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LA TERCERA FUERZA

Con recursos internacionales y del sector privado colombiano, las Convivir logran financiar su <BR>fortalecimiento en la ilegalidad.

19 de abril de 1999

Las Convivir ya no existen". Esa fue la sentencia apocalíptica que hizo hace dos semanas el
superintendente de vigilancia y seguridad privada, Julio César Vásquez, cuando anunció el desmonte
inmediato de las Convivir en cumplimiento de una orden presidencial. Pero todo indica que de ahí a que
desaparezcan hay mucho trecho. No era la primera vez que estos grupos privados estaban en el ojo del
huracán. Dos meses atrás _el 20 de enero_ las Farc habían tomado la decisión de congelar los diálogos
hasta tanto el gobierno mostrara resultados contra el paramilitarismo. Y cuando Raúl Reyes, uno de
los voceros de las Farc, hablaba de 'paras', incluía a las Convivir. Por esa razón Vásquez salió apresurado a
afirmar, el pasado 4 de marzo, que el desmonte de las Convivir significaba "descongelar el proceso de paz
con las Farc". El funcionario fue mucho más allá: sin titubeos les dijo a los medios de comunicación que "las
Convivir ya están desmontadas". Pero las buenas intenciones de Vásquez eran apenas paños de agua tibia. En
medio del desespero que en ese momento vivía el alto gobierno porque el proceso de paz con las Farc parecía
írsele de las manos, y ante la posición de mano dura por parte del gobierno de Estados Unidos, que por
esos días se había endurecido frente al tema de los derechos humanos en Colombia, al presidente Andrés
Pastrana no le quedaba otra salida que la de anunciar el desmonte de las Asociaciones Comunitarias de
Convivencia Rural ( Convivir). Estas habían nacido en noviembre de 1994 en medio de una fuerte polémica en
la que sus opositores señalaron que esos grupos no eran más que una extensión del paramilitarismo. Tiempos
dificiles Desde ese entonces se dio inicio a un rosario de acusaciones que pusieron a las Convivir contra la
pared. Uno de esos momentos críticos fue en septiembre de 1996 cuando el entonces presidente Ernesto
Samper Pizano anunció que su gobierno autorizaba el uso de armamento para los miembros que hicieran
parte de esas asociaciones. Cuatro meses después el gobierno de Washington denunció que algunos
miembros del Ejército colombiano estaban asociados con miembros de las Convivir.La polémica continuó. En
noviembre de 1997 la Corte Constitucional decidió respaldar la vigencia de estos grupos pero dejó en
claro que no podían convertirse en escuadrones de la muerte. La pregunta que surgió entonces fue cuál
autoridad podía garantizar que eso no ocurriera. A mediados del año pasado, y ante los continuos
pronunciamientos de las ONG en el sentido de que las Convivir se habían convertido en un brazo más de los
paramilitares, el presidente de esas organizaciones, Carlos Alberto Díaz, salió en defensa de ese proyecto y
señaló que estaban dispuestos a desmontar por lo menos 300 Convivir de las 414 existentes. Desde ese
momento el tema pareció entrar en el congelador. Nadie volvió a hablar de ellas, ni siquiera sus más
enconados detractores. Quizás el tema se olvidó porque la guerra desbocada de finales del año pasado tuvo
nombres propios: en un bando estaba Carlos Castaño, que con sus grupos paramilitares arrasó con todo lo
que le olía a subversión . En el otro bando estaban el 'Mono Jojoy' , 'Usuriaga' , 'Romaña' y compañía, quienes
desplegaron una ofensiva guerrillera sin cuartel contra los batallones del Ejército en el Urabá antioqueño. En
medio de esa guerra comenzaron a levantarse las bases de una posible negociación entre el gobierno y las
Farc. Esos pasos condujeron al 7 de enero pasado, cuando el presidente Andrés Pastrana se hizo presente
en San Vicente del Caguán para instalar las mesas de conversaciones con las Farc.Cuando todos creían que
ese proceso podía llegar a tener un final feliz las Farc dieron el golpe de gracia. Raúl Reyes, uno de sus
principales voceros, leyó un lacónico comunicado en el que ese grupo subversivo anunciaba un alto en el
camino del proceso de paz hasta tanto el gobierno no mostrara resultados en la lucha contra los 'paras'. Por
esa razón el superintendente de vigilancia, Julio César Vásquez, anunció con bombos y platillos que el
gobierno sí estaba dando resultados contra los grupos de justicia privada. Sin mayor reato dijo que en sus
manos tenía la partida de defunción de las Convivir.
La asamblea A las Convivir las acabaron en una mesa de un plumazo con un decreto presidencial. Pero,
como en la parábola de Lázaro, el muerto está hoy más vivo que nunca. Así lo afirma Carlos Alberto Díaz,
presidente de la Confederación Nacional de las Asociaciones Convivir. "No necesitamos permiso alguno
para existir. Mientras que existan el narcotráfico, la guerrilla, los paramilitares y la delincuencia común las
Convivir seguirán existiendo", señaló. Para demostrar que son una tercera fuerza en el conflicto interno que
vive Colombia, Díaz convocó hace una semana a una asamblea nacional de esa organización. La
reunión tuvo lugar en una zona limítrofe entre Antioquia y Bolívar. Allí se hicieron presentes 1.024
representantes de las Convivir que operan en el país. En esa reunión se dejó claro que seguirán funcionando
con o sin el permiso del gobierno y que su labor será la de continuar colaborando con la fuerza pública,
entregándole información que conduzca a los delincuentes. "No somos un brazo armado. Tampoco hacemos
parte de los grupos paramilitares. Nuestra labor es netamente social y dentro de los objetivos que tiene
esta organización está el de realizar inteligencia para serle suministrada a la fuerza pública", dijo Díaz a
SEMANA. En esa asamblea las directivas de las Convivir, conformadas por 30 miembros, decidieron crear la
Confederación Nacional de Comités de Defensa de la Vida y la Democracia, que contará inicialmente con 12
federaciones departamentales. "Esto nos va a permitir agrupar a por lo menos 600.000 personas que hoy
trabajan de lleno con nuestra organización".El trabajo realizado por los dirigentes de las Convivir no ha
parado un solo minuto desde su creación en 1994. El primer paso que dieron fue el de buscar recursos
económicos. Los encontraron fácilmente. Según Díaz, las Convivir viven hoy de los aportes de industriales,
ganaderos, finqueros y comerciantes.
La estrategia
Pero quizá la labor más importante que desarrollaron las directivas de las Convivir tiene que ver con su
estrategia de penetración. En el país la han hecho en varios frentes, la principal de ellas a nivel de
universidades. Para ello se destinó a un grupo de profesionales _abogados, filósofos, economistas y
profesores universitarios_ que tienen a su cargo lograr la convocatoria de los jóvenes estudiantes para que
hagan parte de esa organización y dediquen sus horas libres al trabajo social. A nivel internacional diseñaron
una estrategia que les ha permitido hacer contacto con importantes organizaciones de Europa, Asia y los
países árabes. Durante el mundial de fútbol, celebrado recientemente en Francia, 10 miembros del cuadro
directivo de las Convivir se hicieron presentes con el fin de contactar a las delegaciones diplomáticas de los 24
países participantes. A cada una de esas delegaciones se le entregó material didáctico en el que se incluían
videos sobre el conflicto interno en Colombia y una cartilla sobre la filosofía de las Convivir. Este trabajo les
ha dado excelentes resultados. Varias organizaciones de Europa han girado de sus chequeras aportes que
oscilan entre tres millones y cinco millones de dólares. Con los países árabes, según Díaz, se logró firmar un
convenio que consiste en la venta por parte de las directivas de las Convivir de 60 toneladas anuales de
cachama. "Hemos montado una infraestructura de cultivos de pescado que son manejadas por varios de
los líderes de las Convivir que hay en el país. Los dineros que recogemos por esta exportación se han
invertido en nuestra organización para fortalecer los programas de carácter social que desarrollamos en
Colombia", señaló Díaz a SEMANA. Frente a esta realidad las Convivir hoy son una tercera fuerza en el
conflicto armado que vive el país. La estructura que han montado y que, según sus dirigentes, está
apoyada por más de medio millón de colombianos, es tan sólida como una roca. Por esa razón afirmar que
a través de un decreto se logró su desaparición es como tratar de tapar el sol con las manos. La decisión del
gobierno llevará a que estos grupos que hoy operan en todo el país ingresen a la clandestinidad, como ocurre
con la subversión y el paramilitarismo. Y aunque ellos niegan enfáticamente ser una organización armada,
en el momento en que decidan convertirse en otro grupo al margen de la ley lo más seguro es que sus
miembros terminen con un fusil en las manos. nA las Convivir trataron de acabarlas de un plumazo con un
decreto presidencial "Somos los ojos y los oídos de la fuerza pública"
SEMANA: ¿Por qué nacieron las Convivir?
Carlos Díaz: Nacen de la necesidad de la población civil en organizarse para afrontar el crimen al lado de sus
instituciones legítimas. Nacen como consecuencia de la arremetida guerrillera, de la arremetida paramilitar y
del crecimiento de la delincuencia común.
SEMANA: ¿Quiénes conforman las Convivir?
C.D.: Todas aquellas personas que han sentido la necesidad de estar del lado del Estado. La paz sólo llega
de la mano del Estado.
SEMANA: ¿Son otro grupo armado en esta guerra?
C.D.:Jamás. Si alguna vez tuvimos armas era por que la ley decía que las podíamos tener. Nosotros no
podemos negar que el problema de Colombia radica en unos abismos sociales inmensos.
SEMANA: Ustedes se estaban proclamando como una especie de Robin Hood.
C.D.: Tratamos de hacer presencia donde el Estado nunca lo ha hecho.
SEMANA: ¿De dónde sale la plata para financiar los proyectos?
C.D.: Hay mucha gente generosa en este país que ve en nosotros la posibilidad de desvertebrar a los
violentos.
SEMANA: Es decir, ¿que la gente de plata en este país los está apoyando?
C.D.: Podría decirse que sí. A nosotros no nos pueden seguir sometiendo a esa guerra, al dolor y al llanto
30.000 desalmados.
SEMANA: ¿A nivel internacional qué ayuda reciben?
C.D.: El frente más importante que tenemos es el internacional. A partir de aquí estamos deslegitimando y
acabando con unos mitos que existen en el exterior sobre que la guerrilla colombiana es una organización que
reivindica a los más pobres.
SEMANA: ¿Tienen alguna relación cercana con los paramilitares?
C.D.: Jamás
SEMANA: ¿Ustedes combaten con la misma vehemencia a 'Tirofijo' y a Carlos Castaño?
C.D.: Al crimen, al delito. Nosotros no podríamos personificar esto.
SEMANA: ¿Trabajan aliados con el Ejército y la Policía?
C.D.: Somos los ojos y los oídos de la fuerza pública.
SEMANA: ¿La guerrilla le tiene precio a su cabeza?
C.D.: Eso dicen. Por ahí hablan de muchos millones para quien me encuentre.