidad de la administración del departamento y del municipio, la promoción de actividades turísticas y creación de empleo en las islas. Este proyecto está a cargo de FINDETER y su desarrollo es razonablemente ágil, pero está demorado.


El Sena ha adelantado con relativo éxito, pero no por falta de voluntad de la entidad, el proyecto de generar empleo en un “call center” local en colaboración con una empresa de la India, y ha apadrinado el proyecto de maricultura y “acuaponia” en San Andrés que todavía no han arrancado, para los que se cuenta con la colaboración vacilante de la Cámara de Comercio local.

En salud se ha progresado con dificultades porque el esquema institucional que funciona en la mayor parte del país no opera bien en las islas y porque la entidad privada encargada de proveer el servicio está muy limitada para proveer un buen servicio por su condición de empresa maximizadora de beneficios económicos. No hemos logrado, después de haber obtenido el compromiso formal del ministerio para hacerlo, que nombren un médico general de planta en Providencia y Santa Catalina que se haga cargo de ejecutar programas de salud pública en estas islas y de ser el médico de familia al que se puede acudir cuando hay problemas que él puede resolver, como sería el caso de partos normales, o supervisar el envío a San Andrés o al interior de casos que lo requieran.

Hay proyectos en los que se ha adelantado en el diseño pero que no se han ejecutado como el sistema integrado de transporte de las islas, cuyo estudio estuvo a cargo de la Universidad Nacional y el DNP, y cuya estructuración financiera se llevó a cabo con la colaboración del Ministerio de Transporte, el DNP, la Presidencia y el Departamento. Ojalá, con el nombramiento de nuevas cabezas en Transporte y el DNP, que no quede este proyecto sin ejecutar.

Lo mismo sucede con la idea de recrear una universidad comunitaria privada gestada por la comunidad bautista de San Andrés y dirigida por el pastor de la iglesia bautista de la Loma en San Andrés. Existe el terreno en donde puede operar que sería entregado por miembros de la comunidad bautista para que el estado desarrolle una institución educativa en el lote, con un contrato de ejecución entre el ministerio y la comunidad que dé pie al funcionamiento de un “college” de 2 años en primera instancia (inicialmente como institución para el trabajo y el desarrollo personal, que solamente requiere aprobación de la Secretaría de Educación del departamento), que eventualmente se eleve a universidad privada. Este proyecto fue aprobado por el Ministerio de Educación pero no ha comenzado su ejecución.

De singular importancia para las islas, especialmente en Providencia, son los proyectos de maricultura y “acuaponia” que en San Andrés no se han comenzado a ejecutar y en Providencia lo han hecho pero en forma muy incipiente bajo el ala de la cooperativa de pescadores y agricultores de Pueblo Viejo.


Para continuar requieren recursos del presupuesto nacional que sustituyan los que la Corte Constitucional le quitó al gobierno y un esquema institucional de ejecución independiente. Es esencial que estos dos proyectos se desarrollen exitosamente como lo han venido haciendo en su etapa inicial bajo la tutela de June Marie Mow de Presidencia porque son una opción real para mejorar la calidad de los alimentos que consume la población de las islas, para aumentar la seguridad alimentaria y para generar ingresos a nivel familiar. En el caso de la “acuaponia” se contribuye adicionalmente a elevar la capacidad de las mujeres y de los jóvenes en una familia para aportar a la economía familiar. A los jóvenes los mantiene ocupados y les genera ingresos y a las mujeres las empodera.

Una idea que no prosperó, no porque no se necesite, sino porque no tuvimos el esquema institucional adecuado ni el apoyo del municipio para hacerla prosperar fue la de elevar el nivel académico de los estudiantes de noveno grado en adelante y el de los maestros ofreciendo cursos de los primeros semestres de universidad en los colegios públicos de Providencia (un esquema parecido al que ofrecen los colegio de élite de las principales ciudades que dan el grado de “International Baccaleuriat- IB”).

Para no aburrirlo concluyo con la necesidad de continuar con la adquisición y operación por parte de la Armada de un ferry de 120 a 130 pasajeros con capacidad para dos contenedores de carga que sirva permanentemente de “puente” entre San Andrés y Providencia. Este proyecto se ha adelantado con la colaboración y visto bueno de la Armada Nacional cuyo comandante lo percibe como una forma adicional de acercarse a la población isleña y ejercer la soberanía nacional en el archipiélago. Este vehículo lo considero esencial para elevar la calidad de vida en Providencia y Santa Catalina, para bajar el precio de los bienes de consumo y para darle acceso a la población de estas islas a salir de ellas cuando lo necesiten, para aumentar el flujo de turismo y, sobre todo, para mejorar la seguridad del transporte entre las islas que hoy es muy precaria.


Después de hacer el recuento somero de los proyectos que se están adelantando con mi participación deseo informarle que a partir de hoy no deseo continuar colaborando regularmente como lo he hecho durante más de año y medio porque percibo que con el cambio de gabinete me exigirá demasiado tiempo, del que no dispongo, pero sigo a disposición para consultas y aún para tareas puntuales.

Insisto en que se necesita una organización que hoy no existe que facilite la ejecución y que ponga a alguien de buen nivel del gobierno central en las islas a empujar los proyectos y a vigilar el empleo de recursos nacionales.

Confío que usted estará pendiente del desarrollo de dichos proyectos y de que se lleven a cabo en los próximos años porque se está perdiendo una oportunidad dorada para hacer progresar esta región de Colombia. Y porque el desarrollo acelerado de las islas no solamente traerá consigo beneficios a la población del archipiélago sino que es la pieza esencial de una estrategia de afirmación de la soberanía colombiana en el Caribe. No hay razón para que las islas colombianas en el Caribe sean las que tienen el ingreso más bajo por habitante y la peor calidad de servicios públicos en la región.

Me voy orgulloso de haber contribuido a remover el tabú de enseñar Kriol (“creole”) en las escuelas del archipiélago y de haber roto el nudo gordiano que impedía repensar el problema de electricidad y servicios públicos con plena colaboración de los proveedores. Me apesadumbra no haber podido hacer algo para mejorar la seguridad en las islas que decae progresivamente, a medida que las bandas criminales amedrentan a la población y aumentan inexplicablemente su control territorial y su poder político en el archipiélago.

A través de la Secretaría Privada le envío copia electrónica de la presentación que le hice en el Consejo de Ministros como memoria de mi colaboración con su gobierno para mejorar las condiciones de vida en el archipiélago.

Quedo muy agradecido con usted por haberme brindado la oportunidad y el apoyo para colaborar y muy especialmente con María Lorena Gutiérrez, Paola Buendía y todo su equipo, y con la gobernadora de San Andrés.

Un saludo cordial

RUDOLF HOMMES

c.c Gobernadora de San Andrés y Providencia
Aury Socorro Guerrero Bowie
Secretaría General de la Presidencia
Maria Lorena Gutiérrez
Subsecretaria General de la Presidencia
Paola Margarita Buendía