ORDEN PUBLICO
La Teófilo: el puño de hierro de las Farc
SEMANA explica qué es y cómo funciona la columna guerrillera móvil responsable del atentado al Club El Nogal, la destrucción de un barrio en Neiva y el secuestro de los tres estadounidenses.
Encuentra aquí lo último en Semana
Hasta hace dos semanas muy pocos colombianos habían oído hablar de la Teófilo Forero. Después del atentado terrorista contra el Club El Nogal este grupo de guerrilleros de las Farc se ha convertido en la peor pesadilla de los bogotanos y en la mayor amenaza para la estrategia de seguridad del presidente Alvaro Uribe.
En las últimas tres semanas asesinaron a 35 personas en El Nogal, explotaron la casa bomba en Neiva que mató a 16 y destruyó un barrio entero y secuestraron a los tres estadounidenses que volaban el avión que cayó en un paraje del Caquetá.
La columna móvil Teófilo Forero es hoy por hoy la punta de lanza de las Farc. Sus integrantes tienen su cuartel general en Neiva y su misión tradicional ha sido escoltar la coca desde el Caquetá hacia los centros urbanos. Por ser el grupo de las Farc más activo en el negocio del narcotráfico ha ido ganando poder e influencia dentro de la guerrilla. Desde que arrancaron las negociaciones en el Caguán esta columna creció en tamaño y recursos lo que les permitió obtener adiestramiento de grupos terroristas internacionales como la ETA y el IRA. Por eso mismo, la Teófilo ha jalonado a las Farc hacia acciones más urbanas, más sofisticadas y sobre todo más crueles como la de El Nogal.
Según informes recientes de inteligencia su misión actual es asesinar al Presidente y a otras figuras públicas y propinar golpes terroristas de gran impacto en las ciudades para generar caos y debilitar el apoyo de la población al programa de seguridad del gobierno Uribe.
Los miembros de la Teófilo actúan en grupos de entre seis y 10 hombres que viajan desde las zonas rurales hasta las ciudades, golpean con fuerza objetivos previamente seleccionados y se repliegan de nuevo al campo.
Hoy la columna está adscrita al bloque sur y depende directamente del secretariado. Es comandada por 'Oscar' o 'El Paisa', quien controla un grupo de más o menos 600 hombres. Unos 400 son guerrilleros distribuidos en cinco columnas más pequeñas y el resto milicianos asentados en las cabeceras municipales.
La Teófilo, como las otras columnas móviles de las Farc, nació en 1993 como una respuesta del secretariado a las tres brigadas móviles creadas por el gobierno de César Gaviria para combatirlos y fue bautizada con ese nombre en memoria del secretario nacional de la organización del Partido Comunista Colombiano que fue asesinado en Bogotá en1989.
En 1995 la Teófilo Forero comenzó a actuar en Huila y Caquetá con dos misiones muy concretas: prestarle seguridad a la retaguardia del secretariado y reunir fondos por medio de la extorsión y el secuestro de los ganaderos. En el cumplimiento de ambas tareas los miembros de la Teófilo demostraron su sangre fría.
En mayo de 1999, por ejemplo, detuvieron a 18 integrantes de un grupo gnóstico en el área rural de Puerto Rico, Caquetá. Pocos días después se descubrió que 'Laurentino', un comandante local de la Teófilo, había ordenado masacrar a 13 de estas personas bajo el pretexto de que eran infiltrados de los paramilitares. Sólo dejó con vida a los menores de edad.
Pese a las reiteradas denuncias por los excesos que ha cometido, la Teófilo Forero cuenta con la confianza absoluta del secretariado.
La columna fue responsable de la mayor parte de los incidentes que hicieron tambalear las negociaciones entre el gobierno y las Farc. La Teófilo fue la que le dijo a 'Manuel Marulanda Vélez' que había un plan para asesinarlo en San Vicente del Caguán, lo que hizo que 'Tirofijo' dejara plantado al presidente Pastrana en la inauguración del proceso de paz. Sus hombres también fueron los encargados de extender los límites de la zona de distensión por medio de ataques a poblaciones vecinas.
Las autoridades calculan que la Teófilo es responsable de más de 100 homicidios selectivos. Entre sus víctimas están el general retirado Crispiniano Quiñónez ultimado en La Vega, Cundinamarca, el diputado caqueteño Andrés Páez muerto en la carretera entre Bogotá y Melgar y el representante a la Cámara Diego Turbay, su madre y cinco escoltas asesinados a sangre fría en una carretera caqueteña.
Durante el tiempo que duró la zona de despeje la Teófilo Forero convirtió a la capital huilense en un laboratorio para sus acciones urbanas. La primera demostración en grande de sus operaciones tipo comando fue en julio de 2001, cuando un grupo de 75 guerrilleros uniformados como policías o miembros del Gaula del Ejército llegaron hasta el edificio Miraflores y secuestraron a 15 personas, algunas de las cuales permanecen todavía en manos de las Farc. El 'éxito' que tuvo esta operación llevó a que miembros de la Teófilo asesoraran a los frentes del bloque occidental que secuestraron a los diputados de la Asamblea del Valle del Cauca.
Unos meses después, el 20 de febrero de 2002, cuatro miembros de la Teófilo secuestraron un avión de Aires, lo hicieron aterrizar en una carretera del Huila cerca del municipio del Hobo y se llevaron al senador Jorge Eduardo Gechem. Esta acción significó el fin del proceso de paz y el comienzo de una nueva etapa de la guerra de las Farc.
Destino, la ciudad
Aunque a primera vista las acciones violentas de esta columna móvil demostrarían su fortaleza surgen varias preguntas sobre qué tan exitosa a mediano plazo puede ser una guerrilla que tiene como fuerza élite a un grupo como la Teófilo Forero.
Las Farc siempre han querido llegar a las ciudades; crear una red de apoyo urbano que se insurrecte contra el gobierno cuando la guerrilla llegue a Bogotá tal como lo logró Fidel Castro en La Habana.
Sin embargo las Farc, salvo en algunas pocas ciudades medianas, no han logrado contar con un apoyo urbano significativo. Por eso necesitan que grupos rurales planeen las operaciones en el campo y vengan a la ciudad a realizarlos. Y aunque a veces logran sus objetivos como en El Nogal, la mayoría de las veces fracasan pues los guerrilleros que llegan del campo son más fácilmente detectados por las autoridades.
El otro cuestionamiento es sobre qué tan lejos puede llegar la Teófilo Forero. Nadie duda de su capacidad para infligir daño y, por ende, del poder que tienen. Pero una cosa es el poder político 'positivo' que puede tener una guerrilla cuando logra el apoyo popular espontáneo y otro más limitado es el 'negativo' que pueden obtener a punta de terror. "Ese poder negativo tiene un límite", afirma David Spencer, experto en temas de seguridad.
Explica que para demostrar que la estrategia de Uribe no sirve la guerrilla apela a una guerra de desgaste de bajo nivel en zonas como Cúcuta o Saravena en Arauca y recurre a una 'superviolencia' en las ciudades como Neiva, Medellín y Bogotá. "Son actos simbólicos y espectaculares que infunden miedo para que la población deje de apoyar al gobierno", dice este analista y afirma que el IRA, por ejemplo, hizo lo mismo en Irlanda. Pero una guerrilla que no despierta sino rabia y miedo está destinada a fracasar.