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Al final del debate, el representante David Luna y otros opositores lograron tumbar el artículo que permitiía cambiar al registrador. En la foto discute con el ministro Fabio Valencia Cossio y con el representante Roy Barreras

POLÍTICA

La voltereta

Después de oponerse, el gobierno cambió de idea y apoyó el trámite de los dos referendos distintos al de la reelección. ¿Cuáles fueron los motivos de su viraje?

25 de abril de 2009

Hace un mes, la concejal de Bogotá Gilma Jiménez se mostró desconsolada porque el gobierno no apoyaba el referendo para dar cadena perpetua a violadores de niños. "Como vocera, le pido al Ministro del Interior aclarar si su manifestación en contra es su posición personal", dijo después de que Fabio Valencia señalara que la iniciativa debía ser retirada. La acompañó el representante David Luna, quien le cobró al Ministro haber presentado un proyecto paralelo para aumentar las penas a los violadores y por decir que el referendo no era una figura típica en Colombia.

Pero el pesar de Jiménez se convirtió en sorpresa la semana pasada, cuando Álvaro Uribe invitó a su bancada a discutir la propuesta. No fue la única estupefacta. Rafael Colmenares, vocero del Referendo del Agua, quedó así cuando oyó a Uribe decir que la oposición debía comprometerse a evacuar esta otra iniciativa, también radicada en la comisión primera de la Cámara. Así, Uribe dejó sin piso las críticas que habían hecho, en marzo, la viceministra de Ambiente, Leyla Rojas, y el subdirector de Planeación.

¿Por qué, después de argumentar inconveniencia, el Presidente dio vía libre para tramitar esos proyectos en 48 horas? La oposición a los referendos duró hasta cuando en Palacio se dieron cuenta de que su demora arriesgaba la reforma política. El reglamento obliga a que se dé prioridad a los referendos, y la reforma política, para sobrevivir, necesitaba superar su quinto debate antes del 28 de abril.

El gobierno dio la voltereta porque la reforma tiene dos artículos de interés para la Casa de Nariño: el primero quita por seis meses la prohibición para que los congresistas cambien de partido, lo cual facilita que algunos se sumen a los uribistas. Y el otro es un 'mico' incluido por el gobierno, según el cual el Congreso podrá elegir nuevo registrador. Este no fue aprobado ante la sospecha de que se intentaba quitar al actual, Carlos Ariel Sánchez, para elegir uno proclive a avalar las cuentas de la reelección.

Otro elemento tiene que ver con el planteamiento que miembros de La U le hicieron a su director, Luis Carlos Restrepo, de que votar no a los referendos dejaría sin piso el argumento con el que han defendido el de la reelección. Este es el del respeto a la voluntad popular que, en los tres casos, ha tenido más de dos millones y medio de firmas.

Los uribistas cambiaron parte del texto del agua, y ambos proyectos, con la reforma política, fueron aprobados en la comisión primera de la Cámara en pocas horas. La bancada respondió tras la reunión de 80 de los representantes con Uribe. Después, el gobierno emitió un comunicado en el que ratificó su voltereta: "El Presidente y su gobierno, en su esfuerzo por hacer prevalecer el equilibrio entre la democracia participativa y la representativa, acompañó a las bancadas de la coalición en el trámite de los referendos".

A la reforma política, al referendo del agua y al que castiga a los violadores aún les quedan tres debates. Si llegan a aprobarse, el país será convocado como pocas veces en su historia a votarlos, junto al reeleccionista, en una misma jornada electoral.