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La cadena envió una carta a los republicanos afirmando que no tenía ninguna intención de disculparse

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La 'telenovela' de Isaac

Los candidatos republicanos a la Presidencia de Estados Unidos se niegan a participar en debates de Univisión, por cuenta de un supuesto chantaje de Isaac Lee. Él niega esa acusación y la empresa lo respalda. ¿Qué hay detrás?

8 de octubre de 2011

Isaac Lee es el colombiano que más alto ha llegado en los medios de comunicación de Estados Unidos. Su nombramiento como presidente de Noticias Univisión lo posicionó como el zar de la información entre la comunidad latina de ese país. En la actualidad, esta supera los 50 millones de personas y representa el 16 por ciento de la población, por lo que se ha convertido en un bloque clave, y a veces decisorio, para las definiciones electorales.

Ahora, sin embargo, con menos de un año en el cargo, en lugar de escoger noticias, Lee se ha convertido en el protagonista de una muy incómoda. Es el primer colombiano y tal vez el primer periodista cuya renuncia ha sido solicitada por los políticos republicanos más influyentes del estado de Florida. Y eso no es todo. Los precandidatos a la Presidencia por ese mismo partido -entre ellos Michelle Bachman, Rick Perry y Mitt Romney- han hecho saber que mientras él esté en ese cargo, no asistirán a un debate de la cadena programado para enero del próximo año.

Univisión, a pesar de ser un canal latino, tiene una sintonía que compite con las tres grandes cadenas: ABC, CBS y NBC. Lo ven casi 30 millones de espectadores. Por lo tanto, un boicot a un debate en el canal de la comunidad latina es un episodio de trascendencia en una campaña electoral que apenas está calentando motores. Además, le abre un espacio a la competencia, Telemundo, que por su condición de segundo canal lejos del líder por lo general no califica para debates presidenciales.

Todo comenzó cuando la unidad investigativa del canal, dirigida por el veterano del periodismo investigativo Gerardo Reyes, encontró unas pistas que involucraban con narcotráfico a la familia de Marco Rubio, un senador de origen cubano que se está convirtiendo en la sensación política del momento. Unas propiedades del cuñado del senador habían sido confiscadas en 1987 por haber sido adquiridas con dinero proveniente del tráfico de droga. Los asesores de Rubio, apenas se enteraron, contactaron inmediatamente a Univisión para protestar, con el argumento de que el senador en ese momento tenía 16 años y que las responsabilidades penales son individuales y no de familia.

Pocos días antes de que la nota fuera publicada, tuvo lugar una conferencia telefónica bastante tensa entre directivos y abogados de Noticias Univisión, por un lado, y dos asesores de Rubio, por el otro. En esta, ambos lados presentaron argumentos para defender el rigor y profesionalismo de la investigación y la honorabilidad del senador, respectivamente. Después de 45 minutos, colgaron sin ningún resultado y el 11 de julio se publicó la nota.

La posición del periodista Reyes en ese momento fue que cuando se participa en la vida pública uno es un libro abierto y es válido que los medios de comunicación investiguen y revelen cualquier cosa de su presente o pasado, y que es a la opinión pública a la que le corresponde determinar si la información es relevante o no. Hasta ahí había parado la cosa y el tema había pasado al olvido.

Pero ahora apareció un nuevo elemento, que es el que ha desatado la actual crisis. Según un artículo publicado en The Miami Herald la semana pasada, en la llamada entre Univisión y el equipo de Rubio, los directivos del canal habrían ofrecido suavizar o eliminar la historia sobre el cuñado de Rubio si el político aceptaba conceder una entrevista a Jorge Ramos, uno de los periodistas más veteranos del canal cuya posición sobre inmigración es opuesta a la de Rubio. En otras palabras, los asesores del senador afirmaron que este había sido objeto de una especie de chantaje y que por haberse negado a ceder, le publicaron la historia contra su familia.

La posición de Univisión y de Lee es que esa versión es totalmente falsa. Para el director de noticias, tan solo se discutieron cordialmente temas periodísticos, en una reunión de ocho personas, sin que existiera ni siquiera una insinuación de un quid pro quo. Y le sorprende que hayan requerido tres meses después de la publicación de la historia, en plena campaña electoral, para que salieran ahora a ventilar públicamente la supuesta presión indebida.

Pocos creen que en una teleconferencia en la que estuvieron presentes periodistas serios con trayectoria, experiencia y reputación, como Daniel Coronell y Gerardo Reyes, y dos abogados del canal, a Lee se le hubiera ocurrido hacer un ofrecimiento de esa naturaleza. "Todo está basado en una mentira, porque no se propuso cambiar una historia por una entrevista. Están jugando sucio", dice un funcionario del canal que prefirió no dar su nombre.

La junta directiva de Univisión tomó la decisión de no salir a los medios, pero internamente ha respaldado a Lee y a toda la división de Noticias Univisión. La cadena envió una carta a los políticos republicanos en la que afirmó que no tenía ninguna intención de disculparse públicamente ni de pedirle la renuncia a Lee. Y el viernes de la semana pasada recibieron un espaldarazo de la Sociedad Interamericana de Prensa, que lamentó y criticó la decisión de los candidatos republicanos de boicotear el debate ya que perjudica el derecho a estar bien informado.

Dentro de Univisión se agrega que puede haber algo de resentimiento en todo este episodio porque con la llegada del equipo de periodistas colombianos fueron desplazados varios cubanos que llevaban años en la cadena haciendo carrera. En un correo enviado por el periodista de The Miami Herald a Isaac Lee, incluso habla del tema: "Varios periodistas han sugerido que usted impuso un estilo más vistoso de periodismo, que se asemeja más al que se hace en Colombia que al que se hace en Miami".

La discusión se hubiera quedado en "la palabra del uno contra el otro" si no fuera porque Rubio consiguió el respaldo del Partido Republicano en su estado y la solidaridad de los candidatos de ese partido en la campaña presidencial. Ahora parece haber más bien una presión política de un ala republicana para lograr la renuncia del director de noticias de una cadena decisiva en la campaña electoral estadounidense.

Es muy poco probable que los directivos del canal cedan a una actitud de esta naturaleza, y el respaldo que ha tenido el equipo editorial busca blindar la independencia editorial del poderoso canal hispano frente a lógicas políticas. Pero, al mismo tiempo, es poco probable que los candidatos aparezcan el día del debate en Univisión, si este aún tiene lugar. Por ahora, el pulso entre política y medios parece no tener solución, pues ni la empresa le va a pedir la renuncia a Lee ni los candidatos republicanos van a retractarse de su boicot.