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“La sabana necesita un área metropolitana”

ProBogotá abrió el debate sobre la necesidad de que la capital y los municipios vecinos definan un esquema de integración regional. ¿Qué tan viable será? SEMANA habló con Luis Guillermo Plata, presidente de ProBogotá Región.

17 de marzo de 2018

SEMANA: ¿Por qué es necesaria una integración regional?

LUIS GUILLERMO PLATA: Bogotá tiene hoy unos 8 millones de habitantes y los municipios vecinos entre 1,5 y 2 millones adicionales. Esto es, más de 10 millones de personas en continuo y desordenado crecimiento y que comparten las vías, el agua, los servicios, entre otros. Los problemas son comunes. En muchos sitios estamos conurbados como con Soacha o aproximándonos rápidamente; es una integración de facto que hoy no tiene ningún tipo de planeación.

SEMANA: Y entonces ¿cuál es la propuesta de ProBogotá?

L.G.P.: Un sistema de gobierno compartido que permita tomar decisiones supramunicipales: la Región Metropolitana para la Sabana de Bogotá, conformada por Bogotá y 11 municipios (Soacha, Funza, Mosquera, Madrid, Cota, Chía, Cajicá, Tocancipá, Gachancipá, Sopó y La Calera). Tendría incidencia sobre cinco asuntos prioritarios: la movilidad y el transporte, algunas decisiones de ordenamiento, abastecimiento hídrico, manejo de aguas residuales y basuras.

SEMANA: ¿Por qué no aprovechar otras iniciativas que ya existen como Sabana Centro o la Región Administrativa y de Planeación Especial (Rape)?

L.G.P.: Esos esquemas son buenos y los incorporamos en nuestro estudio. Sin embargo, necesitamos un organismo independiente con mayor capacidad de gestión y presupuesto, con más dientes. Y también que no dependa de los gobernantes de turno y que sus decisiones tengan fuerza vinculante. El único esquema de ordenamiento jurídico que brinda esta independencia, define fuentes de financiación y brinda gestión es el área metropolitana.

SEMANA: ¿Los municipios piensan que esto les quitará autonomía en sus territorios?

L.G.P.: La Región Metropolitana de la Sabana de Bogotá sería una figura nueva, que debe crearse vía reforma constitucional; definiría estructura, funciones, responsabilidades, límites y financiación; sería exclusiva para Bogotá y los municipios vecinos. Se diseñará de tal manera que permita mantener la autonomía de los municipios y lograr un esquema de toma de decisiones conjuntas. Esto es, mejorar la coordinación con una Junta Metropolitana en la que tendrían asiento los alcaldes, el gobernador, un consejo técnico y un gerente, pero cada municipio conserva su autonomía y podría beneficiarse de más recursos para grandes proyectos.

SEMANA: ¿Las primeras declaraciones de Peñalosa cuestionando el esquema y los municipios seleccionados muestran el difícil camino de la iniciativa?

L.G.P.: El proyecto, aparte de ser necesario, es financieramente viable y tiene unas condiciones jurídicas y políticas aceptables. Creemos que responde a las expectativas de los actores, y lo que esperamos es que pueda servir de punto de partida para la discusión sobre el arreglo institucional. Respecto a los 11 municipios seleccionados, comparten con Bogotá la misma problemática en esos cinco temas clave que definimos. El crecimiento de Bogotá afecta a sus vecinos y viceversa. Se necesita un orden y una coherencia, de lo contrario en diez años el caos será inmanejable.

SEMANA: ¿Cuál es el camino a seguir?

L.G.P.: Hay que avanzar en la construcción de confianza sobre la figura que se requiere, y reafirmar el deseo de los habitantes de trabajar conjuntamente en la solución de sus problemas comunes. Además, para darle un marco jurídico a este esfuerzo hay que tramitar una reforma constitucional y un proyecto de ley del ordenamiento especial. Una tarea que va a tomar unos dos o tres años.

SEMANA: Esto se ha intentado muchas veces. ¿Por qué esta vez podría darse?

L.G.P.: Estamos en una coyuntura inédita. Los problemas han alcanzado una magnitud y una gravedad que los ha hecho muy visibles. En materia de movilidad, por ejemplo, hoy es casi imposible salir o entrar de la ciudad. Además, la llegada de un nuevo gobierno y el cambio en el Congreso nos brindan un contexto político por aprovechar. Necesitamos que los candidatos se apropien de esta iniciativa. No de la propuesta de ProBogotá, sino de la necesidad de integrar la región.

SEMANA: Pero es claro que el camino es muy difícil.

L.G.P.: Hemos hecho un estudio profundo del tema. Se planteó una iniciativa que no requiere grandes esfuerzos fiscales y conserva la autonomía territorial. Además, estamos buscando condiciones que la hagan viable, como prescindir del mecanismo de consulta popular para su constitución –pues la experiencia ha demostrado que es muy difícil alcanzar los umbrales– y eliminar el artículo de la Constitución que permite anexar los municipios a la capital, para generar confianza de que esto no va a pasar. Queremos que todos los actores enriquezcan la propuesta y que esta sirva para lograr una salida.

SEMANA: Y si no se hace, ¿hay algún plan B?

L.G.P.: Si no se hace, dentro de algunos años seremos 15 millones de personas sin vías suficientes, sin agua y sin orden.