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Sepúlveda sería clave para desentrañar este caso de 'chuzadas'. | Foto: Guillermo Torres

OPERATIVO

La verdadera razón del traslado del ‘hacker’

Andrés Sepúlveda fue llevado al búnker de la Fiscalía, donde se podría dar una negociación a cambio de beneficios judiciales.

23 de julio de 2014

El 'hacker' Andrés Sepúlveda pasaba sus días en una cómoda celda de un pabellón especial la cárcel La Picota. Se llama Unidad de Reclusión Especial (URE), donde tan solo hay dos habitaciones y un pasillo. Su soledad se debía a que las autoridades pidieron toda la protección para este sujeto, sindicado de haber querido infiltrar el proceso de paz.

Allí tenía su cama y un televisor y no tenía contacto con nadie. Su espacio era prácticamente impenetrable y así consta en documentos obtenidos por Semana.com.

Sin embargo, este lunes llegó una comisión del CTI para su trasladarlo de urgencia al búnker de la Fiscalía. Se dijo, en principio, que se trataba de un operativo para salvaguardar su integridad, pues se advertían problemas de seguridad.

No obstante, hace pocos días Sepúlveda hizo una declaración en la que aseguró sentirse cómodo y con toda la seguridad en el pabellón de La Picota.

Sepúlveda escribió de su puño y letra, en un texto conocido por Semana.com: “Declaro que estoy conforme en mi sitio de reclusión. La semana que llegué me sentí inconforme con el aislamiento porque no contaba con acomodación digna, pero una vez fue notificado el asunto mis condiciones mejoraron. Gracias al aislamiento en el que me encuentro, aunque las amenazas en mi contra siguen, aquí me siento mucho más seguro”.

Pero lo que se ha sabido en las últimas horas es que su traslado tiene de fondo una negociación de alto calado. Según las fuentes, es muy probable que ahora este hombre sí entregue la información de quiénes estuvieron detrás de él en las actividades relativas a espionaje.

“La Fiscalía va a ver qué ofrece. Lo van a escuchar y a establecer si lo que tiene qué decir le aporta a los procesos que están en curso”, dijo una fuente de la entidad a Semana.com.

Y es que el 'hacker' tiene una enorme cantidad de información sobre las personas que trabajaron con él, pero también de muchos otros que lo habrían contratado para hacer trabajos presuntamente ilegales en su oficina donde se hacían seguimientos.

Entre otras cosas, Sepúlveda sabe exactamente cuáles fueron los miembros de inteligencia militar que le vendieron información clasificada. También es clave para determinar cuáles funcionarios de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) se contactaron con él para entregar y recibir información.

Uno de los aspectos fundamentales y de mayor interés para la justicia tiene que ver con el hecho que el 'hacker' puede aclarar cuál fue exactamente su relación con el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga. No menos relevante es que Sepúlveda también posee datos sobre otros 'hackers' con los que tuvo relación y quienes también están involucrados en actividades ilegales.